El pasado fin de semana Galicia tuvo el dudoso honor de registrar varios incendios forestales. Se batió el récord de superficie quemada en lo que iba de verano en apenas unas horas y en incidentes distintos. Por desgracia, esa dramática marca volvió a superarse solo tres días después. El incendio en Cualedro arrasó más de 1.000 hectáreas en menos de 24 horas, una cifra que ayer por la tarde ascendió a alrededor de 1.500, convirtiéndose en el incendio más importante desde la ola que afectó, sobre todo, a las provincias de Ourense y Pontevedra en 2017.

En total, en los cinco incendios más grandes (Porto do Son, Viana do Bolo, Verín, Monterrei y Cualedro) en un período de menos de una semana, el fuego ha destruido más de 2.600 hectáreas de superficie forestal y agrícola. La provincia ourensana es la más afectada

Las condiciones meteorológicas no son las más propicias para evitarlos. Las lluvias de meses precedentes, la ausencia de trabajos de mantenimiento, junto con las semanas de confinamiento, son factores que, unidos ahora a las altas temperaturas, se convierten en perfectos para la propagación del fuego.

Y hoy sábado se suma otro factor al que se llega después de que ambas partes no hayan llegado a un acuerdo: una huelga indefinida de técnicos forestales.

El paro está respaldado por los cuatro sindicatos con representación en el colectivo, es decir, CIG, CCOO, CSIF y UGT. Se quejan de la ausencia de interés por parte de la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Medio Rural para resolver un problema que viene de lejos y que se refiere a lo que definen como “una necesaria regulación de las condiciones de trabajo”.

Los representantes de los trabajadores acusan a la Xunta de no querer negociar o no apostar por el avance a la hora de alcanzar un acuerdo. Entre otras cuestiones, estos funcionarios públicos (ingenieros técnicos forestales e ingeniersos de montes) reclaman más personal para que “se puedan garantizar los descansos legales” sin que estos “afecten negativamente” a la lucha contra los incendios.

También piden una reducción de las más de 2.000 horas anuales de trabajo que, tal y como indican, tienen que cumplir, además de una “distribución de la carga de trabajo y mayor organización” entre los ámbitos que toman parte en la prevención y extinción.

Desde las organizaciones sindicales que respaldan esta huelga indefinida se ha informado a través de redes sociales que, a pesar del paro, estos técnicos forestales no dejarán de cumplir con sus funciones, con unos servicios mínimos del 100% durante la campaña de incendios.

Sea como fuere, es evidente que este factor echa más leña al fuego. Por otra parte, el Gobierno central ha anunciado que casi una treintena de patrullas de la Brigada 'Galicia' VII del Ejército de Tierra (BRILAT) y del Tercio Norte de Infantería de Marina vigilarán toda la geografía de esta región. El objetivo es persuasorio y de alerta temprana que se activará bajo el nombre de Centinela Gallego. Como en años anteriores, la iniciativa se pondrá en marcha el 15 de agosto y se mantendrá operativa hasta el 30 de septiembre.

El operativo se enmarca en el convenio firmado entre la Xunta y el Ministerio de Defensa. A pesar de aplaudir una medida que da sus frutos, determinados sectores se preguntan por qué no se inicia ya en el mes de julio.