Cine y Moda. Por Jean Paul Gaultier. Así se llama la nueva muestra que podrá ser visitada hasta el 5 de junio en CaixaForum Madrid y que ha sido presentada por el propio diseñador francés. La exposición, que viene de ser expuesta en París, es coorganizada por la Fundación “la Caixa” y La Cinémathèque française.

Se trata de un enfoque sociológico que va más allá de la mitomanía en la que se podría caer dada la importancia de lo que se exhibe en la historia de la moda y del cine. Solo basta mencionar que hay obras de diseñadores de la talla de Coco Chanel, Yves Saint Laurent o Sybilla, en vestidos de Audrey Hepburn, Sharon Stone, Grace Kelly, Catherine Deneuve, Madonna, además de trajes de Superman, La máscara del Zorro o Rocky. Por supuesto, no podía faltar el cine español con guiños a Pedro Almodóvar, Rossy de Palma, Sara Montiel, Javier Bardem, Balenciaga o Paco Rabanne.

Un momento de la rueda de prensa

La presentación tuvo lugar en la propia CaixaForum y contó con la directora adjunta de la Fundación “la Caixa”, Elisa Durán, y el director de La Cinématèque française, Fréderic Bonnaud, que fue quien tuvo a cargo formular las preguntas a Jean Paul Gaultier, antes del turno de los periodistas presentes. Lo primero que llama la atención del diseñador es su sentido del humor, lo que generó un clima distendido y agradable. Hizo un recorrido de su carrera desde sus inicios, que fueron muy tempranos. Con solo 9 años, contó, quedó fascinado viendo en la televisión al Folies Bergère. “Quiero esa profesión”, se dijo, refiriéndose obviamente al vestuario. Algo que reconfirmó cuando a los 12 o 13 años vio la película francesa de 1945 Falbalas. Una película en blanco y negro que lo marcó y que le hizo repetir “quiero hacer esto”, cautivado por la moda como espectáculo. Las modelos, según confesó, le parecían heroínas. Siempre que ve la película, aseguró, llora al principio y al final, porque “la moda crea emociones”.

Vestido de Marilyn Monroe en la presentación de Eva al desnudo

A partir de ese inicio, no hace falta aclarar el porqué de la relación del cine y la moda durante su carrera. Una carrera para la que no se formó en una escuela de moda. Simplemente, es un autodidacta. En la película vio por primera vez un desfile y le marcó especialmente el hecho de que hubiera público, que lo que se presentaba era juzgado por una audiencia. De hecho, dijo: “No me habría dedicado a la moda si no hubiera desfiles”. Su carrera está marcada por el empoderamiento de la mujer, algo que aprendió viendo a Marlene Dietrich, una adelantada a su tiempo, según el diseñador. La primera que aparca la idea de mujer objeto que siguió presentando Hollywood. Tomó un poder que la mujer no había podido mostrar hasta entonces. Encarna la emancipación femenina desde la forma de vestir. Se produjo un cambio de paradigma, en el que la mujer se fue fortaleciendo y el hombre fragilizando a partir del, quizá, primer hombre objeto, Marlon Brando.

Vestidos de Sara Montiel, en La dama de Beirut, y de Mae West, en Sextette

Ya no solo ellas tenían que ser bellas y deseables, también el hombre tenía que gustar en el cine. Se trataba ya de un juego erótico. En este largo camino hacia el equilibrio, Jean Paul Gaultier cuenta que hizo su contribución. Entre otras cosas, si bien es verdad que las mujeres empezaron a llevar ropa considerada masculina, seguía habiendo diferencias sustanciales. Y fue él quien introdujo el bolsillo interno en las chaquetas femeninas. Algo que hoy parece tan simple era todavía una seña de machismo. El bolsillo interno es el de la cartera. No hace falta explicar más. Destacó también las figuras de Coco Chanel y Brigitte Bardot, símbolos de una femineidad progresista y revolucionaria. Artífices de una permanente provocación ante el sistema establecido.

Jean Paul Gaultier, en el centro, Elisa Durán, a la izquierda, y Frédéric Bonnaud, a la derecha

En cuanto a las diferencias con la muestra en París, hay un mayor hincapié en las figuras españolas mencionadas más arriba, en particular, su colaboración con Almodóvar en Kika o La mala educación. En esta presentación hasta se tomó el tiempo para contar alguna anécdota de cuando estaba en pleno diseño del traje de Victoria Abril. Ella, vestida con lo que todavía era un prototipo del traje, jugó toda una escena con el director manchego, y tanto se dejaron llevar que acabaron volando alfileres y saltando costuras.

La muestra de trajes se complementa con muestras audiovisuales y conferencias. La historia viva del cine y la moda en una exposición que no habría que perderse.