Las negociaciones sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea quedaron el jueves pasado en un punto muerto, aparentemente sin solución de continuidad, después de que los líderes europeos rechazaran las propuestas de la primera ministra.

La reunión fue extraordinariamente hostil según lo que se pudo deducir de las declaraciones de May que calificó al encuentro de humillante y de emboscada exigiendo respeto a los representantes europeos, así como de las de Tusk, presidente de la Comisión Europea que advertía al Reino Unido que no está en condiciones de imponer sus exigencias y que el acuerdo debe ser consensuado por las dos partes y no una mera adhesión de la UE a un escenario prefabricado que cuadre políticamente al Reino Unido.

En realidad no se esperaba ningún resultado positivo de la reunión celebrada en la ciudad austriaca de Salzburgo, la propuesta británica de mantener las mismas condiciones comerciales tras su salida de la Unión Europea ya había sido calificada de inaceptable por Donald Tusk, pero si se consideraba posible un comunicado neutro con una agenda de reuniones para los dos meses siguientes que proporcionase a May tiempo para sortear los obstáculos políticos dentro de su propio partido Conservador en el que la rama mas dura ,que apuesta por una salida sin acuerdo, está poniendo en peligro la permanencia de la primera ministra en su actual cargo.

Pero además del “no acuerdo” sobre las relaciones comerciales tras el Brexit, el principal escollo se encuentra en buscar una solución a la situación en que quedará la frontera entre Irlanda del Norte, parte del Reino Unido, e Irlanda que seguiría siendo miembro de la UE.

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La reunión que mantuvo May con el primer ministro irlandés en Salzburgo tampoco sirvió para allanar el camino, Gran Bretaña se niega a establecer una frontera comercial entre ambos territorios y una salida sin acuerdo y sin periodo de transición significaría un colapso en el tránsito comercial que provocaría bloqueos en puertos, imposibilidad de transporte y desabastecimiento de todo tipo de productos en la zona.

La reacción de los mercados financieros, como suele ser habitual se reflejó de manera inmediata en la cotización de la divisa. La libra esterlina cayó el viernes casi un 2% desde sus máximos del día contra el dólar. El euro también se vio afectado en menor medida a pesar de que un Brexit duro, como se le llama al no acuerdo, tendría efectos igualmente negativos para la Unión Europea. Y las bolsas tanto europeas como británicas frenaron sus subidas anteriores ante la inquietante situación provocada por la noticia.

Cotización de la libra esterlina contra el dólar USA.

Cotización de la libra esterlina contra el dólar USA.

Y no es para menos, un brexit duro provocaría un retroceso significativo en la evolución económica de ambas partes.

Caída del PIB por países en un Brexit sin acuerdo.

Caída del PIB por países en un Brexit sin acuerdo.

Según cálculos del FMI el producto interior bruto del Reino Unido sufriría un retroceso cercano al 4%, cifra muy similar a la de Irlanda. La Unión Europea en su conjunto vería como su crecimiento económico retrocede en torno al 1,5% y España perdería alrededor de un 0,25% en un momento crítico en el que necesitamos de mayor crecimiento para la creación de empleo y ajustar nuestras cuentas públicas.

Gráfico sobre las consecuencias del Brexit.
 

El Reino Unido ocupa el quinto lugar en el destino de nuestras exportaciones, tras Francia, Alemania Italia y Portugal, en ese orden. Un 7% de nuestras ventas al exterior son realizadas con este país.

Pero en la situación actual de desaceleración global cuyos efectos estamos notando también en nuestro país y teniendo en cuenta la todavía importante dependencia de nuestra economía de las exportaciones, las consecuencias que un Brexit duro tendría en el resto de la Unión Europea, contrapartida de más del 50% de nuestro comercio exterior, provocaría en nuestra economía, en el medio plazo, un retroceso superior al 0.25% previsto por el FMI.

Las negociaciones se han estancado y sin visos de solución. Los próximos días serán clave para conocer cual es la reacción del ala dura del partido conservador y ver si son capaces de abrir una ventana de dialogo, pero si se cierran en su postura intransigente actual, el futuro económico de Europa y el de nuestro país se verá sin duda oscurecido por los nubarrones provenientes de la “pérfida Albión”.