Este miércoles las alarmas se encendieron en el centro de menores extranjeros de Hortaleza. Después de una llamada anónima en la que se advertía del "comienzo de una nueva España", un artefacto explosivo fue encontrado en el interior, siendo detonado posteriormente sin incidentes por una unidad de la Policía Nacional de Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax).

La reacción política no se hizo hecho esperar. Las fuerzas de la izquierda se unieron en su repulsa a los continuos exabruptos de la extrema derecha contra los menas (menores extranjeros no acompañados). Merece la pena recordar que Rocío Monasterio, líder de Vox en la Comunidad de Madrid, realizó numerosos actos a las puertas de estos centros para lanzar un mensaje de odio cargado de estigmatización utilizando datos falsos que fueron reprendidos incluso por los vecinos del barrio.

La dirigente hacía hincapié en que era necesario proteger a “esas mujeres que nos cuentan que no se atreven a caminar solas por la noche por determinados barrios; esto se tiene que controlar". Aquellas palabras hicieron que la Fiscalía de Sevilla abriera una investigación contra Monasterio, después de que esta realizase un acto en el barrio de La Macarena el pasado 4 de noviembre.

A la cascada de condenas públicas a la extrema derecha española se sumó Ciudadanos. En plena reconstrucción del proyecto, y tras no entrar en la Mesa del Congreso por el veto de Vox, el portavoz en la Asamblea de Madrid de los naranjas condenó la irresponsabilidad de sus homólogos: “Lo que ha ocurrido en el centro de Hortaleza es muy grave. Es irresponsable que VOX siga bloqueando la puesta en marcha de un pacto regional para solucionar la situación”.

César Zafra

Este mensaje de César Zafra evidencia la mala relación que atraviesan sendos socios de Gobierno. Pese a la crítica externa, gobiernos autonómicos como el de Andalucía, Madrid y Murcia se sostienen en los brazos de los ultras. Una relación trilateral que ha hecho pasar a Ciudadanos al ostracismo parlamentario.

Y es que, entre las demandas de Vox a sus homólogos, figuran reducciones de derechos a los menores no acompañados. Pese a que el documento inicial de los ultras fue limado tras el rechazo de populares y naranjas, el acuerdo sobre el que se rubricó el entendimiento tiene referencias evidentes.

“Repatriación de los menas”

El primer documento que Rocío Monasterio puso sobre la mesa de negociación hablaba de “tres condiciones y tres principios” que debían ser cumplidos sin objeción por las partes. En el tercero de los apartados (“Cumplimiento de la legalidad”) se observa una cláusula en la que se hace referencia de forma explícita a los menas.

“Colaborar, desde todos los organismos de la Comunidad de Madrid, incluidos los pertenecientes al ámbito de la Sanidad, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la identificación de todos los inmigrantes que se encuentran de forma ilegal, con especial atención a la identificación y repatriación de los MENAS”, sentencia el escrito.

Condiciones rebajadas

Tras el ‘no’ de naranjas y populares, los ultras cedieron en algunas de sus pretensiones. De forma inicial, eliminaron el término "menas" del documento a firmar. Sin embargo, la lucha contra la inmigración no desapareció.

“Asegurar una inmigración ordenada, legal y respetuosa con nuestra cultura occidental” accediendo a la información de la Administración Regional sobre los extranjeros en situación irregular fueron los términos acordados. Además, posteriormente se emplazaba a asegurar “el cobro efectico ocasionado por extranjeros en situación irregular”.

Por último, incidiendo en la idea de que la delincuencia es masiva entre los inmigrantes, se incluía una referencia a la colaboración para acabar con “la proliferación de actividades delictivas organizadas (narcotráfico, venta ambulante ilegal, prostitución, trata, ocupación ilegal)”.