La retirada de la gimnasta Simone Biles de los Juegos Olímpicos de Tokio de 2021 fue un gesto nunca visto por la defensa y el cuidado de la salud mental en el mundo del deporte. Poco después, salió a la luz los escándalos sexuales que la estadounidense y múltiples de sus compañeras sufrieron a manos de Larry Nassan. Ahora, las víctimas han reclaman al FBI 1.000 millones de dólares por no haber detenido al ex doctor del equipo nacional a pesar de conocer sus antecedentes.

"Es hora de que el FBI rinda cuentas", ha dicho la gimnasta estadounidense Maggie Nichols, una de las 90 personas, como las medallistas olímpicas Aly Raisman y McKayla Maroney, que han demandado a Nassar a través de la firma de abogados de Manly, Stewart & Finaldi, según informa la cadena CBS.

"Si simplemente el FBI hubiera hecho su trabajo, Nassar habría sido detenido antes de que tuviera la oportunidad de abusar de cientos de niñas, incluyéndome a mí", ha lamentado Samantha Roy, antigua gimnasta de la Universidad de Míchigan.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó en verano de que no presentaría cargos penales contra los agentes del FBI que menospreciaron las denuncias de acoso y abuso sexual, aunque posteriormente reconoció que ambos habían violado las normas de la agencia.

Un año antes, las estrellas de la gimnasia olímpica de Estados Unidos, Simone Biles, McKayla Maroney, Maggie Nichols y Aly Raisma, denunciaron ante el Comité Judicial del Senado que el FBI hizo "la vista gorda", permitiendo así que un abusador quedara libre durante más de un año y siguiera perpetrando sus crímenes.

El caso Nassar

Nassar está acusado de haber abusado de más de 250 mujeres y niñas mientras ejercía la medicina. El FBI tenía constancia desde 2015 de las primeras denuncias. No obstante, el escándalo se hizo público tras una investigación del diario 'The Indianapolis Star'. Dos años después fue condenado a 60 años de prisión por delitos de asalto, agresión sexual, pornografía infantil, y manipulación de pruebas.

La Universidad Estatal de Míchigan, a la que se acusó también de no haber hecho lo suficiente para detener los abusos, acordó pagar 500 millones de dólares a más de 300 mujeres y niñas que fueron agredidas. El equipo nacional de Gimnasia de Estados Unidos y el Comité Olímpico y Paralímpico llegaron a un acuerdo similar con las afectadas por valor de 380 millones de dólares.