En el Partido Popular se preparan para un 2022 movido. Castilla y León y Andalucía, con total seguridad, afrontarán sus correspondientes elecciones en el próximo ejercicio. Tanto Alfonso Fernández Mañueco como Juanma Moreno Bonilla apuestan, delante de los micrófonos, por agotar la legislatura y celebrar elecciones a su debido tiempo. Sin embargo, según la Cadena SER, el entorno del presidente castellanoleonés baraja con firmeza la opción de adelantar los comicios.

Los populares escudriñan con mimo el calendario próximo. Resaltan en rojo el 10 de marzo, fecha en la que se cumple el plazo legal para que la oposición presente una nueva moción de censura en las Cortes. Los socialistas impulsaron la primera ocho meses atrás. El Gobierno sorteó la censura, aunque no salió del todo indemne, pues perdió peso en la Cámara autonómica.

Además, el PP afrontaría una nueva moción con un grado más de pesimismo, dado que el PSOE ahora tan sólo necesitaría una deserción de Ciudadanos que, sumada a los votos de los partidos provincialistas de León y Ávila, desbancaría a Mañueco como presidente de la Junta.

El PP, sabedor del nivel de peligro que imprime esta amenaza, tiene una alternativa para neutralizarla; que Mañueco disuelva las Cortes antes del 10 de marzo. El Gobierno, así, esquivaría la moción de censura que, a todas luces, prepararía el principal partido de la oposición y obligaría a celebrar las elecciones en el mes de mayo como tarde.

Diferentes tiempos

El adelanto electoral en Castilla y León no atraería al coprotagonista de la historia, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla. En el seno del Ejecutivo castellano no se baraja la coincidencia de comicios en ambas autonomías. “No nos aporta nada celebrarlas en la misma fecha. Quizá a otras comunidades sí, pero no a nosotros”, detallan desde el Ejecutivo regional según la Cadena SER.

Cada comunidad ha de tener su tiempo. Así piensan entre los conservadores de Castilla y León. Además de la moción de censura, dificulta la convergencia de elecciones los planes de Bonilla para sacar las urnas, como tarde, en el mes de junio. Pero tampoco interesa al PP en lo táctico, pues “no se produciría ninguna sinergia” y obligaría a toda la estructura a “repartir esfuerzos” entre ambos territorios.

Viento a favor en Castilla

Por su parte, fuentes de Génova consultadas por ElPlural.com dan absoluta libertad a los dos barones y no hacen ascos a la doble cita electoral el próximo curso. De hecho, creen que supondría una oportunidad única para Pablo Casado, pues dos victorias consecutivas del PP reforzarían su cartel de “alternativa” a Pedro Sánchez.

Pero el presidente de la Junta de Castilla y León cuenta con la bendición de la demoscopia. El líder regional estaría muy cerca de recuperar el terreno que la formación ha perdido desde el año 2011, coqueteando incluso con la mayoría absoluta.

Pese a los signos positivos, la operación no está exenta de riesgo. En Castilla y León, los electores están acostumbrados a depositar los votos de la Junta y de los respectivos ayuntamientos en la misma jornada. Entre los conservadores existe cierta preocupación en torno a la movilización del electorado en un contexto de adelanto exclusivamente en la Autonomía.

De hecho, creen que la separación de las dos citas electorales imprime el riesgo de ceder la ventaja de la implantación municipal. Aunque el elemento que decantará la balanza, como ocurre en Andalucía, serán los presupuestos regionales. En el caso de Castilla y León, el PP mantiene abiertos los canales de negociación con Por Ávila, aunque no extraen “grandes incentivos” para sacarlos adelante. Por lo tanto, si el 23 de diciembre no se aprueban las cuentas públicas, el PP podría acelerar la maquinaria y activar el plan del adelanto.