Este viernes 2 de septiembre Isabel Díaz Ayuso pretendía iniciar con buen pie el curso político del PP de Madrid con un acto multitudinario en Alcalá de Henares en el que, además, tenía previsto exhibir una buena sintonía con el líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo. Pero todo se ha truncado. Las redes sociales no han tardado en desenmascarar las lagunas de lo que esperan que fuera un acto idílico. Sillas vacías, la polémica de los coches oficiales y la guinda del pastel: protestas.

Varios vecinos, pitos en boca y pancartas en mano, han acudido a las inmediaciones del evento para manifestarte contra la “pésima gestión” y el abandono de la Comunidad de Madrid. En concreto, le afean el cierre definitivo del Servicio de Urgencias de Atención Primaria del Luis Vives, clausurado por Ayuso durante la pandemia y que no ha vuelto a abrirse.

Y no ha sido la única protesta que ha agitado la visita de Ayuso a Alcalá de Henares. La Plataforma de Afectados por el Metro de San Fernando también ha gritado presente. “Nuestras casas se hunden en San Fernando de Henares y la respuesta de la presidenta es intimidarnos. ¡Somos afectados por el Metro, no delincuentes!”, han lamentado en su cuenta oficial de Twitter.

Según los implicados, personas del PP han tratado de alejarles del lugar. Cabe recordar que la presidenta de la Comunidad de Madrid no tolera precisamente bien las protestas contra su persona. El pasado diciembre inauguró el Hospital Público de Emergencias Enfermera Isabel Zendal, un centro que desde sus inicios ha estado rodeado de polémica. Así las cosas, cerca de un centenar de personas se manifestaron en el Zendal a su llegada con gritos de “Ayuso dimisión” y “más enfermeras, menos Valdebebas”.  La reacción de Ayuso fue evitar la concentración entrando por la puerta de atrás.