En su editorial de este martes, el diario El Mundo ha cargado contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, así como contra la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, con motivo de los comentarios vertidos por ambas tras la emisión del documental Rocío, contar la verdad para seguir viva.

El citado medio trae a colación una cita acuñada por José Blanco, exministro de Fomento y exportavoz del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Blanco justificó su presencia en La Noria argumentando que “los políticos tienen que ir donde está la gente, no la gente donde están los políticos.

Este gesto dio lugar a un sinfín de presencias políticas en talk-shows: Pedro Sánchez participó en Sálvame, Soraya Sáenz de Santamaría en El Hormiguero… La lista en infinita.

“Los españoles no podían imaginar que se inauguraba así en nuestro país un tiempo -definido por Guy Debord en 1967 como La sociedad del espectáculo- en el que populismo, estudios de marketing y televisión de entretenimiento -telebasura la llamó Gustavo Bueno- vendrían a confluir en una banalización de la política que tendría su máxima expresión en la irrupción de los dirigentes de Podemos en los espacios de prime time”, lamenta el editorial.

“Con estos antecedentes, no es de extrañar que la ministra Irene Montero y la portavoz del PSOE Adriana Lastra hayan irrumpido en el debate generado por la emisión en Telecinco de la docuserie Rocío, contar la verdad para seguir viva, en la que la hija de la cantante Rocío Jurado y del boxeador Pedro Carrasco vertía graves acusaciones de maltrato contra su ex marido y padre de sus dos hijos, Antonio David Flores”, añade.

A juicio de El Mundo, "el Gobierno y el principal partido que lo sustenta contribuyen a un bochornoso espectáculo en el que no solo se frivoliza, sino que se hace negocio -con sorteo de 12.000 euros entre los espectadores incluido- a costa de la violencia de género, una de las lacras mayores de nuestra sociedad”.

“Pero además”, continúan, “como ya ocurrió con el caso de Juana Rivas, alientan la deslegitimación de la Justicia en aras de un linchamiento por aclamación popular, despreciando la presunción de inocencia que ampara a Flores. Porque lo cierto es que, más allá de otras consideraciones, los tribunales no han encontrado nunca indicios suficientes para juzgarlo por esos delitos”.

Por último, El Mundo censura que los comentarios “son doblemente obscenos porque parecen ignorar que estamos ante un burdo montaje de Telecinco, que durante años la criminalizó en sus programas estigmatizándola como una ‘mala madre’, a la vez que convertía en una estrella a un delincuente condenado en firme que tuvo que abandonar la Guardia Civil por malversación. En un ejercicio de doble moral, y quién sabe si de acuerdo comercial, Mediaset, mientras rehabilitaba a Carrasco, ha anunciado que Flores no volverá a participar en ninguna de sus cadenas”.