La inflación española ha vuelto ha recuperar su senda descendente después de tres meses al alza. En noviembre, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha reducido su valor tres décimas en comparación con el mes anterior y se sitúa en el 3,2%. La noticia más positiva la presenta la inflación subyacente --aquella que no incluye los alimentos no elaborados ni la energía- que por primera vez en año y medio se sitúa por debajo del 5%. Concretamente, el valor se sitúa en el 4,5%, lo que obligaría a retrotraerse hasta abril de 2022 (4,4%) para encontrar una cifra inferior.

Después de alcanzar su valor más bajo en junio (1,9%) y de sufrir una serie de ascensos, el buen dato del penúltimo mes del año responde a la reducción del precio de la electricidad, los carburantes y los alimentos, según se desprende de la estadística publicada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra es un adelanto y habrá que esperar al próximo 14 de diciembre para conocer el valor definitivo, pero el alivio de noviembre parece que dará un pequeño respiro a las familias de cara a las celebraciones navideñas.

Desde el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, ostentado una legislatura más por Nadia Calviño, han celebrado el dato y su afectación a la vida de la ciudadanía. “Los salarios siguen ganando poder adquisitivo y las empresas españolas competitividad aumentando su cuota de mercado, incluso en el difícil contexto internacional”, valoran desde la cartera liderada por la también vicepresidenta primera, por lo menos hasta conocerse la decisión de si pone rumbo a tierras luxemburguesas para afrontar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

A nivel mensual, el IPC experimenta un descenso de cuatro décimas, marcando el mayor descenso intermensual de todo el año. De esta manera y tras el ascenso de tres décimas de octubre, se pone a cinco subidas mensuales consecutivas y se registra el segundo descenso en este ámbito en los últimos doce meses. Por otra parte, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), aquel al que atiende Bruselas para realizar las estadísticas comparadas entre países, iguala el dato general tras caer tres décimas, seis a nivel intermensual.

“Esta evolución es debida, principalmente, a las bajadas de los precios de los carburantes y los paquetes turísticos, mayores que las registradas en el mismo mes de 2022”, explica el INE, que apunta que “también influye que el aumento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas es menor que en noviembre del año anterior”. Por parte de la electricidad, si bien sus precios se reducen, el instituto estadístico señala que lo hace en menor medida que en 2022.

Previsiones a futuro

En suma, la cartera de Economía ha calificado el dato como “una muy buena noticia”. El nuevo Gobierno, que este miércoles afronta la Apertura Solemne de las Cortes a cargo de Felipe VI, recupera la actividad con un buen dato económico. Los fantasmas de inflaciones que superaban las dos cifras parecen alejarse y Bruselas prevé que España cierre del 2023 en una media del 3,6%, lejos del 6,5% de la Unión Europea (UE).

España concluirá el año con la cifra media más baja de las grandes economías y destacada entre toda la zona euro; sin embargo, 2024 será un mal año para los Veintisiete y se estima que los valores aumenten en momentos puntuales del año. El dato medio esperado para la economía española de cara al próximo año se sitúa en el 3,4% y se espera que el descenso fuerte llegue en 2025, que se cerraría en un 2,1%, en el objetivo del Banco Central Europeo (BCE).

Con esta progresión y atendiendo a los datos ya conocidos, Bruselas estima que el país sufrirá una inflación acumulada del 10% entre finales de 2022 y 2025, cifra algo menor que el 12% registrado entre 2019 y 2022. No obstante, lo relevante en esta cuestión es el señalamiento de los responsables que la propia Comisión hace en su estudio.

Según los datos europeos, las ganancias de las empresas serán responsables de seis de los diez puntos porcentuales de inflación acumulada de aquí a los próximos dos años. Los otros cuatro puntos, atendiendo a las mismas cifras, corresponden al incremento salarial que se experimentará. Los datos evidencian que el engrosamiento de los beneficios empresariales, que muchos han denominado “caídos del cielo”, aprovechando la crisis inflacionaria ha producido una especie de efecto de segunda ronda que ha contribuido a disparar aún más el nivel de precios.