La gestión del talento es una pieza clave para el éxito futuro de una organización y uno de los grandes retos para los responsables de Recursos Humanos. Pero ¿cómo acercarse y atraer a las nuevas generaciones? Según los expertos, tanto los llamados Millennial – aquellos nacidos a partir de los años 80- como la posterior Generación Z tienen una concepción del trabajo muy diferente, en la que cobran importancia conceptos como flexibilidad, sostenibilidad o movilidad internacional. No solo están mejor preparados si no que son más proactivos y emprendedores, y aportan ideas e innovación, dos valores decisivos para no quedarse atrás en plena era de disrupción tecnológica. 

Las compañías, ya sean grandes o pequeñas, son conscientes de que el talento joven es un elemento diferenciador y no siempre fácil de conseguir. “Las empresas se encuentran en un momento de cambio en el que no solo se deben adaptar a la transformación social y digital, sino que, además, deben ser capaces de atraer a las nuevas generaciones y por lo tanto a las nuevas formas de trabajar, donde imperan la motivación, el interés por el desarrollo y el aprendizaje en sus puestos de trabajo”, explica Jorge Narváez, Talent Acquistion Manager del Área de Cultura, Compromiso y Experiencia de Empleado de Banco Santander.

Con el objetivo de posicionarse como una de las principales marcas empleadoras de España y que los jóvenes identifiquen a Santander como un lugar atractivo para trabajar, la entidad lanzó el año pasado la primera edición de Santander Talentour, una iniciativa que durante varios meses ha recorrido universidades y escuelas de negocio para buscar los mejores perfiles e incorporarlos a sus equipos.

Sin embargo, se trata no solo de captar talento sino de desarrollarlo y retenerlo. Por ello, el banco ha implantado un modelo de trabajo más flexible que facilita la conciliación, la colaboración y la proyección profesional. “Las empresas con éxito necesitan equipos preparados y comprometidos. Cada año ponemos en marcha diversas iniciativas y programas con el fin de ayudar a nuestros empleados a crecer personal y profesionalmente”, señalan desde el banco.

Santander cuenta nuevas vías en la planificación de la sucesión de los líderes de la entidad en las posiciones clave en el Grupo y se han creado los Comités de Valoración de Talento que permiten identificar el potencial de los empleados. También ha incorporado nuevos programas de formación dirigidos a perfiles directivos en los que se desarrollan competencias de liderazgo de la mano de los responsables de la organización, que participan como mentores. En 2018 lanzó Young Leaders, una iniciativa en la que jóvenes profesionales de todos los países, elegidos por sus compañeros, participan junto con la alta dirección en el desarrollo de la estrategia del grupo y aportan perspectivas e ideas innovadoras.

Participantes de Young Leaders, en una convención en la Ciudad Financiera de Madrid junto a Ana Botín

Participantes de Young Leaders, en una convención en la Ciudad Financiera de Madrid junto a Ana Botín.

Programas de movilidad internacional como Global Job Posting, que permite presentar candidaturas a puestos vacantes en otros países, filiales o divisiones, o Santander World, para trabajar durante unos meses en proyectos en diferentes mercados, fomentan el desarrollo de buenas prácticas y contribuyen a ampliar la visión global del banco.

También ha revolucionado la manera de evaluar a los empleados con My Contribution, un modelo corporativo de gestión del desempeño que refuerza la cultura corporativa como palanca de la transformación y en el que importa no solo la consecución de los objetivos sino la forma como se han logrado (desde la perspectiva del comportamiento, liderazgo, compromiso…). El proceso de valoración integral 360 grados o evaluación integral - una herramienta que gana peso en las organizaciones modernas- mide el desempeño y las competencias y permite diseñar programas de desarrollo para, en conjunto, lograr una mejor gestión del talento de los empleados.

Equipos diversos e inclusivos

Junto a todos estos programas, Santander cuenta con grupo de trabajo y una red de expertos global para reforzar la estrategia de diversidad e inclusión del Grupo, apoyando todo tipo de diversidad: género, raza, edad, discapacidad, así como de experiencias profesionales y de vida, religión, valores y creencias, orientación sexual o personalidad. “Si queremos entender el mundo en el que vivimos, necesitamos equipos diversos e inclusivos que sean un reflejo de la sociedad. Y gestionar esta diversidad de talento de manera inclusiva, reflejando nuestros valores, nos permitirá atraer, desarrollar y retener a los mejores profesionales, y nos ayudará a conseguir mejores resultados de forma sostenible”, señala la entidad en su Informe Anual.

Los esfuerzos de Banco Santander por lograr la excelencia en la gestión de equipos, como uno de los pilares de su modelo de banca responsable, han sido reconocidos por tercer año consecutivo con la certificación Top Employer Europe 2019. El Grupo ha recibido este certificado en ocho países europeos, entre ellos España. Además, la entidad presidida por Ana Botín ha accedido por primera vez al ránking global que elabora la revista Fortune, en colaboración con el Great Place to Work Institute, y se sitúa entre las 25 mejores empresas para trabajar en el mundo (es el segundo mejor banco para trabajar del mundo, por detrás de Scotiabank).

Santander se ha propuesto entre sus objetivos ser el mejor banco para trabajar en todos los países en los que opera. Y ha dado un gran paso. Great Place to Work ya reconoció en 2018 a Grupo Santander como una de las mejores entidades financieras para trabajar en América Latina y ya es la tercera entidad financiera mejor valorada en Argentina, Brasil, Chile y México. Además, el banco que preside Ana Botín está considerado como una de las Mejores Multinacionales del mundo para trabajar en 2018 en Latinoamérica.