Un año más, al terminar el periodo escolar, lo que para algunos niños significa disfrutar de las vacaciones de verano, para otros lamentablemente se convierte en un riesgo para su salud y su vida. Son muchas las familias que han sufrido los efectos más crudos de una crisis que no termina y que se ven imposibilitados para garantizar una alimentación adecuada a sus hijos.

Según el último informe de Unicef, España es el cuarto país de la OCDE con mayor proporción de niños residiendo en hogares sin empleo, hasta un 14%, sólo superado por Nueva Zelanda, Hungría e Irlanda, y estima que el 30,5% de los niños sufren pobreza relativa en nuestro país, es decir, los ingresos de su familia son inferiores 17.238 €/año, último dato disponible del umbral de riesgo de pobreza de una familia compuesta por 2 adultos y 2 niños en 2015, según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE. La tasa de riesgo de pobreza para los menores de 16 años se situó en el 28,9%, siendo 6,6 puntos superior a la del conjunto de la población.

Más comedores escolares

Si bien las Comunidades Autónomas, conscientes de esta circunstancia ponen en marcha el servicio de comedores escolares en la época estival y de esta forma se garantiza al menos una comida a los pequeños en situación de riesgo de pobreza o exclusión social, para nuestro Sindicato no es suficiente.

Desde el sindicato UGT han querido denunciar en estas fechas la situación de aquellos niños que no pueden acceder al programa bien por falta de plazas habilitadas en los centros o bien por no encontrarse en edad escolar, negándoseles, por tanto, el poder recibir ese menú escolar como la única comida que realicen al día. Además, recuerdan que los programas de comedores escolares sólo funcionan de lunes a viernes sin que cubran ni los fines de semana ni los festivos.

Por estas razones, desde el sindicato piden que se adecuen las plazas de los comedores escolares de verano a la demanda y que la condición para acceder a estos comedores escolares de verano sea que los usuarios estén en situación socioeconómica desfavorecida.

Además, y para garantizar una cobertura diaria a todos los niños independientemente de su edad, se deberían destinar ayudas económicas directas para familias con menores que se encuentren en situación de vulnerabilidad para posibilitar una comida equilibrada en casa y que sean complementarias con los salarios sociales.

Medidas contra la falta de ingresos en la infancia

Pero la medida de los comedores escolares en verano no puede ser el fin, sino algo transitorio, ya que, como señala UGT, es necesario que el futuro Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social, acometa ayudas eficaces para las familias para mitigar los efectos de la falta de ingresos en la infancia, mediante una verdadera política social pública estableciendo no sólo medidas paliativas sino también preventivas, y transversales a todas las instituciones y niveles administrativos.

“Medidas coyunturales como los comedores escolares son necesarias, pero no suficientes”, remarcan desde el sindicato. “Es necesaria una política integral de protección a la familia, a la infancia, medidas más eficaces y que lleguen a más destinatarios, y de garantía de rentas”.