Aún estoy resaca del indispensable #inlugo14. Allí di un taller de alfabetización digital que se transformó en la charla con el retorno más positivo que recuerdo. Aprovecho para agradecer el apoyo a los organizadores y a todas las personas que me valoraron en Twitter.

Plantée el taller igual que la charla que doy habitualmente a los chavales. Utilicé la misma presentación pero el discurso cambió ligeramente con el objetivo de trasladar a la audiencia a un 2ºESO español estándar. El resultado fue bonito: los asistentes reconocieron su importancia en los procesos de alfabetización escolar y apreciaron que un adulto que dice que “yo pa esto de Internet no valgo” está poniendo en riesgo a los que más quiere.

Uno de los silencios más estremecedores del taller fue cuando rescaté una pregunta de un adolescente asturiano formulado este mismo año:

“Entonces, con lo que me dices Juan, mi padre que tiene como foto de Whatsapp a mí y a mi hermana en la playa ¿cada vez que le da el número alguien le da también nuestra foto?”

En tus favoritos ¿de cuánta gente puedes ver la foto simplemente por tenerla en tu agenda?

En tus favoritos ¿de cuánta gente puedes ver la foto simplemente por tenerla en tu agenda?

La respuesta hasta hace unos meses a la pregunta del menor era un sí rotundo. Desde hace unos meses en un sí con matices.

Empezaré matizando que el hecho de que pongas una foto de tu hijo, sobrino, nieto como avatar en Whatsapp o Facebook no significa que seas mala persona. Sé perfectamente que lo haces porque es la luz de tus ojos y te parece lo más bonito del mundo. Pero tenemos que aclarar que no es precisamente lo mismo ponerlo de fondo de pantalla que publicar en Internet una foto de tus hijos pequeños.
 

La fotografía de perfil de una red social es de largo el elemento menos privado de todos los que tienes en tu perfil. Si pones un álbum de fotos de tu hijo pequeño en la red y lo compartes en Facebook ciertamente tendrás opciones de privacidad sobre quién puede o no acceder a él. Si lo pones como foto de perfil el riesgo de publicidad aumenta.

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