
Pero el modelo 24/7 va más allá de un simple horario de atención, para centrarse también en la facilidad de acceso. Para empezar, grandes franquicias comerciales como Fnac no sólo ofrecen un teléfono gratuito a través del cual contactar con Atención al Cliente, sino que podemos, desde su web, marcar la opción de que sean ellos mismos quienes nos llamen por teléfono en una fecha y hora en concreto para resolver nuestro problema. La gratuidad es un factor muy importante aquí, porque el cliente está muy cansado de pagar conferencias a números 902 o 807 de tarificación especial, sobre todo si tiene una reclamación pendiente. Cuando una empresa o entidad nos evita gastar dinero en contactarlos, nuestro concepto sobre ella mejora.
También está resultando de ayuda mutua el hecho de poner una sección dentro del sitio web de la empresa para consulta de dudas vía chat o e-mail, para reportar fallos en el caso del uso de software y sobre todo en el caso de aplicaciones web.
En TitanBet si quieres saber cómo se juega al blackjack, podrás consultar la seccion dedicada a este juego con todo tipo de informacion, desde consejos de estrategia hasta la posibilidad de practicar en cada una de sus versiones y esto es un valor añadido: te enseñan a jugar, y en consecuencia te quedas a jugar en este sitio. Un modelo que funciona, pues, en ambas direcciones.
Hablábamos al principio de ese feedback tan importante para las empresas. Pues bien, todas las herramientas citadas, y en especial la última, que comunica al cliente y al servicio en un sistema ambidireccional, suponen un análisis de las necesidades del cliente en cuestión que va implícito en esta estructura formal. Es decir, que la entidad aprende mucho sobre lo que es importante para el cliente, pudiendo traducirlo en nuevas ofertas mucho más relevantes para él, que le darán, a fin de cuentas, la posibilidad de fidelizarlo y a la vez de aplicar este conocimiento para ofertas de captación de nuevos miembros.
Todo se resume, al final, en la imagen pública que presenta la empresa o entidad. Somos personas, a fin de cuentas, y nos gusta que nos consideren como tales. Como clientes, traduciremos estas facilidades de comunicación en un servicio de calidad, más considerado con el estilo de vida actual, en el que no cabe partirnos los cuernos para poder devolver un producto en mal estado o simplemente convertir nuestra tarifa telefónica a una más acorde con nuestras necesidades.