
El expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, se excusó ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco que el dinero hallado en su casa y los lingotes de oro eran herencia familiar. Cinco Días reproduce este viernes su declaración del pasado 5 de diciembre, dos días después de ser detenido por supuestos delitos de alzamiento de bienes y blanqueo de capitales.
Asi justificó Díaz Ferrán ante el juez los 157.975 euros en efectivo encontrados por la Policía en su casa, varios miles de dólares, joyas y más de dos kilos de oro eran gramos de oro:
"Mis dos hermanos antes de verano, uno ha fallecido, me dejaron ese dinero. (...) El oro, dos pastillas de medio kilo, no estoy seguro del peso, me lo regalaron mis padres antes de que murieran, y yo se lo había regalado a mis hijos, nosotros lo guardábamos porque tenían miedo de guardarlo en casa, esa es la realidad".
Díaz Ferrán, que tenía en el garaje de su casa un Bentley modelo Continental en el momento de su detención, explicó que estaba a nombre de una de las empresas vendidas a Ángel de Cabo (también encarcelado como supuesto testaferro del expresidente de la patronal), y que en realidad era de él.
"Al vender la empresa a Ángel de Cabo pasa a este... Lo utilizaba para viajes largos, fuera de Madrid y tenía un inhibidor de frecuencia que me pidió la CEOE para que la utilizara otra persona y se lo pedí a Ángel de Cabo, lo llevé a la CEOE donde le quitaron el inhibidor de frecuencia y yo lo tenía en el garaje para devolvérselo a Ángel de Cabo".
El fiscal le pregunta por dos casas en Mallorca también traspasadas a De Cabo y que acabaron posteriormente vendidas a una empresa de un hermano de Díaz Ferrán:
"En ese momento mi hermano había vendido una empresa de transporte, quería hacer inversiones para desgravar y le pongo en contacto con este señor y se ponen de acuerdo y le compra la casa y me consta que recientemente mi hermano ha vendido una de las casas a un extranjero por en torno a los tres millones de euros".
El fiscal pregunta cómo es posible que una casa que vende por nada finalmente se venda por más de tres millones. "Desgraciadamente hasta ahora yo no he sacado ninguna rentabilidad de la venta, las dos casas tenían una hipoteca de ocho millones de euros", señala Díaz Ferrán.
Díaz Ferrán también habló con el juez de su lujoso barco que traspasó porque no podía soportar su coste, el Ferrari que utilizaba su hijo (un leasing de una de sus empresas que se pasó a De Cabo) y su Rolls Royce que pretendían alquilar para bodas y despedidas de soltero. A pesar de este elevado nivel de vida que parecía tener, a la vista de sus posesiones, aclaró a preguntas de su abogado que todos sus bienes personales estaban hipotecados para que les dieran los créditos que pidieron para salvar sus empresas de la quiebra. "Mi casa estaba hipotecada, la han subastado y me he quedado sin ella", lamentó.
Según Díaz Ferrán la culpable de la quiebra de Marsans fue la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kichner. "Nuestras empresas iban razonablemente bien hasta que el Gobierno de Cristina Fernandez de Kichner nacionalizó Aerolíneas Argentinas, de manera fraudulenta y cometiendo una tropelía tremenda", dijo. La expropiación está pendiente de juicio. Díaz Ferrán y su socio, Gonzalo Pacual, ya fallecido, le reclaman una indemnización de más de 1.000 millones de euros. "Estoy seguro de que podremos ganar el juicio, porque tenemos razón", aseguró al juez y añadió que con ese dinero pagaría a sus proveedores.