El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha emitido un escueto comunicado tras la reunión de emergencia convocada este miércoles en el que aboga por acelerar el diseño de "un nuevo instrumento antifragmentación", que será examinado después por el órgano del banco central comunitario para su aprobación.

En concreto, el órgano ha decidido encomendar a los Comités del Eurosistema pertinentes, junto con los servicios del BCE, "que aceleren la finalización del diseño de un nuevo instrumento antifragmentación para su examen por el Consejo de Gobierno".

El objetivo de esta medida es continuar aplicando flexibilidad en la reinversión de los vencimientos de la cartera de deuda correspondiente al programa antipandemia, el conocido con las siglas PEPP, tras anunciar el final de la compra de deuda por el impacto del coronavirus la semana pasada, así como la primera subida de los tipos de interés para el mes de julio de 25 puntos básicos. 

Al término de la reunión de urgencia, convocada esta misma mañana para discutir la situación de las condiciones de mercado tras el fuerte repunte de las rentabilidades exigidas a los bonos de la eurozona, el Consejo del BCE ha reiterado su compromiso para actuar contra los riesgos de fragmentación. El propio anuncio de la reunión ha suavizado al mercado y las rentabilidades española e italiana han caído de los máximos de 2014 alcanzados este martes. 

El Consejo de Gobierno ha reconocido las vulnerabilidades postpandemia, todavía duraderas en la economía de la eurozona, una realidad con la que coincide la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, tal y como ha declarado en paralelo a la reunión de urgencia. Para el BCE, estas vulnerabilidades estarían contribuyendo también a la transmisión desigual de la normalización de la política monetaria entre jurisdicciones. 

Por este motivo, el Consejo de Gobierno ha optado por aplicar flexibilidad en la reinversión de los reembolsos vencidos en la cartera del PEPP, con el fin último de preservar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria, especialmente en un momento postpandemia. Esta es una condición previa para que el BCE pueda cumplir con su mandato de estabilidad de precios.