Tras el fin de los peajes de la AP-7 el pasado septiembre la siniestralidad, las retenciones y los incidentes de tráfico se han incrementado de forma notable. El principal corredor del Mediterráneo inicia su primer verano libre de barreras de pago con un alarmante efecto llamada que ha incrementado el tráfico en todo el tramo comprendido entre La Jonquera y Alicante.

En esta misma línea, en Cataluña los fallecidos por accidentes de tráfico han aumentado de manera drástica rozando el 200%, mientras que la cifra de heridos graves en carretera se dispara un 166%. La AP-7 acumula el 20% de víctimas mortales durante el primer semestre de este año en, con 17 fallecidos de un total de 81 siniestrados.

El fin de los peajes cuesta la vida de 81 personas

El incremento generalizado del tráfico ha convertido la AP-7 en la vía con más accidentes graves o mortales en lo que va de año. De esos 81 siniestrados durante el primer semestre de este 2022, 36 de los accidentes fueron en Barcelona, 23 en Tarragona, 16 en Gerona y seis en Lleida.

No tener que pasar por caja también ha aportado más camiones a la autopista. En la AP-7 en Cataluña, este 2022 hay un 32,9% más de accidentes con camiones, con respecto al mismo periodo de 2019.

Durante esta primera semana del mes de julio, se ha registrado un número significativo de siniestros mortales, produciéndose un total de 10 muertes en carretera, de las cuales la mitad se han localizado en la AP-7.

El balance del primer semestre de este año muestra que el 38% de los 81 muertos en la red viaria de Cataluña pertenecen a colectivos vulnerables, un grupo formado por 17 motoristas, 10 peatones, tres ciclistas y un usuario de Vehículos de movilidad personal. 

Retenciones kilométricas en la AP-7 en ambos sentidos a la altura de Barberà del Vallès (Barcelona) tras el incendio de un camión
Retenciones kilométricas en la AP-7 en ambos sentidos a la altura de Barberà del Vallès (Barcelona) tras el incendio de un camión
 

Retenciones kilométricas

Los eternos atascos forman parte del día a día de los usuarios que utilizan la AP-7, que se incrementan de forma intensa en las operaciones de salida y de retorno. La última, el pasado mes en las inmediaciones de Barcelona, cuando tuvo lugar San Juan, viernes festivo en varias regiones, entre ellas Cataluña. La coincidencia de la festividad con un viernes dio lugar a un puente de tres días, con el consecuente caos circulatorio, con atascos que llegaron a superar los 20 kilómetros en el entorno de la capital catalana.

También el mes pasado, el incendio de un camión cisterna en la AP-7, a la altura de Barberà del Vallès, cortó la circulación de la autopista en los dos sentidos de la marcha y provocando retenciones de hasta 18 kilómetros.

La liberalización de los peajes está cronificando los atascos cada vez más habituales. El director del Servicio Catalán del Transporte (SCT), Ramon Lamiel, admitió el pasado mes que “en algunos momentos de los fines de semana la AP-7 está al límite de su capacidad”.

Medidas a la AP-7

El plan de movilidad para este verano prevé más presencia policial en las carreteras y más controles en las vías con mayor siniestralidad grave y mortal entre las que se destaca la AP-7.

Las medidas derivadas de la operación de movilidad de la temporada de verano supusieron la puesta en marcha hace unas semanas, la habilitación de carriles adicionales, un sistema de grúas para retirar vehículos accidentados con rapidez o restricciones para camiones. Los vehículos de 7,5 toneladas tienen restringida la circulación los domingos de julio entre las 17 y las 22 horas.

También se limitará el tráfico pesado, a partir del viernes 15 y el resto de viernes del mes por la tarde, entre los antiguos peajes de la Roca y de Martorell y en el tramo entre Tarragona y el Ebre.

Además, la AP-7 vivirá diferentes limitación de velocidad y se estudian otras que afectarían a los turismos. De momento, se limitará la velocidad de los camiones a 80 kilómetros por hora y tendrán que circular por el carril de la derecha y sin hacer adelantos. Esta restricción de la velocidad podría ampliarse a los vehículos particulares si finalmente se aplica la medida que estudia el Servei Català de Trànsit (la DGT catalana) de reducir la velocidad máxima en la AP-7 de los 120 a los 110 kilómetros por hora.