El choque entre Madrid y Moncloa por la nueva tasa de basuras ya no tiene sólo su epicentro en Cibeles, sino ahora también en la Puerta del Sol. Después de que el alcalde José Luis Martínez-Almeida saliera al paso en contra de esta medida del Gobierno central sobre la que reclama que “no sea obligatoria para ayuntamientos”, ahora ha encontrado el respaldo del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, el cual la ha tildado de “disparate” pese a que, tiempo atrás, la avaló.

Este viernes el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior del Gobierno madrileño, Carlos Novillo, ha calificado de “disparate” esta tasa de basuras impulsada por Moncloa al considerar que “quieren imponerla sin ningún tipo de coherencia”.

En este sentido, desde Sol vienen defendiendo que “el coste es mayor porque han de tener infraestructuras más modernas”, al tiempo que insisten en que son las acciones del Gobierno central las que “juegan con el dinero de todos, que nos tiene a las comunidades autónomas y ayuntamientos como mano de obra, imponiendo estas normas sin rigor científico-técnico, sin consensuar. Es una pesadilla”, ha ahondado el consejero.

Novillo ha ahondado aún más en la cuestión señalando que “no se puede esconder la basura” con el impacto que supone, en paralelo, el apoyo a las mancomunidades del Sur y Norte de la Comunidad para sus respectivas transformaciones: “En Loeches ya se pone en marcha toda la maquinaria para intentar recuperar al máximo los desechos y minimizar lo que llega a vertedero, como también lo está haciendo el Ayuntamiento de Madrid en Valdemingómez", ha situado como ejemplo.

Asimismo, y situando la mirada en las decisiones de Cibeles al respecto, que han valorado como “valientes y sensatas” en materia de contaminación y, para ser más exactos, con respecto a la circulación de vehículos sin etiqueta para conducir en determinadas zonas, una “flexibilidad que es coherente porque los resultados son buenos”, a la contra así de lo que consideran “falta de coherencia” del Ejecutivo central sobre las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que se aplican en municipios de más de 50.000 habitantes.

La gestión de basuras en el Madrid de Almeida

La postura del principal regidor de Cibeles pasó este mes de diciembre por proponer una vía de encuentro a los principales partidos de la oposición, PSOE y Más Madrid, para ir a la contra de la normativa estatal sobre la recogida municipal de residuos. En el último pleno de Cibeles, ya anunció que propondría una petición a Moncloa para que sean directamente los ayuntamientos los que gestionen la tasa.

El coste medio de este pago de recogida de residuos municipales gira en torno a 140 euros por contribuyente al año, aunque la cuantía está influenciada por barrios y el nivel de basura que se puedan generar en ellos, así como el valor catastral de las viviendas de la zona. Cabe recordar así que la tasa de basuras madrileña quedo suprimida en 2015, por mandato del propio PP, cuando fue el Ayuntamiento el que gestionó dichas cuantías a través de los ingresos del IBI.

Ahora, el anuncio que vino de la mano del Consistorio de Almeida viene por la rebaja del IBI en la capital de cara a enero en adelante, impuesto que actualmente está fijado en el 0,44% y, en 2025, quedará en 0,42%. Almeida, en señal de crítica al Ejecutivo central, tachó esta medida de “sablazo” al considerar que, de no ser por sus políticas de tipos, habría tenido que pagar “220 millones de euros adicionales en impuestos”.

Almeida, sobre la circulación de coches sin etiqueta ambiental

Bajo el mismo telón de fondo de medidas sobre medioambiente y contaminación, este miércoles, Almeida ha reivindicado el "sentido común" en su decisión de dejar circular en 2025 por el conjunto de la capital a los vehículos sin etiqueta ambiental que estén empadronados en la ciudad, anunciando que no recibirán una multa si proceden a ello, tan sólo un aviso.

Así lo ha dejado en claro en declaraciones a los periodistas desde el Palacio de Cibeles, cuando el alcalde ha defendido la prórroga de 12 meses a los vehículos A de empadronados para garantizar la "efectividad y aplicación" de la norma. "Con los mejores datos de calidad del aire y con los avances que se han producido en la ciudad de Madrid, las políticas ambientales tienen que estar acordes con las políticas de desarrollo económico y de cohesión social y, si no, fracasarían", ha afirmado.