La Asamblea Regional de Murcia ha sido el segundo parlamento autonómico saliente de los resultados del 28M en constituirse, solo un día más tarde que la Asamblea de Madrid. En esta región, Vox reclamaba un puesto en la Mesa, pero, finalmente, PP y PSOE han decidido repartirse la representación y excluir a la extrema derecha. 

Vox había exigido estar dentro de la Mesa de la Asamblea en Murcia para facilitar, abstención mediante, un ejecutivo del PP en la región. Sin embargo, finalmente el PP se queda con la presidencia, vicepresidenta primera y secretaria primera mientas que el PSOE se hace con el resto de los puestos. Esto puede suponer en la práctica que Vox vote en contra de la investidura de López Miras y haga inviable su gobernabilidad.

"Génova ha decicido que quiere repetir elecciones", indicaba el portavoz de Vox en Murcia, José Ángel Antelo. Vox exigía al PP un puesto dentro de los cinco miembros que conforman el órgano presidencial del Parlamento murciano. Pero por el lado de los populares no se daban por aludidos y pactaban con el PSOE la Mesa del Parlamento. El diputado regional del PP, Joaquín Segado, recordaba que al PP le corresponden tres miembros en la Mesa del parlamento autonómico "con el Reglamento y los resultados electorales en la mano".

"Quieren que les regalemos los votos a cambio de nada. No es posible, no podemos fallar a nuestros votantes", indicaba asegurando que el bloque de la derecha suma 30 escaños el líder de Vox en Murcia asegurando que "Génova quiere convocar elecciones".

Horas antes del inicio de la votación ni PP ni Vox mantenían contacto oficial. José Ángel Antelo indicaba hace unos días que "nadie entendería que Vox no estuviera en la Mesa", porque se trata de la tercera fuerza política de la Región de Murcia. "A día de hoy, eso nunca ha sucedido en la Comunidad", asegura hace tan solo unos días recordando que en la pasada legislatura. Ciudadanos, con seis escaños (tres menos que los que hoy tiene Vox) y, apoyado por el PP, consiguió la Presidencia en una segunda votación.

La repetición electoral beneficia tanto a PP como Vox. En las pasadas elecciones del 28M, el PP de Fernando López Miras consiguió 21 escaños, a sólo dos de lograr la mayoría absoluta, establecida en los 23 asientos. Sin embargo, el actual presidente en funciones consiguió más diputados que la suma de PSOE y Podemos, con 13 y 2 escaños respectivamente. Vox consiguió nueve escaños en la Asamblea de Murcia y, aunque López Miras no está obligado a meterlos dentro de su próximo Gobierno necesitará de su abstención para ser investido de nuevo como presidente de la Región dado el poco peso de Vox en la región. Por ello, un adelanto electoral puede facilitar que Miras se haga con la absoluta y no necesite en ningún caso a Vox para gobernar.

Visitación Martínez, presidenta gracias a la abstención de Vox.

La aritmética podía hacer que el PP no lograra los tres puestos que quería y ha conseguido en la mesa. De haber habido un pacto en el resto de partidos, la Asamblea Regional de Murcia, en sesión constituyente, habría evitdo que Visitación Martínez, del PP, fuera eligida como nueva presidenta de la Mesa. Finalmente, se ha hecho con el puesto gracias al único apoyo de los 21 votos que conforman la bancada popular.

Martínez ha sido elegida en segunda vuelta al no contar con mayoría absoluta en primera ronda, ya que el resto de partidos del hemiciclo ha votado por su cabeza de lista electoral. En la segunda vuelta Martínez se ha disputado la Presidencia de la Mesa con el parlamentario socialista Alfonso Martínez Baños, quien ha obtenido el apoyo de sus 13 compañeros de partido y de los dos de la coalición Podemos-Izquierda Unida Verdes-Alianza Verde. Ocho de los nueve diputados de Vox se han abstenido, mientras que el noveno ha votado nulo. 

Finalmente, el PP se ha hecho con la presidencia, la vicepresidencia y secretaría primeras de la Mesa. El PSOE se ha quedado con la vicepresidencia y secretaría segundas.

Vox tiene ahora la sartén por el mango en Murcia. En su mano está decidir si dan la presidencia a López Miras. Sus nueve diputados serán decisivos. Tienen varias opciones: la primera, pueden optar por dar su apoyo al PP, y que forme gobierno en primera vuelta y juntos alcanzar una suma que sobrepase la mayoría absoluta situada en 23 escaños o bien torpedearlo.

Si la formación de Abascal quiere aplicar algún "castigo" a los populares tras quedar fuera de la Mesa, puede votar en contra del candidato del PP en primera vuelta y, dos días después, en segunda votación abstenerse y permitir su investidura por mayoría simple. En caso de que ninguna de las opciones sea viable, la repetición electoral será efectiva.