El Consejo de Administración del grupo Prisa nombró el pasado lunes a Daniel Gavela como nuevo director general de la organización, cargo que ya ocupó entre 1994 y 2006, y que en esta nueva etapa sustituye a Vicente Jiménez, quien asumirá la dirección y coordinación general de contenidos para las emisoras latinoamericanas del grupo. Gavela, en su etapa anterior, logró que la SER pasara de 2,8 millones a 5,7 millones de oyentes, "récord vigente en la radio" de España, según el propio comunicado de PRISA. Un comunicado en el que también ha manifestado que con este movimiento, la SER "continúa reforzando su equipo directivo".

Entre los cambios de ese equipo directivo, Vicent Argudo pasará a ser el nuevo responsable de las cadenas musicales de la SER, de donde sale Eva Cebrián, la hija del cesado presidente y que cosechó los peores resultados de la historia de la radiofórmula de PRISA.

PRISA acomete así los primeros e importantes cambios tras la salida de Juan Luis Cebrián de la presidencia del grupo, entre críticas de "pésima gestión" y "exceso de personalismo". 

Prudencia y optimismo dentro la casa

Varios trabajadores de la SER han hablado para El Plural con la condición del anonimato y todos expresan un prudente optimismo. "La vuelta de Gavela es una buena noticia, es un periodista, un tío que entiende la radio" explican, mientras reconocen no poco regocijo por la salida de algunos directivos: "es que aquí teníamos a gente a la que esto no le interesaba nada, gente que venía de saldo de El País y a la que esto ni le iba, ni le venía". Según las anotaciones en el blog del consultor, formador y veterano de la casa, Gorka Zumeta: "el nombramiento de Gavela, su regreso, que ha sido muy bien recibido por los trabajadores de Prisa Radio, no deja de ser también un aviso a la plantilla por parte de la dirección del Grupo de querer hacer mejor las cosas, rescatando, sin duda, a uno de sus mejores directores generales, en las formas y en el fondo".

Los trabajadores consultados por El Plural son menos expresivos en su alegría: "las cosas se han hecho tan mal, se han cargado a tanta gente y han maltratado a tanta gente válida, que es difícil que las cosas empeoren". Algunas de estas fuentes evaluan con cierta prudencia la gestión de los ejecutivos salientes, destacando que les tocó lidiar con unas circunstancias muy difíciles. "Al menos no hiceron un ERE, que era una amenaza que no dejaba de planear sobre nosotros. Aunque también hay que decir que llevamos más diez años con los sueldos congelados". Otros directamente dicen: "algunos de estos ejecutivos no tuvieron más remedio que ejecutar las ordenes de Cebrían, lo quisieran o no, que para eso les puso ahí".

Sabotaje a la SER desde dentro

Gorka Zumeta, que ya lleva varios años fuera de la SER, se expresa con mucha más contundencia acerca de la gestión de Cebrián: los últimos diez años en la vida del Grupo Prisa, desde la muerte de Jesús de Polanco, su fundador, han sido un vía crucis para los trabajadores, que han vivido en una tensión permanente, en un miedo ancestral al despido. Cebrián promovió el imperio del terror en Prisa, el mejor de los ambientes para crear una atmósfera irrespirable, y permanentemente desmotivadora.

Para Zumeta, la vuelta de Gavela supone "el reconocimiento implícito de los errores del pasado, en los que una gestión desnortada y descabezada se ocupó, incomprensiblemente, de destruir la compañía desde dentro".