El Consejo de Ministros ha dado hoy su visto bueno a un real decreto que incorpora la normativa comunitaria para controlar la política de riesgos del sector financiero. Entre los puntos más destacadas de esta ley, el Ejecutivo aumenta la supervisión sobre los sueldos de los banqueros y pone coto a la llamada guerra de depósitos entre entidades.

Paliar la ausencia de regulación
Según ha indicado el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, este decreto trata de paliar la ausencia de regulación de determinados productos bancarios que está detrás de la crisis financiera.

Rubalcaba ha explicado que ahora el Banco de España tendrá la capacidad de regular los salarios de los directivos de las entidades que reciban ayudas públicas, al tiempo que se vigilarán los incentivos que se pagan en la banca para evitar prácticas especulativas. En concreto, establece que entre el 40 % y el 60 % de la remuneración variable se abone en un plazo mínimo de tres años, al tiempo que exige que la mitad de ésta se abone en acciones u otros instrumentos que dependan de los resultados de la entidad. Además, dentro de la remuneración variable se incluirán las contribuciones a planes de pensiones.

Freno a la guerra del pasivo
Además, el vicepresidente ha destacado que con este real decreto se trata de frenar la guerra del pasivo penalizando a las entidades que ofrecen intereses demasiado altos en sus depósitos, y que a su juicio "acaban siendo créditos más caros para todo el mundo". A partir de julio, las entidades que comercialicen, por ejemplo, depósitos a un año que superen el euribor a doce meses (ahora en el 2,137%) más 100 puntos básicos deberán hacer una aportación adicional al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). De esta forma, Economía desincentiva todos aquellos productos de pasivo que superen el 3,1%. Actualmente, en el mercado se pueden encontrar ofertas de hasta el 4% a doce meses.