Incertidumbre. Ese es el primer riesgo que afronta el Ejecutivo conformado por Pedro Sánchez, ya investido como presidente de España.

 

Los mercados observan con un ojo las entradas y salidas desde el Palacio de la Moncloa mientras que con el otro, permanecen atentos a las reacciones de Bruselas. Será Nadia Calviño, la encargada de liderar el esfuerzo económico de este nuevo Gobierno que cuenta con cuatro vicepresidencias. Pero, ¿cuáles son los principales retos que habrá de afrontar?

El nuevo Gobierno se ha propuesto aprobar en un plazo de tres meses los Presupuestos Generales del Estado, tarea arduo complicada si se tiene en cuenta que para ello necesita apoyo parlamentario en el Congreso. Por otro lado, ante el conflicto político y social de Cataluña el presidente tendrá que hacer frente a su promesa de crear una mesa extraparlamentaria de dialogo con sus nuevos socios, ERC, lo que podría ahuyentar a inversores extranjeros. Y en materia política, la financiación de las autonomías es otro de los grandes retos a los que se enfrenta el Ejecutivo.

Además, entre otras medidas populares, también se encuentra el reto de elevar el Salario Mínimo Interprofesional y as nóminas de los funcionarios un 2 por ciento, así como actualizar las pensiones el 0’9 por ciento. Esta ultima medida quedó congelada el pasado mes de diciembre.

En este contexto, Pedro Sánchez, también ha propuesto derogar la reforma laboral aprobada por el Partido Popular e impulsar la agenda social. Frenar la burbuja del los alquileres e incrementar las ayudas sociales a familias vulnerables. ¿Es todo esto posible?

Lo que dicen los expertos

Según la agencia de calificación S&P, el nuevo Ejecutivo de Sánchez podría no cumplir con los objetivos de déficit marcados por Bruselas y advierte del riesgo de aumentar el gasto social. Sin embargo, la agencia Moody’s señala que frente al aumento del gasto hay nuevos impuestos “para mantener el déficit presupuestario bajo control”. De hecho es la Comisión Europea quien alerta de los tres principales riesgos que podrían poner en jaque el futuro económico de nuestro país: un elevado endeudamiento, una débil productividad y el elevado porcentaje de desempleo, aún persistente.

Por su parte, la agencia de calificación Fitch alerta de que el nuevo escenario podría impulsar la “desaceleración cíclica”. ¿Sólo en España? El frenazo de la eurozona se debe a cuestiones externas como por ejemplo la guerra comercial sostenida en el tiempo entre Estados Unidos y China o la incertidumbre de un Brexit que no acaba de cuajar.

De hecho, España es uno de los países con mejores previsiones en el contexto europeo. A pesar de la certeza de una cierta desaceleración, los datos de superávit y de inflación no son negativos. De hecho, el Banco de España asegura que en el último trimestre del año, el ritmo de crecimiento se ha mantenido. en torno al 0,4 por ciento. Respecto al PIB, sí prevén una caída desde entre el 2 y el 1,7 por ciento interanual para el 2020, cifra sobre la que tendrá que trabajar el nuevo Ejecutivo.

Por otro lado, el déficit de las administraciones, ahora multiplicadas, es otro de los grandes retos para Calviño. Según Funcas, la cifra se ha estancado en un 2,5 por ciento del PIB, por lo que el agujero fiscal de nuestras instituciones públicas podría ser cada vez más grande y profundo. Será labor de este nuevo Gobierno evitar el saquero y espolio de las arcas públicas y por ende de los bolsillos de los ciudadanos.