Después de tantos recortes y de que la palabra austeridad fuera la más usada por los organismos europeos, este miércoles el Fondo Monetario Internacional ha pedido, con carácter de urgencia, que los gobiernos pongan fin a lo que han definido como “austericidio” para evitar una nueva crisis global.

En esta línea, el número dos del FMI, David Lipton, ha hecho un llamamiento en contra de la austeridad y a favor de que los gobiernos que tengan margen para ello adopten políticas de crecimiento. Sólo así, se podrá evitar que la economía vuelva a sumergirse en una crisis global.

“Por el bien de la economía global, es imperativo que los países avanzados y en desarrollo disipen esta peligrosa noción mediante la reactivación de un espíritu audaz de acción y cooperación que caracteriza los primeros años de recuperación”, ha explicado

“Una coyuntura delicada”

Aunque ha asegurado que “la recuperación económica mundial continúa”, también ha reconocido que, todavía hoy, “es evidente que estamos en una coyuntura delicada, en la que el riesgo de descarrilamiento económico ha crecido”, ha dicho durante una conferencia en Washington.

Como factores claves, Lipton ha señalado a la volatilidad de los mercados financieros, a los bajos precios de las materias primas y a las preocupaciones sobre una sequía de ideas o entusiasmo, tanto por parte de los bancos centrales como de los gobiernos. “Estas preocupaciones en parte están siendo alimentadas por una percepción de que los políticos,, en muchas economías, se han quedado sin munición o han perdido la voluntad de recurrir a ella”, considera.

“Ahora es el momento de apoyar decididamente la actividad económica y poner a la economía mundial sobre base sólida”. Para ello, Lipton aboga por políticas expansivas para evitar una nueva crisis. A su juicio, las políticas fiscales deben hacerse “más favorables al crecimiento” cuando sea posible y, los países con “espacio fiscal” deben usar esa flexibilizar o bien para aumentar el gasto en infraestructura o bien para reducir impuestos.

Lipton no se queda ahí. Considera que un “aumento de los salarios” y “recortes de impuestos para promover el gasto” también podrían ser “eficaces”.