El periodista José Ramón de la Morena y la modelo Alba Carrillo tienen una batalla campal en las redes sociales y en los medios.

Todo comenzó a raíz de la relación que Carrillo tuvo con el portero del Real Madrid, Thibaut Courtois, y la salida a la luz de unas fotografías les hizo ser protagonistas de los comentarios. El periodista dijo en el programa El Transistor, con el portero como invitado, que “a esta señorita todo esto le ha beneficiado”, lo que no gustó demasiado a Carrillo, que estalló contra De la Morena en un comentario de Instagram: "Eres un pedazo de machistorro tremendo. Eres de ese periodismo rancio que tiene tufillo a naftalina. No informas, malcomunicas para defender a tus amigos y las prebendas que te ofrecen". 

Ahora ha vuelto a ser el turno del locutor, que tuvo unas palabras para Carrillo en la radio: “Es una señora, a la que yo ingenuo de mí, llamé señorita. Pero mi educación habrá quedado un poco antigua o pueblerina. Pero esta señora me dice que no es señorita y me ha estado insultando por eso”.

“Esta señorita de compañía de Courtois, que le ha estado haciendo compañía algunas noches. Bueno, antes fue señora de compañía también, que le hizo compañía a Feliciano López, y también a Fonsi Nieto”, continuó el periodista, intentado con sus palabras desprestigiar a Alba Carrillo y desacreditando sus pasadas relaciones.

De la Morena prosiguió su desconsiderado discurso, diciendo que “insultar puede cualquiera, pero la credibilidad ya es otra cosa. Que te den un púlpito por ser supuestamente mono ya dice mucho de esta sociedad que estamos creando, pero la guapura se va perdiendo. Es más, si te miras al espejo, monina, podrás comprobarlo tú misma. Porque ahora, todavía, eres un poco monina, pero te darás cuenta de que vas perdiendo con los años y la vida ajetreada que llevas, pero la estupidez no, hija, esa se desarrolla”.

“Y si lees lo que dices, y te ves en televisión en los programas que haces, te darás cuenta de que cada vez eres más estúpida. Y la estupidez ya te he dicho que no se cura. Te queda un poquito tiempo de ser mona, no mucho, pero tu cerebro de mona te va a durar para siempre. De nada, mona”, terminó así su alocución.