Un mes ha transcurrido desde que los ataques de Israel sobre Palestina se recrudecieron. Durante décadas de guerra se han vivido momentos de agravación de los ataques por parte de los colonos y, desde que Hamás respondiese con una ofensiva que acabó con la vida de civiles el pasado siete de octubre, ha transcurrido un mes de bombardeos continuados sobre hospitales, escuelas y viviendas del pueblo palestino. La equidistancia está siendo la tónica mayoritaria en occidente; sin embargo, colectivos como el de estibadores de Barcelona ha decidido no colaborar con el conflicto, en la medida que esto les es posible.

“Hemos decidido no permitir en nuestro puerto la actividad a busques que contengan material bélico”, recoge el comunicado emitido por la Organització d'Estibadors Portuaris de Barcelona (OEPB). El “objetivo único” de esta acción es “proteger a cualquier población civil sea del territorio que sea” con una premisa clara: “ninguna causa justifica el sacrificio de civiles”. Los trabajadores portuarios no quieren que por su lugar de trabajo sigan desfilando armas que engrosen la lista que supera ya los 10.000 muertos, más de 4.000 niños.

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Respetar con “vehemencia” la Declaración Universal de los Derechos Humanos es “una obligación y un compromiso”. Los estibadores han lamentado que estas premisas, que se creía que compartían los autodenominados países desarrollados, “parecen haber sido olvidados por los países de la propia Carta Magna”. El texto de la OEPB es claro y no hace solo referencia al genocidio israelí, también señala la guerra de Ucrania como un ejemplo del uso de la violencia contra población civil. Esto les ha llevado a “refrendar una vez más el absoluto rechazo a cualquier forma de violencia”.

Alto el fuego

Siguiendo la misma línea que cada vez más formaciones políticas a lo largo y ancho del globo defienden, los estibadores de la ciudad condal ruegan la proclamación de un “alto el fuego inmediato”. Confían en la posibilidad de encontrar “soluciones pacíficas”, pese a que el Estado de Israel ha rehuido siempre de ellas y ha preferido desplegar un apartheid que se ha cobrado la vida de decenas de miles de niños.

Entre los actores, uno de los principales culpables, más allá de Israel, es la Organización de Naciones Unidas (ONU), de la que también se han acordado los trabajadores portuarios. Estos han pedido a la organización que “cese su postura de complicidad por inacción o dejación de sus funciones y recupere el espíritu y los motivos por los que se fundó”. En relación con estos principios, la OEPB los ha querido recuperarlos y exigir su cumplimiento:

  • Mantener la paz y la seguridad internacionales
  • Proteger los Derechos Humanos
  • Distribuir ayuda humanitaria
  • Defender el derecho internacional
  • Apoyar el desarrollo sostenible y la acción climática

Ayuda de ONG y movimiento internacional

La acción de los estibadores de Barcelona no es aislada. Otros colectivos en todas Europa han decidido llevar a cabo acciones similares. En el caso de los trabajadores catalanes, estos necesitarán de la colaboración de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) implicadas en el genocidio palestino, dado que ellos no pueden conocer la información relativa a las cargas de los contenedores que manejan. Sin embargo, muchas ONG si que conocen los movimientos de armas, razón por la que les han pedido ayuda para poder cumplir su compromiso.

Las acciones represoras de Gobiernos como el británico, el francés o el de la ciudad de Berlín, que han prohibido las manifestaciones contra el genocidio israelí y en defensa del pueblo palestino, no están consiguiendo frenar la ola de protestas de la población. Precisamente en suelo británico, activistas palestinos han bloqueado las entradas a la fábrica de armas Ebit, de propiedad israelí y ubicada en Kent, donde se fabrican drones o miras de francontirador, entre un amplio equipo de asalto, que posteriormente se exportan a Israel. 

En el mismo Washington DC, capital de Estados Unidos, 300.000 personas han colapsado la ciudad para pedir a sus mandatarios, aliados y cómplices de la masacre, que cesen su colaboración con el ocupante. Berlín, París, Londres, Madrid son otras de las ciudades que han sido inundadas por una ola palestina. Pocas son las capitales en las que no se han visto manifestaciones o protestas, muchas de ellas duramente reprimidas por la s fuerzas del orden.