Los móviles y los “movimientos como el MeToo” son la causa de una “preocupante crisis de valores” entre la juventud. Al menos así lo cree la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. En declaraciones a ESradio, la líder conservadora ha concluido que las nuevas tecnologías aíslan a los jóvenes y constituyen un instrumento desde donde consumen las ideas de ciertas corrientes “identitarias” de carácter progresista.

Bajo la atenta mirada de Federico Jiménez Losantos, Isabel Díaz Ayuso intentaba explicar sus políticas de Educación, uno de sus armas arrojadizas de referencia contra el Gobierno de Pedro Sánchez. La baronesa y líder del Ejecutivo madrileño ha explicado que se trata de un asunto complejo, pues el 90% de lo que piensan y cómo se relacionan los jóvenes está condicionado por los móviles.

“La juventud tiene el reto de afrontar una etapa en la que están cada vez más solos” por el poderoso influjo de las “nuevas tecnologías”. Ayuso, de hecho, ha recalcado que entre las jóvenes cada vez existen problemas de bulimia y anorexia “mayores de los que se tratan”, mientras censura que se está acortando la infancia y “prolongando” la adolescencia, un periodo que no debería extenderse.

La presidenta regional denuncia que los jóvenes acceden a todo tipo de “basura” a través de los smartphones, como “violaciones grupales, porno y violencia”, degenerando en una pronunciada “crisis de valores”. “La adolescencia es la etapa que menos debería durar y están haciendo lo contrario, dado que les transmiten el mensaje de que hay que ser eternamente joven”, ha denunciado.

En este sentido, Ayuso saca pecho porque en las aulas de la Comunidad de Madrid se está prohibiendo el uso de dispositivos móviles, así como en otras medidas como la reducción de alumnos por aula, para “ahondar en la calidad del sistema”. Por ello, el Gobierno regional está “exigiendo” más a los profesores y repasando con lupa los currículos, aunque dentro de lo que “se nos deja”.

La dirigente madrileña denuncia que las “dificultades” que afrontan son “extraordinarias”, asegurando que los alumnos llegan a las clases “sin capacidad de aguante” y perdiendo la atención apenas sobrepasados los 20 minutos. Entiende, eso sí, que el acento no se debe poner en los docentes, sino en una reflexión colectiva porque la juventud es la principal víctima de “movimientos identitarios como el MeToo”, que a la postre, a juicio de Ayuso, no son sino “agendas ideológicas” cuyo fin último es la “división” de la ciudadanía. “Las democracias liberales están siendo atacas con lo mismo”, ha zanjado.