Han tenido que pasar cuatro meses y una ola de frío extremo y nieve para que los vecinos de la Cañada Real comiencen a ver solución a los días sin luz con la que calentarse. Un decreto de la Alcaldía de Rivas-Vaciamadrid instaba 98 días después a Naturgy a cortar en menos de 48 horas la luz a aquellos domicilios que realizaran un uso industrial. Es la única fórmula que aseguraba que los vecinos tuvieran acceso a este bien de primera necesidad.

"Todavía no tenemos luz, han tocado más abajo los de la empresa, pero nada", cuenta un vecino pulsando el interruptor que hay junto a su puerta. "Tampoco han venido a limpiar nada de nieve, todo lo que ves hemos sido nosotros", dice.

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Sector 5 de la Cañada Real este jueves. Elaboración propia.

Esta semana la eléctrica ha cortado las primeras conexiones sospechosas en la Cañada Real. Solo el 12 de enero la compañía cortó hasta 12 puntos susceptibles de dedicarse a fines industriales identificados por la policía municipal de Rivas en el sector 5. La misma policía ripense señalaba en un informe el pasado 9 de enero diferentes empalmes “que van del transformador aéreo al poste que soporta el tendido aéreo, mediante una serie de mangueras que conectan con los inmuebles u otras construcciones aledañas y descontroladas, constatándose una potencia considerable de consumo, verificada por Naturgy”. "Nuestros hijos pasan mucho frío. No es normal", relata.

Los cultivadores se aprovechan de los vecinos para poder seguir ejerciendo sus actividades ilegales. Por ello, Rivas cuenta con varios drones térmicos que miden el consumo energético están ayudando al reconocimiento del kilómetro y medio del sector cinco, en el que viven 1.600 personas, de las cuales 600 son menores de edad. Con esta medición se puede ver qué casas tienen luz y cuáles no y poder dar una solución a los vecinos. "Vamos a identificaros y a desconectar vuestro suministro. Aunque los procedimientos judiciales por delitos contra la salud pública tardan en desarrollarse, podemos actuar desde ya contra el fraude eléctrico”, decía el alcalde de Rivas Pedro del Cura a los cultivadores.

Unos metros más allá, Jose María González, vecino del sector 5 en el número 122, retira pala en mano los restos de la nieve convertida en hielo de la puerta de su casa. "Nos han limitado los vatios para poder tener algo de luz días alternos. Tenemos que desenchufar un transformador y una parte podemos tener una luz un día otros días la otra", contaba este jueves a ElPlural.com quejándose de la falta de incomprensión.

Niños con sabañones, bebés con síntomas de congelación y un anciano fallecido

"Seguiremos haciendo cosas para visibilizar esta situación que estamos viviendo", lamenta González. "El frío con las temperaturas que está haciendo de diez, doce bajo cero repercute en los niños, las personas mayores, las personas con alguna discapacidad", comenta sobre los diferentes casos de sabañones que se han atendido esta semana así como un bebé con síntomas de congelación.

Un kilómetro más al sur, Ahmed, que reside en la parte de la Cañada perteneciente al término municipal de Madrid explica que "de noche es imposible andar por la calle con el hielo y la luz. A las seis de la tarde no podemos movernos". Tampoco se muestra optimista con la presencia de los medios en las últimas semanas. "Estamos cansados. Siempre que pasa algo viene la prensa pero nadie hace nada. No le importamos a nadie", asegura mientras se despide alegando no entender bien el castellano. Tras andar unos pocos metros se gira y recuerda la muerte de un vecino por el frío.

Razones no le faltan. Durante todo este tiempo nadie les ha ofrecido una solución. "Nos sentimos en un vacío e incomprendidos. Los vecinos siempre tenemos cosas positivas que aportar. No entendemos por qué en esta situación no se están moviendo las administraciones", prosigue José María.

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La nieve sigue intacta junto a la casa de Jose María en el sector 5 de la Cañada Real. Elaboración propia.

"Estamos dispuestos a pagar la luz y a lo que sea necesario, pero desde luego que seguir así no tiene mucho sentido", lamenta.

Pared con pared con los vecinos de Rivas con luz

La situación del sector 5 de la cañada sorprende especialmente porque en apenas 100 metros viven dos mundos diferentes. En el lado de Rivas, los principales accesos a la Cañada se encuentran junto a dos colegios públicos. Alrededor, diferentes adosados y el barrio de Covibar rozan con las precarias viviendas de muchos vecinos de la zona. No obstante, son muchos los vecinos que colaboran con los 4.000 vecinos que no tienen luz.

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A la derecha, el barrio de Covibar, en Rivas Vacia-Madrid roza con las casas de la Cañada Real, en el centro de la imagen. Google Earth.

"La sociedad en Rivas creo que está dividida pero la mayoría de los vecinos simpatizan con esta situación que estamos viviendo. Hay personas que incluso a nivel personal nos han ofrecido ayuda", sigue contando José María Fernández.

Una de esas vecinas es Susana. Esta vecina de Covibar explica que sus hijos comparten aula con vecinos de la Cañada y no puede permanecer impasible ante lo que viven a solo sesenta metros de su casa. "No es normal que en pleno siglo XXI estemos viviendo una situación como esta. Son 2.000 críos sin luz", dice. "Un adulto puede llevarlo mejor o peor, pero estamos hablando de personas que están creciendo, que no pueden estudiar en condiciones, que no pueden ver los dibujos y que se pasan el día en un coche con mantas porque hace más frío en casa que ahí", comenta indignada junto al colegio público El Olivar.

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Un bloque de pisos de Covibar desde el sector 5 de la Cañada Real. Elaboración propia.

"Muchos días me llevo a comer a casa a amigos de mi hija y pasan la tarde juntos, al menos así no pasan frío, luego vienen los padres y aprovechan para cargar los teléfonos móviles", prosigue. "Es demencial. Se nos tendría que caer la cara de vergüenza a todos", finaliza.

En la misma línea se expresa Jorge Pastrano, secretario general de Juventudes Socialistas de Rivas-Vaciamadrid. "Esta situación es inédita, pues durante estos tres meses nuestros vecinos y vecinas del barrio de Covivar han tenido luz y agua caliente, mientras que la gente que vive al otro lado de la acera no ha podido disfrutar de los mismos derechos", cuenta.

"No obstante, la ciudadanía ripense es de lo más solidaria y no se ha quedado quieta ante esta injusticia. Tanto el Ayuntamiento como las asociaciones vecinales han colaborado para que las familias de la Cañada tuviesen instalaciones municipales con calefacción a su servicio, mantas, comida y lugares donde poder cargar sus dispositivos", dice el joven al respecto. 

La oposición exige seriedad

En el plano político, la oposición es unánime desde 2017 cuando se firmó el Pacto Regional por la Cañada Real Galiana. El texto, firmado por todos los grupos de la Asamblea de Madrid nace de las políticas que el Gobierno de Manuela Carmena comienza a aplicar en la zona y se incluían desde mejoras en el asfaltado de la zona a los realojos del sector 6, incumplidos por el actual consistorio de Martínez-Almeida.

"El Partido Popular se suele caracterizar por darse golpes de pecho cuando llega a algún acuerdo con el resto de fuerzas políticas. Pero a la hora de la verdad se les va la fuerza por la boca y olvidan los compromisos firmados", explica Jorge Pastrano.

"Tres años después del pacto tenemos un episodio dramático en el que se vulneran los derechos de los vecinos de la Cañada y la Comunidad de Madrid ha estado desaparecida. Y cuando se le ha pedido que actúe, ha dedicado poner excusas y despojarse de toda responsabilidad", prosigue indicando que el incumplimiento del pacto responde a que se "considera que los vecinos y vecinas de la Cañada Real son de segunda y no de primera como ellos".

En la misma línea se muestra Cuca Sánchez, portavoz adjunta de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid. "Lo último que planteamos desde Más Madrid fue que el alcalde de Madrid se entrevistara con los vecinos y las vecinas de Cañada, que todavía no ha hecho y se negó", explica añadiendo que también pidieron "llevar grupos electrógenos y placas fotovoltaicas", pero Almeida "se negó".

A los grupos tampoco no nos ha informado de nada. Nos enteramos por la prensa. En prensa vimos que se iban a llevar bombonas y estufas y a la Cañada, pero no ha llegado nada", lamenta.

"La forma de ejecutarlo es pésima y genera tensión y dificultades en la propia Cañada. Si tú anuncias que vas a hacer algo, los vecinos no saben ni cómo, ni cuándo, ni quién lo va a gestionar, ni cómo se va a organizar lo único que generas es mayor desconfianza y mayor tensión. Se generan más problemas que soluciones", argumenta. 

Tampoco funcionó el albergue ubicado en una fábrica de la Cañada Real que planteó el Ayuntamiento. De las 400 familias que podían acceder a él solo acudió una. "Ese dispositivo duró veinticuatro horas porque se hizo un mal diagnóstico. Se dice que tenemos que hacer una intervención por la emergencia climática sin tener en cuenta el problema de la luz. A la población de Cañada no le sirve esa solución", asegura visiblemente enfadada.

"Si sobre el papel diseño una solución que en mi despacho me parece práctica y útil, cuando luego la implemento en el terreno, como no he hablado con los vecinos y vecinas, y con las personas que saben de la materia la solución no es adecuada", apunta al respecto. "El alcalde intenta dar una buena imagen de cercanía y solucionar los conflictos, pero es una pura puesta en escena. Detrás no ha habido medidas, como con la retirada de la nieve", prosigue.

Lo cierto es que el grueso de la Cañada sigue repleto de nieve y que la poca que se ha retirado es por el trabajo de los vecinos o para que las máquinas de Naturgy pudieran desconectar una torreta. El sector dos y tres siguen aislados. "El Ayuntamiento mantiene el aislamiento de la Cañada. Cualquier distrito de Madrid con la nevada se queda aislado, pero si tienes un vecino o vecina que pueda ir a la farmacia tienes una a 200 metros. En el sector seis no las hay, tienes que coger un coche para comprar un Paracetamol. No hay ningún autobús de la EMT", se queja Cuca Sánchez.

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Los vecinos del Sector 5 han retirado la nieve con palas para poder circular. Elaboración propia.

Un comisionado fantasma

Los encargados de dar una situación a los vecinos sin luz de la Cañada tienen tres nombres: el Comisionado para la Cañada Real del Ayuntamiento de Madrid, el de la Comunidad de Madrid y la Delegación del Gobierno, que se encarga de suprimir las fincas en las que se cultiva droga. Sin embargo, la portavoz de Más Madrid denuncia que nadie trabaja por la Cañada.

"Uno de los grandes problemas que tenemos en el Ayuntamiento es que la persona encargada de Cañada Real, Laura Castaños, que no va por ahí. En las reuniones que tenemos por Zoom está un rato y se marcha y lleva meses sin ir por allí. Es una persona que no sabe lo que está pasando en Cañada. Está alejada de la realidad.", denuncia.

No es la única. "​Hay una dejación de funciones por parte de la Comunidad de Madrid y la comisionada del Ayuntamiento de acompañamiento a las familias. En la etapa del Gobierno anterior eso se cuidó muchísimo. Era un trabajo poco visible pero de cuidado constante para crear tejido social", explica alegando que "los cultivos no nacen de la noche a la mañana. Nacen fruto de una dejadez".