El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido modificar sus tipos de interés por primera vez desde 2016 recortando 10 puntos básicos al tipo de facilidad de depósito, hasta situarlo en el -0,5%, al tiempo que ha dejado el tipo de interés de referencia inalterable, en el 0%, y el de facilidad de préstamo en el 0,25%.

Asimismo, la autoridad monetaria también ha anunciado que reanuda las compras netas de activos, por valor de 20.000 millones de euros al mes a partir del 1 de noviembre por un periodo indeterminado.

La aplicación de la facilidad de depósito a los bancos no tendrá carácter general, sino que se realizará en dos niveles, lo que significa que una parte de los excesos de liquidez quedarán exentos. El BCE penaliza a las entidades que acumulen mayor cuantía de liquidez y alivia la cuenta de resultados de las entidades más pequeñas, que así podrán prestar más dinero. 

A la espera de que Mario Draghi comparezca por última vez como presidente ante los medios, este recorte de tipos junto con el programa de compras cumple con las expectativas del mercado. Además, el BCE asegura que no subirá los tipos de interés hasta que la inflación alcance de forma sostenida un nivel cercano al 2%.

Algunos miembros del Consejo de Gobierno habían expresado su oposición a las medidas de estímulo más radicales, particularmente a una reanudación de las compras de bonos netas, pero finalmente el BCE ha optado por un nuevo programa de compras aunque es cierto que con un tamaño muy limitado de 20.000 millones de euros mensuales.