En poco más de tres semanas, las Bolsas mundiales han caído más que durante la crisis financiera de Lehman Brothers que trajo el desplome del sistema financiero, de los bancos y explotó la burbuja inmobiliaria. El descenso de los mercados de acciones ronda el 40% y la medida de poner coto a los inversores bajistas –los que ganan dinero cuando los valores caen- no está siendo un freno efectivo. Estos inversores piden prestados las acciones, las venden, esperan a que caiga el valor y luego las recompran más baratas, devolviendo el préstamo de esos títulos.

Pero la esencia del mercado de acciones está en los beneficios empresariales. De lo contrario, sería poco más que un juego de azar. Los beneficios de las compañías y el posterior reparto que hacen a los accionistas y que se conoce como dividendo. Habitualmente, suele rondar el 50% de la ganancia, así la mitad se la queda la propia empresa para invertir, endeudarse menos, etcétera y la otra mitad se reparte entre los accionistas de acuerdo al número de títulos que posean.

Así, las empresas se valoran según lo que ganen. Para ello, existe un ratio llamado PER (Price Earning Ratio) que indica en un momento concreto con unos beneficios generados en un periodo (normalmente un año) en cuánto tiempo se podría recuperar la inversión con las ganancias de la compañía. Esto mismo es aplicable a un negocio normal y corriente. Si uno compra una mercería con la que se gana al año 20.000 euros (después de los pagos), y el vendedor le pide 300.000 euros por el negocio, el comprador está adquiriendo el negocio a un PER de 15 veces. Es decir, en 15 años pagaría con los beneficios su inversión.

Normalmente, el conjunto de empresas que forman el Ibex 35 cotizan a un PER de 15 veces como media. Con los datos actuales, y después del durísimo castigo sufrido por las acciones, solo 10 compañías del Ibex tienen un PER de más de 15 veces, mientras que el resto de valores se encuentra por debajo por lo que teóricamente serían una formidable oportunidad de compra. Los casos más extremos –recuerdo que es una fotografía fija actual- la aerolínea IAG tiene un PER de dos veces, es decir, en solo dos años se recuperaría la inversión, mientras que BBVA, Banco Santander, ArcelorMittal, Mediaset, Repsol, Cie Automotive o ACS no llegan a las 4 veces.

Estas proporciones son históricamente bajas y hablan de un mercado de saldo en grandes compañías cotizadas. Comprar estos valores sería, con esta imagen fija, una oportunidad tan única como sus precios. Pero no todo es tan fácil. El mercado está descontando una caída muy brusca de los beneficios empresariales de las empresas y este factor a la baja en el futuro elevará ese ratio de PER. Todo apunta a que ahora los niveles son exagerados, pero saber ahora si determinados valores están baratos o caros es imposible. La crisis del coronavirus abre una gigantesca incógnita de cuánto van a ganar nuestras empresas en los próximos meses, lo que explica estos ridículos precios.

Compañías con negocios más estables como las llamadas utilities o de servicios públicos siguen, sin embargo, cotizando a niveles de PER más elevados en la convicción de que sus beneficios no se verán tan afectados por la crisis. Iberdrola, Inditex, Ferrovial, Cellnex, Siemens Gamesa, Grifols, Ence o la inmobiliaria Colonial siguen cotizando a PERs muchos elevados porque el dinero está convencido de que no sufrirán tanto con la recesión que se nos viene encima.

También hemos hablado aquí de la conveniencia de invertir en Bolsa por el cobro del dividendo. Pero también esta certeza ha desaparecido. Si los beneficios caen bruscamente, muchas compañías o no repartirán dividendo entre sus accionistas o, simplemente, lo tendrán que reducir. La firma Airbus o Electrolux ya han indicado que no lo repartirán con cargo a 2019 por la crisis del coronavirus. Los expertos estiman que otras muchas compañías anunciarán en breve su reducción o aplazamiento hasta ver cómo les ha afectado la epidemia. Eso sí, las medidas que están tomando tanto en Estados Unidos como Europa en cuanto a dotar de liquidez al mercado y a las compañías es una baza a favor de que los resultados no sufran tanto como sería de esperar. De momento, el nivel de 6.000 puntos del Ibex 35 parece garantizado.