El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, reconoció este martes en las Cortes, durante una comparecencia monográfica sobre los incendios sufridos por la Comunidad este verano, casi 100.000 hectáreas quemadas y tres muertos después, que es necesario duplicar el presupuesto destinado al operativo de prevención y extinción en la región más extensa de Europa, con una superficie superior a 20 países de la Unión Europea.

A pesar de las históricas peticiones de actualización del Plan INFOCAL (Incendios Forestales Castilla y León), sin revisar desde 1999, y las numerosas propuestas de la oposición para incrementar el operativo, extenderlo a los doce meses del año y mejorar las condiciones de los efectivos, ha tenido que sufrirse el verano de 2022 y los pavorosos incendios de Sierra de la Culebra y Losacio, en Zamora, para que se duplique el presupuesto actual en 65 millones anuales, según explicó el propio presidente en su comparecencia.

Han sido más de 1.400 incendios, 17 de ellos Grandes Incendios Forestales, de más de 500 hectáreas, en “una campaña especialmente dura, la peor de las últimas décadas”, ha dicho Mañueco, pero sin reconocer responsabilidad alguna sobre los efectivos desplegados cuando se desató el primer gran incendio del verano, en la Sierra de la Culebra, el 15 de junio, sin haberse declarado aún la época de peligro alto, a pesar de las predicciones de temperaturas extremas.

Mañueco culpó, de nuevo, a lo sucedido a la climatología especialmente adversa, los 42 días de olas de calor y la falta de precipitaciones, así como a la mano del hombre: afirmó que las negligencias, los accidentes y los incendios intencionados habían causado el 92% de los fuegos, mientras que sólo el 8% restante habían sido causa de fenómenos naturales.

Por el contrario, la oposición afirmó durante sus intervenciones en el Pleno que sólo tres de los 17 GIF fueron obra del ser humano, y coincidieron en señalar que las medidas adoptadas ahora por la Junta, tras el desastre del verano de 2022, llegan tarde.

Tudanca: “Pidan perdón y váyanse”

La petición de dimisión del propio Mañueco y su consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, fue unánime por parte de los grupos de la Cámara, excepto, por supuesto, los dos que sostienen al gobierno de coalición: PP y Vox.

Los grupos en la oposición recordaron el incendio de Navalacruz (Ávila), que quemó más de 20.000 hectáreas en la Sierra de la Paramera en agosto de 2021, un incendio que hacía prever lo que venía, y tras el que el presidente del gobierno de Castilla y León afirmó que había que replantearse el sistema, la realidad del fuego, y el operativo.

Sin embargo, no lo hizo. Un año más tarde, la Sierra de la Culebra, Losacio, Monsagro, Candelario, Cebreros, Silos, y el resto de grandes incendios forestales en Castilla y León, estallaron en la Comunidad sin el incremento de presupuesto ni las mejoras prometidas, que, de nuevo, se prometen ahora.

El portavoz socialista, Luis Tudanca, se refirió a la “mano tendida” que ofreció Mañueco durante su intervención. “Hace 19 años, el PSOE pidió una ley autonómica de prevención y extinción de incendios, y esa es la mano tendida que ustedes han rechazado ochenta veces”, dijo.

“Para ser el consejero-juez, falla más que una escopeta de feria”, ironizó, en referencia al consejero de Medio Ambiente, Suárez Quiñones, a quien pidió que dimitiera, después de que tanto él como el presidente de la Junta, a lo largo del verano, culpabilizaran de los fuegos que asolaban la comunidad a los ecologistas y a una “trama de incendiarios”.

Viene a doblar la rodilla”, concluyó Tudanca, “y a reconocer que se equivocaron, cuando usted ha visto peligrar su pellejo, porque primero no había falta de medios y ahora reconoce que hace falta el doble: pidan perdón y váyanse”.

“A buenas horas, mangas verdes”, dijo Pablo Fernández, de Unidas Podemos, “esta enmienda a la totalidad de su política forestal con la que reconoce la incapacidad de su gobierno”. El portavoz de UP no consiguió que el presidente de la Junta respondiera a su pregunta sobre si los cambios en el operativo que presentaba incluían el incremento del periodo de peligro alto más allá de julio, agosto y septiembre.

Desde Por Ávila, Pedro Pascual, insistió en que a la Junta “le han explotado los incendios en las manos este verano después de muchos años”, que la situación no ha sido extraordinaria y los protocolos deben ser versátiles y se mostró “vigilante” sobre el cumplimiento de las promesas anunciadas.

El portavoz de Ciudadanos, Francisco Igea, tachó a Mañueco y Quiñones de “irresponsables, cobardes y falsos”. “Era usted consciente”, dijo, “desde Navalacruz, de que esta comunidad autónoma era un polvorín y se escondió, y ahora reconoce que necesitaban el doble, y esto debería ser suficiente para su dimisión”.

Los portavoces de Soria Ya y Unión del Pueblo Leonés se sumaron a la petición de asunción de responsabilidades.

Luis Mariano Santos, de UPL, además de acusar a la Junta de “timoratos y tacaños”, respondió a Mañueco que “comienza a ser hora de que paguemos la deuda que ha dicho que tenemos con los trabajadores del operativo” y lamentó que “nadie ha tenido la decencia de asumir responsabilidades políticas, y sólo se han dedicado a ser victimistas, excusándose en la masa forestal, en el número de incendios y en la climatología”.