Un grupo de expertos del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha elaborado un informe en el que alerta de que solo los bonos de carbono con certificación oficial ofrecen garantías para poder aplicar modelos eficientes de compensación de emisiones de CO2.

La institución avanza que las empresas españolas pondrán en marcha en los próximos meses programas de compensación de sus emisiones de gases de efecto invernadero a través de la compra de bonos de carbono y además matiza que serán cantidades muy importantes, por lo que hay un fuerte interés de empresas e instituciones que generan estos bonos a través de planes forestales.

De hecho, según el informe, las especies vegetales son los organismos vivos más eficientes para captar el CO2 de la atmósfera generado por la actividad humana. Además, asegura que el modelo español de certificación a través del Ministerio de Transición Ecológica es uno de los más solventes y seguros a nivel mundial.

Ante esto, reconoce que recurrir a la compra de bonos foráneos sin certificar o de certificación dudosa se convertiría en un factor de riesgo reputacional para las empresas con planes visibles de conciencia ambiental, además de los peligros sancionadores que supone.

Control de los emisores de los bonos

El análisis señala dos puntos importantes en el manejo de los bonos de carbono. En primer lugar, el control de los emisores de los bonos ya que, en general, son empresas o entidades que tienen capacidad para crear zonas forestales con especies vegetales de alta capacidad de absorción de CO2.

Así, Instituto Coordenadas afirma que los bonos de calidad son los generados en un entorno muy concreto, especialmente en plantaciones en terreno con cierta catalogación catastral, con planes de gestión a mínimo 30 años, con un programa de forestación diseñado y ejecutado por técnicos colegiados con capacidad certificadora y altamente cualificados, con empleo exclusivo de especies vegetales autóctonas para no alterar el entorno, con documentación que garantice la trazabilidad de las semillas y reproductores de material vegetal y además, que cumplan la normativa local y autonómica con modelos empresariales que aseguren el cumplimiento de la reglamentación social y seguridad ambiental.

Este sería el modelo “excelente” de generación de bonos de carbono pero, frente a este, la institución constata la existencia de empresas y entidades que no cumplen estas características.

En este caso no cuentan con certificación fiable, operan en países con condiciones climáticas favorables para registrar altos niveles de proliferación forestal o en terrenos no regulados, tienen planes de tala a corto plazo o plantaciones de especies invasoras o nocivas para el medio degradando el terreno por sobrexplotación y cuentan con modelos empresariales con ausencia de controles y marcos legales permisivos que promueven la explotación de los trabajadores y no respetan la legislación internacional de defensa del medio ambiente.

Control del mercado donde se comercializan

Por otro lado, el segundo punto clave que menciona el informe es el control del mercado en el que se comercializan los bonos de carbono. Según los expertos de Instituto Coordenada, el mayor riesgo de operar con bonos foráneos no certificados por una entidad oficial es que se produzca la doble venta. Es decir, el mismo bono generado por la misma masa forestal es vendido más de una vez de forma fraudulenta.

En este punto, recuerda que solo el registro oficial de cada bono ofrece garantías jurídicas sobre su comercialización, tal y como ocurre en España. Por este motivo, los bonos certificados son más caros que los no certificados o con certificación dudosa y los expertos aseguran que hay estímulos monetarios suficientes para que las empresas opten por la compra de bonos de carbono foráneos, principalmente de países tropicales.

En cifras, cada bono supone una tonelada de carbono absorbida, con diferentes opciones para generar altos niveles de absorción en condiciones de piratería, con especies vegetales inadecuadas y sin rastro de controles en países con regímenes políticos que no respetan los valores democráticos y los derechos humanos.

El Instituto Coordenadas advierte de que los bonos foráneos baratos pueden convertirse en “un factor de enorme riesgo legal y reputacional para las empresas que los adquieran”.

“¿Qué empresa de alta visibilidad en el mercado, con presencia bursátil multinacional, con marca asociada a valores éticos y sociales, correría el riesgo de que se conociese públicamente que compra bonos de carbono generados por masa forestales en remotas selvas, que degradan el medio, gestionados en condiciones de explotación infantil laboral y comercializados una y mil veces sin control o garantía alguna?”, cuestiona el informe.

El vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas, Jesús Sánchez Lambás, asegura que “afortunadamente, en España tenemos uno de los mejores mecanismos oficiales de control de los bonos de carbono, con certificación de procesos esenciales para asegurar su calidad. Aquí no hay otra opción que no se la apuesta por la calidad y la seguridad. Cualquier estrategia de reputación social corporativa de cualquier gran empresa puede quedar degradada por una decisión equivocada en este tema”.