Hablar de menores extranjeros no acompañados cuando un joven ha sido agredido en el centro de Madrid, a plena luz del día, en pleno barrio de Malasaña, por ocho encapuchados que decidieron asaltarlo en un portal y grabarle con la palabra “maricón” en el glúteo, es algo que no tendría sentido en España si no fuera por Vox. La extrema derecha se sigue esforzando más en conocer la nacionalidad de los agresores que en la condena a la homofobia estructural que se respira en las calles de nuestro país, donde los jóvenes, dependiendo de su condición sexual, advierten de que cada vez salen a pasear menos seguros dependiendo de la hora a la que lo hagan, de si lo hacen solos o de si lo hacen por calles poco concurridas.

No es la primera vez que la extrema derecha hace lo mismo. También ocurrió con Samuel, el joven asesinado en Pamplona, para acabar teniendo que callar al demostrarse que los asesinos eran españoles y las dos personas que intentaron socorrerle eran senegaleses. Esto es lo que ha querido recordar a los ultras este martes el presentador de Al Rojo Vivo (laSexta).

“El problema es cuando Vox añade a los inmigrantes ilegales. Habría que decirles: ¿de qué nacionalidad eran los chavales que pusieron su cuerpo para defender a Samuel de los golpes de los españoles que le golpeaban? Senegal”, ha sentenciado el conductor del programa matinal.

Estas palabras se han producido después de un alegato de Javier Ortega Smith en contra de los inmigrantes ilegales, a los que responsabilizó directamente de la escalada de odio en nuestro país: “"Lo que pedimos es que la información se diga claramente: La violencia tiene una causa directa en estos momentos en España con la entrada masiva de inmigración ilegal", aseguró el dirigente político tras ser preguntado por el Marc Sala sobre la brutal agresión homófoba. Ortega Smith apuntaba entonces para reforzar su alegato: "Lo hemos visto en las zonas donde esa inmigración ilegal es mayor, donde se está produciendo violencia precisamente por personas provenientes del Magreb contra mujeres a las que no respetan en sus culturas, a las que obligan a ir cinco o diez pasos por detrás".