El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, ha asegurado que la entidad no prevé participar en más fusiones en el corto plazo, ya qué está centrada en la integración de BMN, que le afianza como cuarto banco del país, en mejorar su reputación y en la satisfacción del cliente.

En el quinto aniversario de la aprobación por parte de Bruselas del plan de reestructuración de Bankia (tras su nacionalización por el gobierno de Rajoy), Goirigolzarri ha explicado que el foco está puesto en BMN, cuya absorción lleva aparejada unos ajustes de plantilla, básicamente en servicios centrales, aún por concretar, a pesar de que algunos medios los han cifrado en unos 2.000 empleos menos. Por eso descarta cualquier fusión de las múltiples que se barajan en las quinielas, ya sea con una entidad de gran tamaño como Banco Sabadell o con grupos medianos como Unicaja, Ibercaja o Liberbank. Ni siquiera se arrepiente de no haber pujado por Banco Popular, adquirido por el Banco Santander por el precio simbólico de un euro, ya que, en su opinión, la compra de la maltrecha entidad, dado su tamaño y necesidades de saneamiento, podía haber sido un error que echara por tierra todo lo conseguido por Bankia, ha dicho.

Objetivos de la nueva Bankia

El objetivo en la nueva etapa de Bankia, ya con BMN, es mantener el liderazgo del grupo en "eficiencia, solvencia y rentabilidad" dentro de la gran banca española, ha insistido Goirigolzarri durante su intervención en el Fórum Europa.

De este modo, ha considerado, será más fácil la recuperación de las ayudas públicas inyectadas en Bankia, que lleva meses aguardando a que el Estado, a través del FROB, retome la privatización de la entidad con la colocación de un nuevo paquete de acciones.

El Gobierno confiaba hasta hace poco en vender una participación de entre el 7 y el 9 % de Bankia antes de que terminara el año y el ministro de Economía, Luis de Guindos, que ha participado hoy en el mismo acto, ha dicho que se hará "tan pronto como sea posible".

La crisis independentista

La crisis catalana complicó este otoño la operación ante las dudas de los inversores, en un momento en el que se producía la retirada de fondos de las entidades catalanas por parte de los clientes o la apertura de cuentas en sucursales de otra región.

Ahora, sin embargo, la situación en el sector financiero ya se ha normalizado, según ha explicado el propio Goirigolzarri, que no ha querido aventurar el impacto que podría llegar a tener la deriva independentista en el conjunto de la economía española y se ha mostrado confiado en que al final acabe siendo "moderado".

La economía española crece y crea empleo, ha recordado, al tiempo que las familias y empresas reducen su nivel de endeudamiento, lo que explica que el saldo total de crédito no crezca, aunque Goirigolzarri cree que podría empezar a hacerlo en 2018.

Con la vista puesta también en el futuro, el presidente de Bankia ha recordado las previsiones avanzadas hace ahora un mes por su "número dos", Jose Sevilla, que aseguró que una subida de medio punto de los tipos de interés, lo que dejaría el euríbor próximo a 0,30 %, supondría un aumento de los ingresos del banco de 250 millones de euros. Ese mismo aumento se reflejaría en el beneficio (antes de impuestos) del grupo, por lo que podría suponer un 20 % de las ganancias de Bankia, ha argumentado hoy Goirigolzarri.

Después de cinco años "muy intensos" tras el visto bueno europeo del plan de reestructuración de Bankia, el banquero asegura que está "profundamente comprometido" con la entidad y se muestra dispuesto a seguir en la presidencia mientras así lo quieran los accionistas y el consejo de administración. No obstante, ha aclarado, no tiene intención de batir ningún récord de permanencia ni de edad en el cargo.