Bankia obtuvo un beneficio neto atribuido de 816 millones de euros en 2017, lo que supone un incremento del 1,4% respecto al ejercicio anterior. Una vez incorporado BMN y contabilizados los ajustes puntuales derivados de la fusión, que ascienden a 312 millones de euros, el beneficio se sitúa en 505 millones, un 37,3% menos que en 2016. Con este incremento del beneficio (en términos homogéneos) y los holgados niveles de solvencia, el Consejo de Administración ha propuesto mantener el dividendo en 11,024 céntimos por acción, lo que eleva la retribución anual a accionistas a 340 millones de euros y el pay-out al 41,7%, según informa la entidad en una nota de prensa.

 Goirigolzarri más que satisfecho

El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, destacó que “2017 ha sido un ejercicio muy importante para Bankia porque hemos terminado el plan de reestructuración, hemos ejecutado la fusión con BMN y hemos avanzado en el proceso de privatización”. “Y, al tiempo, hemos conseguido aumentar nuestros beneficios, hasta 816 millones de euros, apoyados en un fuerte dinamismo comercial, en una mayor satisfacción de nuestros clientes y en una mejora constante de la calidad de nuestro balance”, añadió.

El presidente de Bankia afirmó, por último, que “por cuarto año consecutivo incrementamos el importe destinado a dividendos para nuestros accionistas y seguimos así avanzando en la devolución de ayudas a los contribuyentes”.

El consejero delegado de la entidad, José Sevilla, remarcó que “Bankia se ha consolidado como cuarta mayor entidad del sistema financiero español, en un año de fuerte impulso comercial en el que hemos incrementado en 158.000 personas la base de clientes, hemos captado 2.000 millones en fondos de inversión y hemos multiplicado por 2,3 veces la concesión de hipotecas”.

“Además, hemos continuado mejorando la calidad de nuestro balance, con una reducción de más de 2.100 millones los activos dudosos y adjudicados”, continuó Sevilla, quien puso en valor que “hemos afrontado la integración de BMN sin necesidad de apelar al mercado y con niveles de solvencia superiores a los de los competidores, lo que nos sitúa en un magnífico punto de partida para afrontar el plan estratégico del próximo trienio”.

Resultados

El margen de intereses se situó en 1.943 millones de euros, lo que supone un descenso del 9,6% en un ejercicio caracterizado por los tipos de interés en negativo, que provocaron nuevas repreciaciones a la baja de la cartera hipotecaria y un descenso del rendimiento de los bonos de la Sareb.

No obstante, en el último trimestre se observó un incremento del margen de clientes hasta el 1,55%, derivado del aumento del tipo medio al que se concedieron los créditos y del descenso del coste de los nuevos depósitos. Además, la estrategia Sin Comisiones lanzada hace dos años continuó dando sus frutos y permitió incrementar en 107.000 el número de clientes con ingresos domiciliados (hasta hacer un global de 280.000 en dos años), lo que se tradujo en mayores volúmenes de negocio y mayores ingresos por comisiones en productos de valor añadido.

De esta forma, la facturación por este concepto aumentó un 3,2%, principalmente por el mejor comportamiento de medios de pago, fondos de inversión y planes de pensiones, y por la buena evolución de la formalización de nuevo crédito.

El resultado de operaciones financieras aportó 368 millones de euros, un 52,6% más, crecimiento que refleja la materialización de plusvalías en la cartera de renta fija, sobre todo en los dos primeros trimestres del año, para anticipar la previsible subida de los tipos de interés.

Contención de costes

El margen bruto se situó en 3.027 millones de euros, un 4,4% inferior al del ejercicio anterior. Mientras, los gastos de explotación se mantuvieron estables en términos comparables y la ratio de eficiencia quedó en el 51,2%, frente al 55,6% de media del sector (según los últimos datos disponibles, entre septiembre de 2016 y septiembre de 2017).

Otro elemento que contribuyó a elevar la cuenta de resultados fue la mejora de la calidad del balance, que permitió reducir el saldo de créditos dudosos y de activos adjudicados y, al tiempo, rebajar un 9,4% la dotación a provisiones, hasta 448 millones de euros. El coste de riesgo (volumen de provisiones sobre crédito) disminuyó en el año del 0,24% al 0,23%.

Aumento del pay-out

El Consejo de Administración ha acordado proponer a la Junta de Accionistas mantener el pago de un dividendo de 11,024 céntimos por acción. Esta cifra es igual que la del año pasado (una vez ajustado el contrasplit), pero la emisión de acciones realizada para entregar a los accionistas de BMN provoca que la cuantía total a abonar se eleve hasta 340 millones de euros, un 7,3% más y equivalente a un pay-out del 41,7%, frente al 39,5% de 2016.

Con la participación actual del 61% que el FROB tiene de Bankia, este dividendo supondrá un nuevo avance del proceso de devolución de las ayudas por importe de 207 millones de euros. El total de las ayudas reintegradas ascenderá así a 2.863 millones.

El saldo de riesgos dudosos de Bankia registró el año pasado una nueva caída, de 1.736 millones de euros, hasta situarse en 9.740 millones, al tiempo que los activos adjudicados en valor neto contable descendieron en 326 millones, hasta 1.925 millones.

No obstante, tras la integración de BMN, los dudosos quedan en 12.117 millones y los adjudicados netos, en 3.399 millones. La tasa de cobertura de ambas entidades, una vez aplicada la nueva normativa IFRS9, se eleva al 56,5%.

La reducción de los activos adjudicados se produjo después de vender 8.430 inmuebles, lo que representa el 20,2% del stock existente.

La solvencia sigue mejorando

En términos de solvencia, Bankia (ya integrado BMN) cerró el año pasado con una ratio de capital ordinario (CET1) fully loaded, es decir, anticipando los futuros requerimientos de Basilea III que serán de aplicación en 2019, del 12,33%, sin incluir las plusvalías soberanas latentes de la cartera DPV, tras reducirse en 250 puntos básicos por los costes de fusión. Esta cifra está por encima del 12% estimado cuando se anunció la integración.

Bajo la métrica phase in, que es la exigida desde un punto de vista regulatorio, y computando las plusvalías latentes de la cartera DPV, la ratio de capital CET1 se sitúa en el 14,15%. El exceso de capital sobre los requerimientos regulatorios SREP para 2018 es de 559 puntos básicos.

En términos de liquidez, Bankia (ya unido el balance con el de BMN) consiguió cerrar el pasado ejercicio con una ratio de créditos sobre depósitos del 93,9%, al tiempo que el gap comercial se situó en 472 millones, lo que evidencia la cómoda posición de liquidez de la entidad.