Fernando Sánchez Dragó sigue en su empeño de rivalizar con Salvador Sostres para ver quién la dice más gorda desde las páginas de El Mundo. Teniendo en cuenta sus antecedentes, Dragó no ha querido dejar pasar la oportunidad de opinar sobre la protesta seminudista de las activistas de Femen en el Congreso. Además de insinuar que "las tres energúmenas" sean unas "zorras", el columnista no duda en solicitar que su próxima protesta la hagan desnudándose de cintura para abajo.

Dragó vincula la protesta a favor del aborto con el grito "¡Viva la muerta!" del falangista Millán Astray en la Universidad de Salamanca en 1936 contra su rector, Miguel de Unamuno. Y en seguida, con su habitual prepotencia, supone que "las tres energúmenas -basta con ver las muecas deformes de sus rostros para calificarlas así- (...) no tienen ni zorra idea de quiénes eran Carmen Polo, Unamuno y Millán Astray".

Zorras
Acto seguido, Dragó suelta su mejor perla: "Lo de zorras no lo digo con segundas, aunque no faltará por ahí gente de bien que aplaudiría y compartiría estas". El columnista tacha a las activistas de "pandilla de nudistas deseosas de chupar cámara en los estudios de la telebasura que exhiben sus domingas a troche y moche en lugares públicos".

El bottomless
Pero a Dragó esas "domingas" se le quedan cortas y enseguida pide más: "Mejor sería, ya puestas, el bottomless, pues así veríamos el lugar del cuerpo femenino que sirve, según ellas, no sólo para nacer, sino también para morir y matar".

Lección de arquitectura
"Las tetonas del Congreso, aclamadas por los diputados de Izquierda Unida y acogidas con sonrisas benevolentes por el resto de los abortistas, son gárgolas, grecas y cariátides de la efigie de Millán Astray", continúa Dragó, para volver a su pedantería habitual: "¿Cariátides, grecas, gárgolas? ¡Tranquilas, nenas! Consultad el diccionario, que no muerde. No son insultos, aunque os los mereceríais".