El bulo de los guantes morados vuelve a sonar después de que el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, José Manuel Franco, autorizara manifestaciones por el Día de la Mujer en la capital siempre que éstas no superen las 500 personas.

Varios partidos han señalado al 8M como culpable principal de la pandemia en nuestro país, utilizando para ello todo tipo de falsedades. La más destacada es, precisamente, la de los guantes morados. 

Vox fue el primero en referirse a este hecho como un intento por parte de las ministras que los llevaban puestos en la manifestación para ocultar información.

"El Gobierno ha salido con guantes de látex detrás de una pancarta mientras afirmaba que no había que tomar medidas y que los focos estaban controlado", decía por aquel entonces Santiago Abascal.

Entre los políticos que han hecho alusión a la prensa, utilizado en otras manifestaciones de esta causa, destaca la presidente de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En la línea del partido ultra, la presidenta regional defendía que las ministras habían usado guantes "porque temían que el virus estuviera descontrolado".

No solamente partidos políticos, también algunos medios de comunicación han utilizado el bulo de los guantes morados en sus informaciones. Entre ellos La Razón, que lo rescata este año en un editorial titulado El 8M vuelve a despreciar el virus.

"El contagio del coronavirus se propagó en aquel acto pese a la precaución de algunas ministras de acudir con guantes, convirtiéndose en el peor ejemplo que unos gobernantes podían dar a los ciudadanos a los que someterían semanas más tarde a un duro confinamiento", desliza la publicación del diario. 

En ella, el periódico dirigido por Francisco Marhuenda habla también de las dificultades que están atravesando otras actividades de carácter cultural durante la pandemia y de las diferencias entre el seno del Gobierno en términos de Igualdad.

"La guerra que hay dentro de propio Gobierno, ahora encabezado por la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra de Igualdad, Irene Montero, servirá para que se escenifique quién manda en la agenda feminista", contempla el editorial del medio.