Rita Maestre se presenta como candidata a sus primeras elecciones municipales. Tras irrumpir en el Ayuntamiento en 2015 y convertirse en la portavoz de Carmena, ha liderado la oposición desde Más Madrid en los últimos cuatro años. Ahora, a 16 días de la cita electoral, las probabilidades de obtener un cambio de signo en la región se multiplican.

Sus expectativas son buenas. El CIS preelectoral ha dado un escenario abierto en el que la alcaldía es posible gracias a la suma de la izquierda. Más Madrid obtendría entre 13 y 18 escaños liderando la izquierda sobre los aproximadamente 8 sitios del PSOE y la posible entrada de los 4 escaños de Podemos.

Con un programa centrado en los barrios de fuera de la almendra central, Maestre aspira a Cibeles con el objetivo de acabar con los pisos turístitos ilegales, limitar el precio del alquiler y transformar el transporte público con unos autobuses de alta velocidad que funcionan como tranvías.

PREGUNTA (P): Son sus primeras elecciones como candidata a la alcaldía ¿Se lo imaginaba cuando era portavoz del Gobierno de Carmena?

RESPUESTA (R): Me veía cada vez más conocedora del Ayuntamiento de Madrid, de la administración, de lo que se puede hacer. La evolución ha sido muy natural. Primero la portavocía durante cuatro años en el Gobierno de Manuela Carmena, después en la portavocía de Más Madrid en la oposición y ahora de candidata a estas elecciones.

P: Son ocho años en política. Cuatro en Cibeles y cuatro en la oposición. ¿Qué es más duro?

R: Es mucho más bonito ser gobierno. Es duro, pero la posibilidad de que tus proyectos salgan adelante, de convertir en realidad las ideas en políticas públicas concretas, los valores y los objetivos de un proyecto de gobierno desde luego no hay color. He intentado hacer una oposición muy propositiva y muy positiva, útil y centrada en los proyectos, pero lo que quiero es hacerlo realidad.

P: Siempre se dan unos 100 días de cortesía cuando se llega al Gobierno ¿Qué pondría usted durante este tiempo?

R: Lo primero es empezar por lo grande. Tenemos que empezar a poner los proyectos y las ideas para que las grandes obras y las grandes infraestructuras se pongan en marcha. Por ejemplo, empezaría por demoler el Puente de Vallecas. Tiene que ser uno de los primeros hitos del gobierno municipal. Y en lo pequeño empezaría en algo pequeño y muy municipal que es la limpieza.

P: Usted aboga por incluir a todo Madrid como zona tensionada y topar el precio del alquiler.

R: Es el gran fracaso de la legislatura de Almeida y va a ser el principal objetivo del gobierno progresista que va a empezar en mayo en Cibeles. Es un fracaso. Durante cuatro años el precio de la vivienda no ha dejado de subir en Madrid. Tenemos un enorme problema de viviendas ilegales. No tenemos ningún tipo de control ni de seguimiento por parte del gobierno municipal y la única política de Almeida, que ha alardeado de no hacer nada para bajar el precio de los alquileres, es que dentro de quince o veinte años supuestamente habrá una serie de desarrollos urbanísticos con miles de pisos construidos por una constructora. No tiene ningún plan y es una receta completamente fracasada. Yo quiero ponerlo como prioridad. Hay que aprovechar la Ley de Vivienda y hay que declarar Madrid como zona tensionada. Hay que regular, intervenir y bajar el precio de los alquileres y creo que soy la única candidata que lo dice con rotundidad. El Ayuntamiento tiene que tener un papel activo en bajar el precio de los alquileres.

P: El PP ya ha anunciado que ni Almeida ni Ayuso aplicarán la norma.

R: El PP solo tiene una receta para Madrid y es fracasada, repito. Durante cuatro años no ha hecho más que subir el precio del alquiler. En todos los distritos de Madrid, para todos los barrios y todos los colectivos. El alquiler, la hipoteca, los locales comerciales... La receta de la nada, de esperar que las cosas se arreglen solas como hace el PP, no funciona. Bueno, no funciona para la gran mayoría de los madrileños. Imagino que si eres un fondo buitre, un gran tenedor o un multipropietario te ha ido estupendamente durante estos años. Eso es el 0,01% de la población de Madrid.

Para la gran mayoría de Madrid las cosas no han mejorado con la receta fracasada del PP, así que hay que probar cosas nuevas.

Con Carmena hicimos 4.000 promociones de vivienda pública que se ha encontrado el PP a llegar a la alcaldía. Cuando yo llegue al gobierno en Cibeles, en mayo, voy a encontrarme que en realidad Almeida solo ha empezado 1600. Un cuarto de las que se encontró cuando llegó. Hay que construir vivienda pública, aumentar la oferta privada y hay que hacer lo que no se ha hecho nunca: regular el precio del alquiler.

P: ¿Regularizar los precios turísticos es parte de esta solución?

R: Desde luego. El 99% de los pisos turísticos que operan hoy en Madrid son ilegales. Yo creo que es el único negocio que opera 'al aire libre' en la más abierta ilegalidad. Son ilegales respecto a la normativa que hay ahora mismo, y por supuesto, esos pisos turísticos van a tener que cumplir la ley como todos los demás. La solución es, efectivamente, regularizarlos, impidiendo que desarrollen su labor fuera de la ley y, por lo tanto, si están fuera de la ley tendrán que cerrar y tendrán que volver a ser viviendas para los madrileños.

P: ¿Y como se hace esto?

R: Con inspección. El Gobierno de Martínez-Almeida no la ha llevado a la práctica y la ha desarticulado. Hay que tener una inspección rigurosa en la que desde el Ayuntamiento podamos ver que existe un anuncio en una página web que dice que esta casa está ofertada para un alquiler turístico ilegal y que por tanto no es una vivienda. Y eso no concuerda con los datos que el Ayuntamiento tiene de esa vivienda o de ese local y por lo tanto hay que hacerles cumplir la ley.

P: ¿Barcelona es el ejemplo a seguir?

R: Hay muchos ejemplos teniendo en cuenta que Madrid carece totalmente de modelo. Yo me fijo en Valencia, me fijo en Barcelona, me fijo en París, me fijo en Pontevedra, me fijo en muchas ciudades de nuestro entorno españolas y europeas donde los retos ambientales de la crisis climática, de la vivienda, de la movilidad sostenible son hoy una prioridad para esos gobiernos a diferencia de lo que pasa en Madrid. 

Nuestro modelo se inspira en muchas políticas de muchas ciudades, pero es un modelo también madrileño. Creo que es muy importante saber que la realidad madrileña, como la de cualquier otra ciudad, es específica y por lo tanto tienes que adaptar las inspiraciones al problema concreto de Madrid.

P: Cuando en el confiamiento todos salíamos a aplaudir se explicaba que había calles en las que no había aplausos porque todo eran pisos turísticos. ¿Tiene la sensación de que hay ciertas zonas de Madrid como el centro o como el barrio de los Austrias que se han convertido casi en un parque temático para turistas?

R: El otro día ponía yo en redes sociales la imagen de la concentración que se ve en los mapas de Airbnb de pisos turísticos en el centro de Madrid. Es una imagen que es básicamente un gran punto rojo en el centro de la ciudad de Madrid. Almeida, con su habitual capacidad para intentar hacer gracia en cosas que no tienen ninguna gracia, salió corriendo al chascarrillo, aunque salió bastante escaldado porque en la práctica la mayor parte de las respuestas y de la forma de recoger su chascarrillo se evidenciaba que no conocía su propia ciudad.

Es un problema. Es un problema en muchas zonas de Madrid. En el centro de Madrid se ha desplazado el uso residencial de edificios enteros, donde hay edificios enteros donde no vive nadie o queda un vecino y el resto de los pisos han sido sustituidos por esas viviendas turísticas ilegales. La gente que antes tenía un vecino a quien pedirle sal o a quien preguntarle si se encontraba bien o con quien hablar en el rellano, ha visto sustituido sus vecinos por turistas que pasan por allí y que no están cumpliendo la ley. No los turistas, sino las personas que rentan esas casas.

Hay que intervenir, hay que intervenir con firmeza y hay que intervenir con firmeza para que se cumpla la ley y para que los barrios sean lo que tienen que ser: lugares donde vive gente.

P: ¿Y por qué cree que no se apuesta por esto?

R: Por parte del gobierno municipal, porque no tienen ninguna idea para la ciudad de Madrid y por lo tanto lo que permite es la jungla, es la ley del más fuerte. Así que llega una gran empresa multinacional a imponer aquí su modelo por encima de la normativa municipal. Para esto hay poco patriotismo. Que vengan y hagan lo que quieran. Ese es el modelo del Partido Popular.

Lo es en la vivienda, lo es en la crisis climática, lo es en la movilidad. Es un Ayuntamiento, un Gobierno, un partido que es como tener un comentarista de la actualidad, que te haga un chascarrillo sobre Sánchez, que te haga una broma sobre nosequé ministra, cuando lo que tiene que hacer el Gobierno es trabajar.

Digo que son un gobierno muy vago y que lo que queremos al frente del Ayuntamiento es un gobierno trabajador. Y significa que te haces cargo de los problemas, que sabes que una ciudad como la nuestra tiene muchísimos retos, como todas, que te pones a la tarea de solucionarlos, no a mirarlos y contemplarlos.

P: Acaba de presentar el plan 'A tiempo' que, valga la redundancia, es para llegar a tiempo al trabajo, al ocio. También propone cambiar un montón de zonas de Madrid, como lleva proponiendo durante cuatro años. ¿En qué consiste este plan? Parece bastante ambicioso.

R: Es muy ambicioso y tiene el objetivo de que la ciudad de los 15 minutos sea realidad en Madrid, en dos o tres mandatos. Como máximo 15 minutos para que desde tu casa hasta cualquier servicio básico, 30 minutos para llegar al centro desde cualquier punto de la ciudad de Madrid, 45 minutos para atravesar la ciudad de punta a punta desde cualquiera de sus puntas y un máximo de diez minutos para aparcar al volver a casa.

Esos son los compromisos temporales, que son ambiciosos pero realistas en el territorio de la ciudad de Madrid,. Queremos que las cosas estén más cerca y que tardemos menos tiempo en desplazarnos entre barrios o a los lugares de trabajo o de ocio a los que tengamos que acudir. Y para eso hay que, por una parte, hacer los barrios más densos, devolver a los barrios cosas como el comercio local, el comercio de proximidad, el teatro, el cine.

Antes había cines en la Avenida de Albufera y ahora nos parece que es algo de un Madrid muy perdido. Fue antes de ayer cuando se cerraron los cines, así que pueden volver a ponerse en marcha. Lo que queremos es reivindicar los barrios y que haya más servicios, más trabajo, más vivienda, pero también conectarlos más rápidamente. Y ahí hay que poner en marcha una revolución del transporte público. El transporte público madrileño se amplió mucho durante muchas décadas y luego ha estado parado durante los últimos diez o quince años. Casi no se ha ampliado. Yo quiero que haya más EMT, quiero que haya más paradas de metro, pero también quiero que pongamos en marcha una red alternativa complementaria, autobuses de alta capacidad y alta velocidad.

Cuando decimos alta velocidad decimos unos autobuses que ya funcionan en Vitoria o en otras ciudades de Europa. Hay autobuses que en la práctica son como tranvías modernos que circulan a la velocidad del metro. Ese es el objetivo. Nuestro proyecto son dos mil millones de euros de inversión en 12 años, 11 líneas, empezando por la primera de ellas, que sería una línea semicircular para conectar todos los distritos del sur y del este de Madrid, desde Vicálvaro hasta La Latina.

Son distritos que en coche entre unos y otros están a diez minutos, pero que, sin embargo, en transporte público pueden ser fácil media hora o 45 minutos. En Madrid, el 52% de los vecinos de Madrid tardan entre 20 minutos y una hora en ir al trabajo. Cada día hay 300.000 desplazamientos, trayectos que duran más de una hora y media.

A mí no me parece que esa situación sea aceptable y no me parece que decir muchas veces que el metro de Madrid es estupendo le resuelva la papeleta a esa persona que tarda una hora y media en un metro y dos autobuses en llegar cada día a su trabajo y volver cada día de su trabajo. No me conformo con esos datos. Me parece que lo que tenemos que hacer es mejorarlos y mucho, para que el tiempo se utilice no solo no tanto en desplazarse sino en vivir.

P: Entiendo que estos buses irían por un carril específico.

R: El objetivo es que tengan la velocidad comercial del metro, que es un poco superior a la del coche. Un coche en Madrid va de a unos 20 kilómetros por hora, el metro a 25 kilómetros por hora, un autobús a 13. Esas son las grandes escalas de media.

Estos autobuses irían a la velocidad del metro de 25 kilómetros por hora. Y para eso no es tanto que sean eléctricos, que lo son, o que tengan unos motores estupendos que los tienen, sino que tengan carriles separados en los que eliminamos los obstáculos que tiene el resto del tráfico. No son carriles separados en una plataforma segregada. Para que nos hagamos una idea, se parece más a un tranvía que a un autobús.

Su forma es uno de los buses eléctricos, pero su funcionamiento es más el de un tranvía. La mayor parte de esas líneas discurrirá por carriles separados con prioridad semáforo. Es decir, con incentivos para que estos autobuses vayan más rápido que el resto de los medios de transporte.

P: Otra de sus promesas es poder aparcar en diez minutos en cualquier punto de la ciudad. Choca con la idea catastrofista de la ciudad de los 15 minutos que demoniza el coche.

R: En muchos barrios de Madrid, muy especialmente fuera de la M-30, aparcar es hoy un problema. Es un problema cuando vuelves del trabajo a tu casa en San Diego, en Vallecas, y no puedes aparcar. Y cuando vuelves a tu casa en General Ricardos o en Opañel pasa igual. El problema está hoy.

Lo que queremos hacer, especialmente en zonas donde también queremos intervenir en superficie para mejorarlas, es que los vecinos puedan aparcar. Esas calles son básicamente coches, filas de coches aparcados y una acera muy estrecha. Son barrios que se merecen intervenciones muy audaces de mejora peatonal, de arbolado. En San Diego sólo la mitad de las calles tienen un árbol, sólo la mitad de las calles.

Eso no hay por qué asumirlo cuando podemos cambiarlo. Queremos que haya más árboles, que haya parques, que se pueda ir en bici, que haya espacio peatonal y lo vamos a hacer eliminando una parte de ese aparcamiento de superficie y destinar el que hay para residentes. Para eso nosotros hemos incorporado dentro de nuestras propuestas la posibilidad allí donde haya demanda de hacer aparcamientos subterráneos para residentes, que es la forma en la que se eliminaron los coches en Malasaña, en Lavapiés, en el barrio de los Austrias.

No es que allí no haya coches, es que están en aparcamientos subterráneos para residentes. Ese es el plan que tenemos para muchas de esas zonas de Madrid, donde ya hay un problema de aparcamiento.

P: Almeida habla de una nueva Ley de Capitalidad, pero usted defiende que es necesaria una tercera descentralización y que la comunidad delegue algunas competencias en el Ayuntamiento. ¿Qué competencias serían?

R: Tenemos que entrar a reformar la Ley de Capitalidad y tenemos también que avanzar hacia una Carta de Municipalidad de Madrid. La Ley de Capitalidad, con respecto a las competencias estatales, la Carta de Madrid con respecto a competencias autonómicas. Creo que es un sinsentido que la ciudad de Madrid no tenga nada que decir sobre el metro que pasa por debajo de su territorio. Tampoco lo tiene que no tenga nada que decir o tenga pocas competencias directas en vivienda o en materias como la educación. Barcelona, por ejemplo, tiene un modelo de reparto de competencias con la Generalitat distinto, donde la ciudad tiene más capacidades y Madrid debe tenerlas por ser la capital de España y porque es al final el Ayuntamiento el primer lugar al que va el ciudadano cuando tiene un problema.

Hay que descentralizar competencias de vivienda, hay que aumentar las competencias del Ayuntamiento en educación, en la intervención en los colegios, en los entornos escolares, en las actividades extraescolares, etc. Estaría muy dispuesta a aceptar más competencias en términos sanitarios, teniendo en cuenta el desastre que tiene la Comunidad de Madrid.

P: Ustedes tienen un mantra de no hablar de otras formaciones políticas, pero las encuestas muestran un escenario muy favorable a la izquierda con posibilidades reales de lograr un cambio de signo. ¿Ve fuerte tanto a PSOE como a Podemos?

R: Creo que en estas elecciones, como en 2015 y en 2019 en Madrid hay muy pocos votos de diferencia entre dos bloques. Son elecciones reñidas y por lo tanto son elecciones posibles. Fueron en 2015, lo fueron en 2019 y van a volver a ser. Va a haber dos grandes bloques y dos grandes partidos encabezando. La alternativa al Partido Popular se llama Más Madrid. La forma más sencilla, más clara, más evidente para que Almeida no repita es Más Madrid, y lo ha sido durante estos cuatro años en la oposición. Y lo volvemos a hacer en estas elecciones.

P: ¿Se ve en coalición con Reyes Maroto?

R: Me veo, por supuesto, gobernando y llegando a acuerdos con mucha gente y con los partidos que sean necesarios. Lo demostramos también en 2015 cuando gobernamos en solitario, pero con el apoyo del Partido Socialista. Yo personalmente creo que lo demostrado poniendo en marcha unos acuerdos de ciudad, los Pactos de la Villa, que tenían el objetivo de poner por delante los proyectos a los partidos y en priorizar en ese sentido, el proyecto de ciudad.

Yo lo he hecho, lo propuse yo y lo desarrollamos desde el Ayuntamiento y, por tanto, creo que tengo la legitimidad y la credibilidad de ser una persona que llega a acuerdos.

P: ¿Qué cree que falla en la izquierda? El PSOE estuvo un montón de años en la oposición, en 2015 hubo un cambio de ciclo, con Carmena en 2019 acabó sumando Almeida con Vox y Ciudadanos. ¿Qué cree que falta para que la izquierda siempre sume más?

R: Lo más importante es movilizar, lo más importante es ilusionar, lo hubo en 2015. Lo más importante es tener proyectos que hagan que una persona se sienta con las ganas de levantarse, de votar porque le gusta lo que dice y porque confía en que puedes ponerlo en marcha. Esa es la clave para mí, mucho más que las sopas de siglas, lo más importante es hablar de Madrid.

Lo más importante es hablar de las cosas que le importan a la gente de Madrid, de los problemas reales y de las soluciones reales. Para mí es la única receta. Es la que funcionó en 2015 y es la que espero que vuelva a funcionar en 2023.