El calvario con el que se castiga a las mujeres que deciden ejercer su derecho al aborto en la Comunidad de Madrid llega hasta tal punto que se obliga a las pacientes a acudir personalmente a una única ventilla, situada en el centro de la capital, en un horario de 9:00 horas a 14:00 horas los días laborables. Una vez allí, tal y como ha revelado la socialista Reyes Maroto, se les entrega una factura con el coste del servicio, a la que ha podido tener acceso ElPlural.com, que deben entregar obligatoriamente en la clínica privada si quieren ser atendidas.

Además, cabe destacar que la intervención voluntaria del embarazo es el único servicio asistencial del que el sistema público madrileño comunica el coste a los pacientes, en lo que representa a todas luces un intento de coacción. Además, obliga a las pacientes a desplazarse hasta un único punto en todo el territorio, agravando el señalamiento y complicando la conciliación, y en un horario que supone una dificultad para cualquier mujer trabajadora. “Esta factura es una letra escarlata que la señora Ayuso pretenden bordar sobre las mujeres que quieren abortar”, ha denunciado Maroto.

Factura servicio de salud Madrid.

“Cuando una mujer decide interrumpir su embarazo y acude al Servicio Madrileño de Salud, se ve obligada a recoger en persona una factura que desglosa, céntimo a céntimo, el coste de ese proceso”, ha explicado. “Imagine por un segundo lo que significa”, ha trasladado al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, a quien ha preguntado conocer si considera “que las mujeres madrileñas tenemos que irnos a otro lado a abortar, tal y como ha manifestado la presidenta de la Comunidad de Madrid”.

Privatización y exposición de las mujeres

La privatización de la atención sanitaria es una lucha que en la Comunidad de Madrid se relaciona directamente con la incapacidad de ejercer derechos garantizados por la legalidad vigente. El enorme y creciente negocio del que disfrutan las clínicas privadas y otras empresas sanitarias en el territorio regido por Isabel Díaz Ayuso, en un claro detrimento del servicio público, no es la única línea de actuación desarrollada por la lideresa del Partido Popular (PP). El señalamiento, los obstáculos constantes y la búsqueda de establecer el sentimiento de culpa en las mujeres completan la estrategia contra las mujeres.

El justificante de la vergüenza”, tal y como lo califica la concejala socialista, es solo una muestra más de la pretensión del Ejecutivo autonómico: “recordarles a las mujeres que su decisión será vigilada, cuestionada y estigmatizada”. “Este es el modelo del PP: limitar la libertad, herir la dignidad y retroceder en derechos”, lamenta Maroto, que ha reclamado al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que se aleje de las tesis ayusistas y de Vox, las cuáles ya compró con la aprobación de una norma que recogía síndromes inventados y otros ataques al derecho al aborto.  

“Se ha convertido en un auténtico terraplanista del aborto. Ha tratado de confundirnos con sus argumentos vacíos y su insistencia en dar información a las mujeres. Pero lo que anunció el viernes es coacción ideológica desde las instituciones”, ahonda la que fuera ministra de Industria. “No hay libertad de elección cuando se presiona institucionalmente a las mujeres y se pretende condicionar su decisión con las ayudas económicas de su plan de natalidad. Eso no es acompañar, señor Almeida: eso es tutelar y desconfiar de la capacidad de decidir de las mujeres”, afea.

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