¿Quieres saber cuál es la mayor declaración de amor? ¿Cuál es la más espectacular, complicada, generosa y consciente? Quizá estés pensando en enamorados que suben a la torre más alta y se lanzan haciendo puenting con un cartelito dirigido a su amor. O en un flash mob que acaba en petición de matrimonio. Todas las ideas rocambolescas que te aparezcan en la mente podrían ser buenas candidatas a ese premio.

Pero después de conocer a cientos de parejas y ver qué es lo más importante para ellos, para los que están en crisis y para los que vencieron sus baches y dificultades, llegué a una conclusión que quizá puedas compartir conmigo.

La mayor declaración de amor de todos los tiempos es convivir con una persona, durante mucho tiempo, y seguir preguntándole cada día "¿cómo estás?", "¿Qué tal tu día?". Y hacerlo con una escucha activa. Mirando a los ojos, atendiendo con interés a lo que dice. Sin importar la discusión que tuvisteis durante el desayuno, o lo cansado que estés, o las ganas que tengas de echarte a ver un rato la tele o leer el libro que dejaste en el momento más emocionante. 

Eso es una declaración de amor atemporal. Olvídate de los grandes regalos, de los viajes, del "él/ella ya sabe que le quiero", de la rutina...Pasamos del todo a la nada. Pero mantener cierto nivel durante toda la relación, durante cada día, todos los días que estéis juntos, es el reto y una auténtica demostración de amor.

A veces somos como hamsters en una rueda que gira cada día en el mismo ciclo de trabajo, hijos, actividades, asuntos domésticos, etc. Nos bajamos de la rueda para desconectar, evadirnos o dormir.

Ser capaces, cada día, de mirar a los ojos del otro y demostrarle cuánto nos importa, cuántos nos interesa lo que le ocurre y cuánto lo amamos, es un ejercicio complicado pero no imposible.

¿Recuerdas aquellos inicios de vuestra relación en la que estabas deseando verle y mostrabas ese interés de forma natural? Trata de recordarlo y de traerlo al presente. Si volvieras a empezar de cero con otra persona, sin duda te tomarías esos momentos para preguntar, para saber, para compartir. No esperes a verte forzado a empezar de cero para hacerlo con la persona que ya ocupa tu vida y con la que compartes tus sentimientos.

Es una dinámica, no una vía de un solo sentido. Puede que ambos hayáis caído en la inercia del “¿Todo bien?” “Todo bien”. Pero es suficiente con que uno de los dos salga de ella para iniciar una nueva dinámica más positiva.

Al final todo lo que realmente necesitamos es ser vistos por el otro, ser reconocidos, sentir que compartimos nuestra vida con alguien que se preocupa.

¿Preparados para hacer hoy mismo la mayor declaración de amor de todos los tiempos?