Amenazas y coacciones, ayudándose de objetos contundentes como bates de béisbol, eran el modus operandi de un joven de 19 años, ahora detenido, y dos menores de 17, puestos a disposición de la Fiscalía de Menores, como presuntos autores de un delito de odio, por amedrentar a la comunidad homosexual de Segovia, según el balance provisional de una operación realizada por la Guardia Civil y dada a conocer este miércoles por la Delegación del Gobierno en Castilla y León.

Tal y como han explicado la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, y el general jefe de la XII Zona de la Guardia Civil, Luis del Castillo, acompañados de la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, la investigación se inició el pasado mes de febrero, tras recibirse una denuncia anónima en la Guardia Civil de Segovia, si bien, continúa abierta, de modo que no se descartan nuevas detenciones.

Los investigadores fueron víctimas

Según la información facilitada, tras esa denuncia anónima, agentes especializados del Equipo de Respuesta a los Delitos de Odio (REDO), comenzaron un minucioso y largo camino de seguimientos, esperas y actuaciones de vigilancia en zonas de cruising, centrando finalmente sus sospechas sobre tres personas que ejercían coacciones y amenazas contra hombres homosexuales en la provincia de Segovia, sin que les cupiera duda del marcado carácter homófobo de la actitud de los investigados contra la comunidad gay segoviana.

Los implicados atraían mediante engaño la atención de hombres homosexuales y, cubriéndose el rostro, les amenazaban con objetos contundentes, como bates de béisbol.

El coronel jefe de la Comandancia de Segovia, José Luis Ramírez, explicó que, si bien el equipo de investigación comenzó a observar los hechos denunciados ‘con prudencia’, en un determinado momento, sus propios agentes se convirtieron en el objetivo de los presuntos delincuentes, sufriendo ese acoso, algo que les confirmó que “no se trataba de una chiquillada ni una broma”.

“Los agentes que lo vivieron”, explicó Ramírez, “se dieron cuenta de que se trataba de ‘los primeros pasos’ hacia la comisión de posibles hechos mucho más graves”, e hizo un llamamiento a posibles víctimas en el caso que puedan haber sufrido lesiones o agresiones, para que lo denuncien, “y así, podamos cerrar el círculo”.

Los implicados en el caso, según explicó, se enfrentan a penas que pueden alcanzar los cuatro años de prisión como autores de un delito de odio.

Menores con dosis de odio

Barcones instó a todas las personas que puedan sentirse objeto de un delito de este tipo a que lo denuncien, puesto que, según sus datos, sólo una de cada diez víctimas lo hace, mientras que otras nueve, guardan silencio.

La delegada del Gobierno pidió una reflexión a la sociedad sobre esos “menores de edad con esa dosis de odio en el cuerpo, pasamontañas puesto y bates de béisbol en mano, rondando espacios en los que se encuentran parejas homosexuales, sembrando el terror y el odio en personas, simplemente por su condición sexual”, señaló.

“Tenemos una obligación pedagógica”, dijo Barcones, “y una reflexión sobre qué educación estamos transmitiendo a nuestras siguientes generaciones, porque estamos hablando de dos menores de edad, de 17 años, que quedan en grupo, cogen un bate de béisbol, y van a sembrar el terror a un descampado”.

Barcones recordó que, además, estos delitos están contemplados en el Código Penal, y afirmó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado los persiguen ‘con especial intensidad’.

La investigación ha estado dirigida por el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 4 de Segovia, en coordinación con la Fiscalía Delegada para los delitos de odio y contra la discriminación, y la Fiscalía de Menores de Segovia.

Durante la fase de investigación se ha establecido colaboración con asociaciones como Segoentiende, vinculadas a la reivindicación de los derechos y defensa del colectivo LGTBH.

El operativo se enmarca dentro del Plan de Actuación de la Guardia Civil ante los delitos de odio y conductas que vulneran las normas legales sobre discriminación.