La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha vuelto a revisar los datos de crecimiento de la economía española y ha elevado el avance del Producto Interior Bruto (PIB) de 2023 hasta el 2,4%, una décima por encima de lo planteado en el anterior informe referido al Plan Presupuestario. La incorporación de la última información disponible y el conocimiento de los datos definitivos del Índice de Precios de Consumo (IPC) han propiciado la modificación al alza.

 Además, el organismo presidido por Cristina Herrero mantiene las estimaciones de cara a este curso en el 1,7%, pese a la complejidad de contexto internacional. A la espera de la publicación (martes 30 de enero) de la Contabilidad Nacional Trimestral del periodo comprendido entre octubre y noviembre, los presagios pesimistas de la primera parte de 2023 se han visto compensados por la mejor evolución del PIB durante el tercer trimestre del pasado curso. Para el último trimestre se espera una revisión al alza, según los datos a tiempo real de la AIReF.

Los parámetros de la Autoridad Independiente trasladan un comportamiento “más favorable” de los indicadores de muy corto plazo frente a lo inicialmente previsto. Concretamente, la positiva evolución de los servicios contrasta con un comportamiento más negativo de las manufacturas, que se ven lastradas por el contexto internacional. Por su parte, la afiliación a la Seguridad Social ha mantenido “un tono expansivo" durante 2023, aunque menos vigoroso en la segunda mitad del año, evidenciando la influencia del avance positivo del empleo. Los factores señalados por el organismo son los que, en suma, ha propiciado una revisión del crecimiento esperado en el año 2023.

De cara a este curso, las previsiones se mantienen estables gracias al efecto de una mejor segunda mitad de 2023 y a las expectativas de menores tipos de interés, a expensas de la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) que tendrá lugar este jueves. No obstante, la peor evolución de los mercados españoles de exportación y las expectativas de una evolución menos favorable del tipo de cambio efectivo nominal y de cierta debilidad en los índices de confianza de la industria manufacturera han impedido que el dato presentado haya mejorado con respecto hace meses.

Atendiendo a los últimos cursos, el PIB español cierra otro año bueno después de la caída del 11,2% sufrida en plena pandemia. Los dos años consecutivos, 2021 y 2022, sirvieron para recuperar la vigorosidad de la economía española, alcanzándose el nivel prepandemia ya antes de cerrar el 2022. El 2,4% esperado para el cierre de 2023 se sumaría a la evolución del 6,4% y el 5,8% de los dos cursos anteriores y supondría un acumulado del 14,6%.

La inflación se moderará más de lo esperado

El coste de la vida también ha sido abordado por el organismo, que ha revisado a la baja su evolución en 2023 debido a la última moderación. Este cambio lo explica la institución basándose en la menor aportación de los servicios y de los alimentos y la aportación negativa de los precios de la energía. Este año, la AIReF prevé que el IPC se sitúe en el entorno del 3,3% de media, debido a la evolución reciente y a la aprobación de la extensión parcial de las medidas para combatir los efectos del incremento de precios.

Sobre el aumento de los salarios contemplado en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) y su posible afectación a la inflación, argumento habitualmente utilizado por la parte empresarial, la AIReF ha señalado que los incrementos pactados se han mantenido “contenidos” gracias al acuerdo entre los agentes sociales y ha trasladado que no están teniendo, “hasta el momento, efectos aplicables de segunda ronda”.

La institución se ha guardado de realizar estimaciones de otros múltiples factores, como la deuda, y de engrandecer los datos presentados hoy, emplazándose a próximos estudios. Para estos, advierte de que “el contexto de bajo crecimiento en Europa y, en especial, de la zona del euro supone un riesgo a la baja para el crecimiento de la economía española, mientras que las elevadas tensiones geopolíticas también suponen un riesgo a la baja para el crecimiento y al alza en los precios”.