El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha vuelto a cerrar la puerta a la instalación de la bandera arcoíris en el Palacio de Cibeles con motivo del Orgullo LGTBI, aunque sí ha confirmado que el edificio se iluminará con los colores del colectivo durante el fin de semana principal de celebraciones. Según ha declarado el regidor, “esto no va de banderas ni de broncas, sino de políticas”, lanzando así una crítica directa a Más Madrid, PSOE y Vox, a quienes acusa de “enredar” en un asunto que, a su juicio, no tiene mayor trascendencia.
“La fachada de Cibeles tiene 2.800 metros cuadrados, que se dice pronto, y se va a iluminar con los colores de la bandera LGTBI el fin de semana del Orgullo”, ha explicado Almeida en declaraciones a la prensa desde el distrito de Villa de Vallecas. En su opinión, los partidos que le exigen un gesto simbólico como la colocación de la enseña arcoíris “no tienen argumentos contra las políticas” de su Gobierno, y por eso, afirma, “se tienen que enredar con las banderas”.
Estas declaraciones llegan después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) haya anulado la sentencia que aceptó en su día la medida cautelarísima presentada por Vox en 2022. Dicha medida obligaba a la retirada de pancartas y banderas LGTBI del Edificio de Grupos Municipales, situado en el número 71 de la calle Mayor. Aunque el TSJM ha revocado ahora aquella resolución, Almeida ha querido dejar claro su respeto “pleno” por la decisión judicial, pero también ha aprovechado para reafirmarse en su postura.
El alcalde ha insistido en que su equipo está “entre Más Madrid y Vox, sin entrar en el juego de la controversia”. Según ha defendido, el Ayuntamiento se limita a gobernar “para hacer de Madrid una ciudad libre, abierta, tolerante y diversa”, y ha señalado que así lo demuestra la encuesta de participación ciudadana que puntúa de forma positiva el nivel de diversidad y respeto en la capital.
“Las broncas y banderas para el PSOE, Más Madrid y Vox; las políticas de igualdad para el PP y para el Gobierno del Ayuntamiento de Madrid. Nosotros no nos vamos a meter en broncas”, ha zanjado el regidor, reiterando que el foco de su Gobierno está puesto en medidas concretas y no en debates simbólicos.
Martínez-Almeida ha defendido que su postura no es personal ni partidista, sino que responde, según él, al sentir mayoritario de la ciudadanía madrileña. “La posición del Gobierno municipal no es solo del Gobierno, sino de la amplísima mayoría de los madrileños, que viven su orientación sexual con plena libertad en esta ciudad, sin mayores señalamientos ni presiones”, ha dicho. Y ha rematado: “El Gobierno está en medio, con los ciudadanos que viven libremente su orientación sexual en esta ciudad”.
Con esta decisión, el alcalde opta por evitar confrontaciones directas mientras mantiene una posición ambigua que no satisface del todo ni a los colectivos LGTBI ni a los sectores más conservadores. Mientras tanto, Madrid se prepara para celebrar el Orgullo con un Ayuntamiento que, una vez más, rehúye los gestos simbólicos pero no quiere quedar fuera del escaparate institucional de la diversidad.