Ayuso, con aires de grandeza y como su fuera lideresa internacional sigue haciendo visitas oficiales al extranjero, expandiendo una agenda internacional que, en el fondo, solo busca promocionarse personalmente. aLos viajes que emprende Ayuso fuera de España, son de una utilidad más que cuestionable, carecen de programa serio ni tienen más cobertura que la de la prensa amiga y sí de una rentabilidad manifiesta, la de hacer turismo personal a costa del erario público.

Se trata de unos tours que ningún presidente autonómico realiza y por lo que sin duda serían criticados en su comunidad. Ahora, Ayuso muestra nuevas ínfulas de política exterior al comprometerse a hablar con el propio Donald Trump para “resolver” el error del mandatario norteamericano al situar a España entre los países BRICS.

La presidenta madrileña cruzó el charco otra vez el pasado 16 de enero permaneciendo  en Lima durante cuatro días. Un viaje que realizó tras su última visita oficial en noviembre a Corea del Sur y, unas semanas antes, a Tailandia a ver a Frank Cuesta.

Mentira de medalla destacada

Con estos fines de autopromoción personal, la lideresa del PP se embarcó el jueves 16 de enero en un viaje hacia Lima para, según dijeron desde la CAM “ser distinguida con la prestigiosa Orden al Mérito en Grado de Gran Cruz”. Para el equipo de Ayuso se trata de una “de las más altas distinciones otorgadas por el gobierno de la ciudad a personalidades destacadas que han realizado contribuciones significativas en diversos campos”. En definitiva, que de ello se deduce que es algo exclusivo, restringido y al que solo acceden grandes “personalidades destacadas”. Pues no es tan elitista ni exclusivo ni ese club de galardonados ni las nóminas de premiados. Antes de ella, fueron galardonados Herman Tertsch y Rocío Monasterio. No parece que sean los componentes del Club Bilderberg o el Foro de Davos a tenor del nivel que se observa. Más bien parece que son galardones que entrega una ciudad por parte de un alcalde ultraderechista a sus amigos de igual o similar ideología. En sentido, cabe recordar que el Alcalde de la capital peruana, Rafael López Aliaga, es un político reaccionario que fue el anfitrión del foro de Madrid en Perú, dependiente de la fundación disenso de VOX y su Carta de Madrid, firmada por el propio Aliaga, donde gritó ¡Viva VOX!

López Aliaga ha declarado ser practicante de la abstinencia sexual y la autolesión bajo los conceptos de “celibato” y “mortificación corporal” mediante el uso de un cilicio. Tuvo abierta una investigación contra él que lo involucraba en un caso de lavado de activos. El alcalde peruano fue uno de los firmantes, junto con otros políticos sudamericanos de extrema derecha como José Antonio Kast, Eduardo Bolsonaro y Javier Milei, de la Carta de Madrid de VOX además de otros líderes políticos y sociales de la derecha más rancia latina. Su objetivo, aducen, es el de “frenar el crecimiento del comunismo”.

Y es que López Aliaga es uno de los personajes más ultras de Latinoamérica. El hombre que agasaja a Isabel Díaz Ayuso y le concede medallas de honor, ha sido denominado el “Bolsonaro peruano” por su posición política ultraconservadura e ideología provida. Rechaza la eutanasia, el matrimonio igualitario y la adopción homoparental. Es miembro numerario del Opus Dei desde los 19 años. Piensa en la virgen para ahuyentar el deseo.

Se hace selfies con Javier Milei al que llama “hermano”, “referente de gobierno en el mundo” y “terror de los zurdos” y luego los sube a sus redes. También se fotografía con Eduardo Bolsonaro, el hijo del ex presidente golpista brasileño. Con el vástago de Jair Bolsonaro, que es diputado federal por Sao Paulo, se puede ver al regidor limeño en la cena de gala de la toma de posesión de Trump a la que ambos fueron invitados. En esa instantánea afirma el alcalde que concede distinciones a Ayuso, que llegaban “nuevos aires de libertad” a la América de Trump.

La próxima “Presidenta de España” según el alcalde de Lima

Este es el donante de medallas a Ayuso y el que la invita a Lima. Por cierto, una anécdota no muy conocida del viaje de la lideresa del PP a Lima. Al finalizar una de las cenas de gala, el alcalde de Lima brindó por Ayuso y dijo públicamente que esperaba verla pronto de nuevo en Lima pero en ese caso, no como presidenta de Madrid, sino como “Presidenta de España”. Ayuso, lejos de negarlo o ruborizarse, puso una de sus muecas de ligera sonrisa cómplice. Y al día siguiente dejó una de esas frases para la historia del ridículo: “Basta con ver este lugar, donde hay una población que se encuentra en situación de pobreza, pero, sin embargo, es alegre, amable y humilde. Eso refleja una forma de ver el mundo que nos representa a todos”.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio