Un total de 8.522 mujeres han contado en el último año con el apoyo de MicroBank, el banco social de CaixaBank, en un periodo marcado por la crisis de coronavirus. Según un estudio realizado por MicroBank, en colaboración con Stone Soup Consulting, las mujeres representan el 33% del total de emprendedores y su perfil mayoritario en el año de la Covid-19, aunque heterogéneo, responde al de una mujer de entre 36 y 49 años de edad (43%), con estudios de Formación Profesional (34%), en busca de una oportunidad de negocio (42%) y enfocada al comercio minorista (30%). 

“La voluntad de MicroBank de estar al lado de emprendedores y autónomos con el objetivo de contribuir a la creación de riqueza y bienestar ha sido aún más firme en 2020. Ha sido un año complejo, pero a pesar de las dificultades, las emprendedoras han seguido demostrando que hay mucho talento en España que vale la pena apoyar en su propio beneficio y en el de la sociedad”, explica Cristina González Viu, directora general de MicroBank. 

Por edades, el segundo colectivo más numeroso es de las mujeres de entre 26 y 35 años (26%), aunque destaca el grupo de mujeres con edades comprendidas entre 50 y 64 años, que representan el 22%, muy por encima del 8% que suponen las mujeres menores de 25 años. Según el nivel de estudios, el 26% de las beneficiarias de microcréditos de MicroBank tenía una carrera universitaria, el 22% había cursado la Educación Obligatoria y el 16%, Bachillerato. Únicamente un 1% de las mujeres carecía de estudios. 

Respecto a los sectores predilectos para emprender por parte de las mujeres, destacan el comercio minorista (30%), la hostelería y restauración (23%) y los negocios de peluquería y estética (20%). Estos datos contrastan con los nuevos negocios impulsados por hombres, que optan en menor proporción que las mujeres por el comercio y la hostelería. En el marco de los servicios profesionales, ellos se decantan por nuevas oportunidades en el ámbito del transporte, la construcción y las reformas. 

Oportunidades de negocio

Entre las principales motivaciones que las mujeres esgrimen para emprender destaca el hecho de ver una clara oportunidad de negocio (42%), el deseo de ganar independencia y ser sus propias jefas (25%) y la vocación (13%). Además, para un 13% de las mujeres, la principal motivación para emprender es revertir una situación de paro. 

Las mujeres son más proclives que los hombres a solicitar un microcrédito para la apertura de un negocio, con un 48% frente a un 26%. En relación al éxito de los negocios emprendidos por mujeres, en el 86% de los casos siguen vigentes, mientras que un 7% ha tenido que cerrar. Los negocios que no han prosperado liderados por hombres han sido el 3%, en parte por no estar tan vinculados a los sectores más castigados por la pandemia como ha ocurrido en el caso de las mujeres. 

Las emprendedoras han recibido el 31% de los préstamos específicos de MicroBank para paliar los efectos de la Covid-19. En la mayoría de los casos, se destinaron a pagar los gastos del día a día del negocio (34%), hacer frente al pago a proveedores (22%) y al alquiler de la oficina o local (18%). 

Casos de éxito

MicroBank ha apoyado casos concretos como el de Raquel Muñoz, de Cabezón de la Sal (Cantabria), uno de los múltiples ejemplos de emprendedoras que han tenido que reinventarse como consecuencia de la pandemia. Tras casi una década dedicada a la fabricación de ambientadores para el hogar, la pandemia acabó con su negocio y decidió pedir un microcrédito para reenfocar su actividad, crear la empresa Hidrolor y comenzar a producir geles hidroalcóholicos con aromas.

“El año 2020 ha sido muy duro, pero la paciencia, la constancia y la resiliencia me han convertido en una emprendedora más capacitada y segura de mí misma”, explica Muñoz, que ha conseguido introducir sus productos en ayuntamientos de Cantabria y Castilla y León. 

Leticia Domínguez, al frente de LDM Arte y Moda, es otro exponente de mujer emprendedora que ha visto como la Covid-19 ha modificado su modelo de negocio. Hace unos años inició en Sevilla su proyecto personal dedicado al diseño, producción y comercialización de moda flamenca hecha a mano e impulsó su página web y la venta online gracias a la concesión de un microcrédito por parte de MicroBank.

“Durante la pandemia no pude mostrar mi trabajo en ferias ni desfiles, por lo que decidí poner el foco en reforzar mi formación, reorientar la actividad y diversificar la producción con la confección de pañuelos y abanicos, entre otros productos”, explica Domínguez, firme defensora de la moda sostenible y el comercio justo. 

MicroBank da respuesta a diferentes segmentos de población cuyas necesidades financieras no están lo suficientemente cubiertas. Tiene un papel determinante en el Plan de Banca Socialmente Responsable de CaixaBank, en el que tiene encomendada la misión de promover la inclusión financiera, facilitando el acceso al crédito a los colectivos más vulnerables, así como fortalecer su compromiso con el desarrollo socioeconómico del territorio.