La intensa ola de calor que está azotando el país y que anoche, acompañada de tormentas eléctricas, provocó múltiples focos en la provincia de Zamora, preocupa a los profesionales de prevención y extinción de incendios forestales de Castilla y León, territorio en el que, sin embargo, se mantiene declarado el "riesgo medio" y en el que la campaña de incendios no arrancará hasta el próximo día 1 de julio.

Esto supone que, hasta ese día, una simple fecha "oficial" en el calendario, no estarán desplegados todos los medios humanos y materiales sobre el terreno, dispuestos a hacer frente a las llamas y a prevenir que lo que comienza siendo un rastrojo ardiendo se convierta en el infierno que fue, el verano pasado, el incendio de Navalacruz, en Ávila.

Anoche, las cuentas de Twitter de @INFOCYL, (Incendios Forestales Castilla y León), @BBFFLuchaCyl, (Bomberos Forestales en Lucha CyL), @APAMCYL, (Asociación Sindical Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León) o @AT_Brif (Asociación de Trabajadores de las BRIF del MITECO), describían el "gran cúmulo de focos" que azotaban la provincia de Zamora a consecuencia del intenso calor, que terminó la tarde provocando tormentas eléctricas, y con ellas, el fuego, que no podían controlar.

Los profesionales que se enfrentan a las llamas se desgañitaban en la red social contra "el inoperativo de extinción" de la Junta de Castilla y León, explicando que no podían hacer un seguimiento personalizado de cada incendio debido a la alta cantidad de focos simultáneos y la ausencia de medios.

"Sufriendo la ola de calor más fuerte de los últimos 20 años, escasean los medios disponibles porque la Junta mantiene decretado peligro medio", escribía la cuenta de INFOCYL. "Esto sólo nos confirma la necesidad de continuidad del dispositivo durante todo el año".

Mientras tanto, el consejero de Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, comparecía ayer mismo en el Centro de Defensa del Fuego, en León, para presentar, como cada año por estas fechas, el operativo de lucha contra incendios forestales 2022 en la Comunidad "para la próxima época de peligro alto, que se prevé complicada debido a la escasez de lluvias en primavera", señaló, y que no está previsto fuera del periodo comprendido entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. 

Superada la "regla del 30"

Todas las cifras que ofreció el responsable de la Junta de Castilla y León, 4.540 profesionales y 806 medios materiales terrestres y aéreos, son "a futuro", puesto que, según explican los profesionales de prevención y extinción de incendios forestales de la Comunidad Autónoma, el personal subcontratado (el 70% del total de esos 4.540), aún no se ha incorporado, los retenes no están operativos, buena parte de los 22 helicópteros no han llegado aún a las bases, y hay provincias como Burgos y Soria en las que hasta ayer aún no había destacado ningún medio aéreo.

"De hecho", señalan desde la Asociación Sindical Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León, APAMCYL, "la semana pasada se ha registrado algún fuego en Ávila que ha tenido que ser detectado desde torres de Madrid, porque las de Ávila aún no estaban activas".

Y todo ello sucede a pesar de que la climatología es absolutamente adversa, con indicadores que superan la "regla del 30" y disparan el riesgo: temperaturas cercanas a los 40 grados, rachas de viento de 30 kilómetros hora y humedad relativa en torno al 10%, "una carga de irresponsabilidad gravísima", decía el portavoz del PSOE en temas de Medio Ambiente, José Luis Vázquez, que cifraba en apenas un 20% el operativo movilizado.

Operativo "flexible"

El consejero destacó la buena coordinación entre administraciones y habló de un "operativo flexible", algo con lo que ironizan desde APAMCYL: "Y tan flexible, un caos total, porque el incendio forestal es una competencia exclusiva de la Junta de Castilla y León, y no de los bomberos de Burgos, que si van a apagar un incendio no pueden excarcelar a alguien en un accidente", afirman, "y hay que recordar que las BRIF son brigadas de refuerzo del Ministerio de Transición, y que cada vez que hay que recurrir a la UME o a cualquier medio extraordinario, es un fracaso de tu dispositivo, porque tú tienes que estar preparado para atajar el fuego desde la primera llama".

"Llevamos al menos 6 o 7 años pidiendo que la campaña comience cuando comienza el riesgo, cuando las condiciones meteorológicas lo requieren, que se mantenga el dispositivo todo el año y que la campaña se amplíe al menos en junio", afirman los Agentes Medioambientales.

De la misma opinión son en la Asociación de Trabajadores de Incendios Forestales, ATICYL, (@BBFFLuchaCyl), un colectivo que nació precisamente tras el incendio de Navalacruz del verano pasado y que insiste en que "los medios disponibles a esta fecha están a mitad de su capacidad, y puede que tengas de guardia sólo a un conductor y a un manguerista, o a veces, sólo a uno de los dos; los retenes de tierra, que suelen formar once personas, no estarán dispuestos hasta el 1 de julio, porque hoy, a lo sumo, son cinco o seis", y concluyen, "la declaración del peligro de incendio debe ser acorde a las condiciones climáticas, y estos días tenemos las humedades relativas totalmente desplomadas: si hoy estallara un incendio, no habría medios suficientes para controlarlo", explicaban pocas horas antes del estallido de focos en Zamora.

También coinciden ambos colectivos en que la privatización de este servicio, fundamental, por parte de la Junta de Castilla y León "se ha llevado hasta extremos inimaginables".

La Junta subcontrata a través de PAIS (Propuestas de Acción Integrada) a empresas privadas a los 1.500 efectivos de las cuadrillas de tratamiento selvícolas, las ELIF, y bomberos de helicópteros y tierra, a través de empresas como CLECE o sus filiales, mientras que el personal propio de la Junta de Castilla y León es minoría.

"Trabajamos en la absoluta precariedad, la formación es prácticamente inexistente, y eso da lugar a una tasa de siniestralidad salvaje sólo por detrás de la que sufrían en la minería del carbón", denuncian desde ATICYL.

El 95% del personal se va al paro en septiembre hasta el mes de julio, y se incorporan ahora para llevar a cabo los trabajos forestales que hay que realizar en invierno. "Igual que la Junta prohíbe a los particulares desbrozar en estas épocas o utilizar maquinaria para no provocar incendios, es absurdo que estemos trabajando a día de hoy con la motosierra".

Además, según convenio, estos trabajadores pueden ser reclamados para estar sobre el terreno hasta 18 horas consecutivas si, una vez que hacen su trabajo, se les necesita para extinguir un incendio que pueda haberse iniciado en cualquier otro punto.

Apaños de última hora

APAMCYL reclama que el servicio de prevención y extinción de incendios de Castilla y León sea completamente público, como lo es en Castilla-La Mancha, en Andalucía o en Extremadura, y esté activo todo el año. "Esto es totalmente inoperativo: las bases de los camiones son naves viejas de los ayuntamientos: los vehículos se meten allí en septiembre y no se sacan hasta marzo, no se mantienen, no se arrancan; el operativo no está diseñado para bajas, permisos, suplencias o vacaciones, y no nos podemos permitir tener incendios los sábados ni los domingos, o los lunes y los martes, porque no hay turnos de guardia para los siete días de la semana".

Por si eso fuera poco, explican, la convocatoria electoral y la ausencia de unos Presupuestos para 2022 han supuesto que algunos de los contratos con las adjudicatarias, que se firmaron por tres años, hayan vencido en estos meses y, pasando los plazos, se ha llegado a la conclusión de que los nuevos concursos no estarán resueltos hasta el mes de agosto.

La solución de urgencia de última hora adoptada por la Junta, según APAMCYL, ha sido cubrir la ausencia de PAIS en algunas provincias a través de adjudicaciones directas por 45 días, hasta que las nuevas adjudicatarias por concurso puedan incorporarse en agosto.

Campaña complicada

Suárez-Quiñones no mostró ayer optimismo al respecto del verano que se avecina. "La campaña será complicada", dijo, “hay mucha sequía y los incendios pueden ser rápidos. Ha habido poca lluvia y la que ha caído ha sido superficial, por lo que no es un año que se presiente halagüeño”.

No obstante, el consejero recordó que, durante la última década, 2011-2020, los incendios se han reducido un 19% respecto a la anterior, “gracias”, señaló “a que estamos en una mejora permanente y a que tenemos un operativo que se amplía cada año, con más medios técnicos y humanos”.

Del 1 de enero al 31 de mayo de este año, a pesar de ser un inicio de año complicado climatológicamente, se han producido 419 incendios forestales, sobre una media de 671 incendios respecto a los últimos diez años (el 73% de ellos han sido conatos –menos de 1 ha-, sobre una media del 59% en los últimos diez años).

La climatología y los múltiples focos de Zamora, sin haberse puesto en pie aún la campaña, pueden trastocar la estadística.