La necesaria transformación digital ha revolucionado el mundo de la construcción. Considerado uno de los sectores más tradicionales, la incorporación del Big Data, la realidad virtual o la inteligencia artificial marcan un antes y un después en esta actividad vital para el progreso de un país. Uno de los elementos que ha contribuido a la innovación dentro del sector es el uso del BIM, una metodología de trabajo que integra a todos los agentes que intervienen en el proceso de edificación y que se extiende durante todo su ciclo de vida.

Lorena Alonso, Directora Técnica de la Oficina Técnica y Estudios de Grupo Avintia, es la persona que ha llevado a cabo la implantación de la metodología BIM en la compañía, uno de los elementos clave para la llamada cuarta revolución industrial. La hemos entrevistado para hablar de cómo está aprovechando Avintia estas enormes posibilidades que esta innovadora metodología de trabajo ofrece.

"BIM o Build Information Modeling (modelado de información para la edificación) es el presente y el futuro del sector de la construcción"

¿Qué es el BIM?
Para alguien que no está metido en el sector hablar de BIM o Build Information Modeling (modelado de información para la edificación), no significa nada, pero es el presente y el futuro del sector. Hay incluso profesionales que lo confunden con Revit, uno de los programas con los que trabaja. BIM, sin embargo, es mucho más, es una metodología de trabajo que incorpora multitud de datos de todo el ciclo de vida de un edificio desde que empiezas el anteproyecto y, si se hace completo, se extiende al mantenimiento del mismo. Se trata de un entorno de trabajo colaborativo que evita multitud de errores durante el proceso de construcción. Es como tener una maqueta casi a escala real, con toda la información y parámetros.

¿En qué sentido se puede considerar una revolución para el sector de la construcción?
Me gusta entender esto en el marco de la historia y las distintas revoluciones que ha vivido, que han cambiado la forma de pensar. Por ejemplo, la máquina de vapor cambió en la primera revolución industrial toda la metodología de trabajo. Ahora estamos en la revolución digital, que tiene mucho que ver con BIM. Es una revolución de datos y los datos se han convertido en el petróleo de este siglo. La metodología BIM es la herramienta del presente y te permite la gestión de esos datos.

"BIM supone un salto exponencial que permite que cualquier cambio sea automático, evita problemas en obra y anticipa soluciones"

¿Qué ventajas plantea respecto a anteriores metodologías?
En su momento AutoCAD fue una revolución absoluta teniendo en cuenta que, en su momento, se dibujaba con rotring. Permitió dibujar en ordenador y fue un salto importante. Ahora estamos en el siguiente, la gestión digital de todo el entorno de la construcción. Se trata de un salto exponencial que te permite que cualquier cambio sea automático.

Otro aspecto importante es que, al estar todo en el mismo modelo, se evitan problemas en obra y te permite anticipar soluciones.

Entonces, ¿si se introduce un cambio en el proyecto, la información llegaría de forma automática a todas las partes?
Sí, más o menos. Por ejemplo, en un proyecto hecho con AutoCAD los cambios no son automáticos y si modificas una ventana en el alzado, tendrás que hacerlo también en el resto de planos. Con la metodología BIM, sí.

El BIM tiene en total siete dimensiones. Se empieza por un 3D, que es un modelado en tres dimensiones, que se hace con programas tipo Revit, que es el que utilizamos nosotros y que incluye muchísimos datos, que es lo verdaderamente importante y marca la diferencia. Un muro, por ejemplo, con AutoCAD son dos líneas, pero con BIM sabemos de qué está compuesto, cuántas capas tiene, su espesor real, con quién lo contratas, etc.

De ahí pasas al 4D, que afecta a la planificación de la obra y te permite saber en cada día del ciclo de la construcción qué elementos vas a construir. Se puede incluso definir cómo estará la obra un día concreto y te saca un modelo en el que se ve la evolución de la obra.

El 5D es el control de costes y afecta a la fase de construcción. El 6D incorpora la parte de sostenibilidad y el 7D el mantenimiento, una fase muy importante, por ejemplo, para hoteles u oficinas.

¿Todos los proyectos incluyen todas estas fases?
Es una herramienta muy potente, aunque muy raras veces se emplea al completo en todas sus fases. Si el cliente lo quiere, se puede traspasar y complementar.

Para definir el modelo 3D utilizamos un sistema que se llama LOD y que determina el nivel de desarrollo. Un LOD 100 es un modelo muy básico y puede llegar al 500, que es el más completo y el que se utiliza para un nivel de mantenimiento. Eso lleva consigo un trabajo tan grande que sólo al explotador le va a interesar tener la información a ese nivel. En el día a día de una empresa constructora o de una promotora, no se lleva nunca a ese nivel de definición. En Avintia podríamos decir que nuestros modelos alcanzan un LOD 350.

Este sistema te permite adaptarte a las necesidades de cada proyecto. Es una herramienta tan potente y tan amplia que, si no lo haces así, sería incluso contraproducente ya que estar seis meses para sacar un LOD 500 no es viable para según qué proyectos.

¿Es vital incorporar la metodología BIM en la construcción industrializada?
Sí, podríamos decir que en la construcción industrializada el BIM no es una elección sino una necesidad. La construcción tradicional te permite solucionar en obra eventuales problemas, pero en la construcción industrializada el panel llega ya terminado y, si no vale, hay que devolverlo a fábrica y hacer otro. Los errores deben ser corregidos antes de la fabricación.

¿Contribuye el BIM a mejorar la sostenibilidad de los edificios?
Sí, mucho. Al estar la información incluida en la propia herramienta, te da muchas ventajas: El propio programa ayuda en el análisis y toma de decisiones sostenibles basadas en la orientación, el diseño urbano, la envolvente y elementos del edificio y te sugiere cambios para mejorar le eficiencia energética y la sostenibilidad en general.

"En España, si queres trabajar con la Administración tienes que utilizar BIM y los promotores ya lo empiezan a pedir"

¿Cuál es su evolución y nivel de implantación en España?
En España vamos un poco más lentos que en otros países que están más industrializados. Aquí el impulso principal viene por parte del sector público, desde que en febrero de 2014 la Unión Europea recomendó a los países miembros que metieran en los pliegos de licitación la metodología BIM. En 2015, el ministerio de Fomento creó la Comisión BIM para velar por su implantación real en España, con dos hitos. El primero para la fase de la edificación, cuyo plazo inicial era para finales de 2018, aunque tuvo que posponerse para dar oportunidad a todo el mundo ya que las empresas pequeñas tenían más dificultades para conseguirlo dado su elevado coste económico. La siguiente fecha era para 2019 y afectaba a las infraestructuras.

Nosotros estamos notando que ya en algunos casos el BIM ya es obligatorio. Por tanto, si quieres trabajar con la Administración, tienes que hacerlo así. El sector privado es diferente, pero los promotores ya lo están empezando a pedir.

"Ya estamos en la fase: o entras o te quedas fuera"

¿El BIM ha llegado para quedarse?
Va a ser una necesidad. Es muy común en el sector la frase de ‘por qué lo voy a cambiar si se ha hecho así de toda la vida’, pero cuando hay temas como éste, al que te ves obligado, no queda otra. Ya estamos en esa fase: o entras o te quedas fuera.

¿Lo utilizáis en todas las edificaciones en las que participa Grupo Avintia?
En todas, no. Lo tenemos implantado en todas aquellas que son más relevantes y vemos que es necesario dar ese plus de BIM. ¿Por qué no lo hacemos en todas? Pues es un proceso lento porque lleva consigo muchas licencias, formación, aparte de que el BIM exige unos plazos iniciales que son más largos que en la edificación tradicional. Son dos curvas inversas: el BIM implica mucho tiempo al principio porque hay que meter muchos datos, pero luego la curva baja rápidamente y a lo largo del proceso se acorta. En el método tradicional, la curva es inversa. Al principio es todo muy rápido, pero cuando entras en la fase de ejecución, interactuando entre las distintas partes, el proceso sube.

¿Y qué pasa? Que al final, en la fase de licitación, no tienes ese tiempo que necesitas para poder gestionarlo con una herramienta BIM. En todas aquellas que podemos meterlo, así lo hacemos. A nosotros nos da la confianza de que estos proyectos son mucho mejores porque están infinitamente más trabajados.

"Con BIM se puede acortar tiempos de obra y abaratar costes"

¿Es posible que, a medida que se va utilizando cada vez de forma más generalizada, se consiga acortar ese tiempo?
Sí, claro. Entre las cosas buenas del BIM está que pueden trabajar varias personas a la vez y acortar el proyecto. Hay un plazo mínimo que por mucha gente que metas no se puede acortar, pero sí se trabaja dentro del mismo modelo. Cuando el que está modelando la estructura ve que hay una interacción con arquitectura, a éste le salta. Eso en otro entorno de los de antes, no ocurre.

¿Qué coste tiene implantar esta metodología en una empresa?
Las licencias con respecto a AutoCAD, por ejemplo, son el triple. Por otro lado, hay que formar a las personas. Es un cambio de mentalidad y de trabajo en equipo.

¿Cómo ha sido la aceptación de clientes y profesionales?
Los clientes tienen un control muchísimo mejor por el mismo precio, por lo que lo aceptan muy bien. Y entre los profesionales hay de todo: gente más reacia a los cambios y otros que tienen claro que es el futuro y hay que dar el salto. Creo que es un tema más generacional. Casi te diría que el BIM se estudia ya en las escuelas de arquitectura y las nuevas promociones salen ya con el BIM incorporado.

Esto va a ser muy rápido y si no te adaptas, te quedas fuera.

¿Podríamos cuantificar los resultados de operar con y sin BIM?
El punto importante es que te quita muchos errores. ¿Se pueden acortar tiempos de obra? Si no se dan errores y las cosas ruedan de forma mucho más automatizada, se puede acortar el tiempo y abaratar costes. Pero la mayor ventaja es la calidad, ya que tienes un producto en el que todo está estudiado.