Los avances en el tratamiento de tumores dan otro paso importante, después de que el primer ensayo clínico de un nuevo inhibidor en humanos presente una eficiente actividad antitumoral.  Se trata del Omomyc (OMO-103), desarrollado en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología, que es fruto de un estudio ya publicado por la revista Nature Medicine.

¿Qué es el Omomy? Es una mini-proteína terapéutica desarrollada por la cofundadora de la spin-off Peptomyc, Laura Soucek. Es el resultado de más de veinte años de trabajo, que demostró que la proteína mencionada tiene la capacidad de entrar en las células y alcanzar su núcleo, allí donde se halla el oncogén MYC. Una vez en contacto con el MYC, inhibe su habilidad para promover el crecimiento de tumores cancerígenos.

Ls Dra. Elena Garralda, directora de la directora de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer (UITM) – CaixaResearch (de la Fundación “la Caixa”) del VHIO, que fue quien inició el ensayo clínico en fase I en el año 2021, asegura que “un paciente con cáncer de páncreas que permaneció en estudio durante más de seis meses en el que el diámetro del tumor se redujo en un 8%, y que presentó una reducción del 83% en el ADN derivado del tumor que circula en el torrente sanguíneo. En este caso concreto se analizó también la disminución del volumen total de todas las metástasis del paciente con la colaboración del Grupo de Radiómica del VHIO y se comprobó que éste se había reducido en un 49%, un resultado esperanzador para metástasis”. Por su parte, el Dr. Emiliano Calvo, último firmante del estudio, añade que “el objetivo del estudio era la seguridad del fármaco que resultó ser muy bien tolerado por los pacientes con algún efecto secundario leve como escalofríos o náuseas”. El investigador explica también que “desde dosis muy bajas ya observamos beneficios clínicos en los pacientes. En 8 de los 12 pacientes a los que se les realizó un TAC después de 9 semanas de tratamiento observamos una estabilización de la enfermedad en la que se había detenido el crecimiento del tumor”, para concluir contando que “también observamos el caso de un paciente con sarcoma, que había respondido muy poco a tratamientos previos, que se mantuvo estable 8 meses en este estudio, y el caso muy notable de un paciente con un tumor de la glándula salival cuya enfermedad se mantuvo estable durante 26 meses”.

Los ensayos clínicos se encuentran en fase I en humanos

Hay que tener en cuenta que se trata de la primera vez que se usa este nuevo fármaco en seres humanos, y el objetivo era el de demostrar de forma fehaciente su efecto sobre el MYC como objetivo y el de identificar posibles biomarcadores, según la Dra. Laura Soucek. Para comprobarlo, se analizaron las biopsias tumorales antes y después del tratamiento. La conclusión fue que, efectivamente, había actividad del Omomyc contra su diana y que había una correlación directa y específica entre la desactivación de MYC y los beneficios clínicos de los pacientes. Además, sumado a esto, han salido a la luz dos potenciales biomarcadores en sangre que tras su validación podrían ser útiles en el manejo del cáncer. El primero de ellos es un biomarcador de actividad farmacodinámica que aumenta su presencia en sangre cuando se trata al paciente con Omomyc, y que desaparece cuando la enfermedad progresa otra vez. El segundo permite que un análisis de sangre simple podría contribuir a predecir la probabilidad de que el paciente responda o no al fármaco, algo que permitiría seleccionar desde el primer día los pacientes que podrían beneficiarse del tratamiento con Omomyc.

Una nueva esperanza en los tratamientos contra los tumores

Este primer estudio es la antesala de un nuevo ensayo clínico, que sería la fase Ib, que a día de hoy está activo, y que llevaría a comprobar la actividad del fármaco combinado con un tratamiento tradicional, en pacientes con cáncer de páncreas metastásico. En palabras de Soucek, “nuestro objetivo es seguir investigando la actividad antitumoral de MYC y ser capaces de buscar combinaciones con otros fármacos ya aprobados que nos permitan crear sinergias para ser más eficaces contra diversos tipos de cáncer”.

Junto con la Fundación “la Caixa”, ha contribuido a esta investigación la Generalitat de Catalunya a través de una beca AGAUR, del Programa de Investigación e Innovación Horizon 2020 de la Unión Europea; del Ministerio de Ciencia e Innovación, y de los fondos Next Generation/PRTR de la Unión Europea.