La renovación del Bloque Nacionalista Galego (BNG) tiene nombre y apellidos: Ana Pontón. La portavoz nacional del BNG acaba de iniciar su tercer mandato en la dirección del partido durante la XVII Asamblea Nacional celebrada a principios de noviembre.

Y no es para menos. Desde que accediera a la portavocía en el año 2016, la formación ha conseguido remontar los seis escaños obtenidos en 2019, uno de los peores momentos. Tras una dura y trabajada legislatura, Pontón se ha convertido en la líder de la oposición gallega con el mejor resultado de la historia del partido nacionalista gallego, 19 escaños y mirando por encima del hombro a un PSOE en horas bajas que tiene 14 asientos en el Pazo del Hórreo.

Su conocimiento de la realidad gallega y su tesón a la hora de denunciar los "estragos" del Partido Popular de Feijóo la convierten en una de las políticas de izquierdas más interesantes del panorama político actual.

PREGUNTA: Las últimas encuestas sitúan al BNG como segunda fuerza política, pero la izquierda no suma para arrebatar el poder a Feijóo. ¿Qué haría falta para que se produzca un cambio de poder en Galicia?

RESPUESTA: Yo siempre lo digo, las encuestas son encuestas y estamos a tres años de unas elecciones. Queda mucho por hacer. Sin embargo, en las pasadas elecciones hemos movido el tablero en Galicia. Hay una fuerza política fuerte y solvente que tiene un proyecto de país, que es el BNG.

Lo que estamos viendo es que el PP baja y el BNG sube. Las pasadas elecciones pasamos de seis a diecinueve escaños. Nos decían que era imposible, y vamos a demostrar con nuestro trabajo y con toda la ilusión que se está generando en Galicia que es posible derrotar a Feijóo y que vamos a poner por primera vez en la historia y poner a una mujer en la presidencia y con las manos libres para defender los intereses de Galicia.

P: ¿Ese cambio llegaría con un PSdeG fuerte?

R: El cambio en este momento está en el BNG. Somos la alternativa que está sumando cada vez más gente. Pasamos de seis a diecinueve escaños, nos situamos como segunda fuerza política, y esto es lo que está poniendo muy nervioso al Partido Popular. Si algo cada vez convence más a gallegos y gallegas es que necesitamos una fuerza política que no tenga sus centros de decisión en Madrid.

La historia nos está diciendo que cuando deciden por nosotros en Madrid, Galiza perde y nosotros lo que queremos es que Galiza gañe y que seamos capaces de construir una alternativa de país para dar futuro a la gente joven que está emigrando, para fortalecer los servicios públicos, para cuidar nuestro medio ambiente o para construir un país más feminista, que es otra de nuestras señales de identidad.

P: ¿Para ensanchar esta base del BNG es necesario moderar el mensaje?

R: No creo que esto vaya de darle moderación o no, sino de darle soluciones a los problemas que tienen los gallegos y las gallegas. Estamos viviendo una estafa del sector eléctrico, un espoleo a nuestro país. La única fuerza que defiende que haya una intervención pública para frenar la escalada de precios y que tengamos una tarifa más barata porque somos productores de electricidad es el BNG.

Estamos viendo que ante el despoblamiento que se está produciendo en Galicia y la crisis demográfica, somos nosotros los que proponen un proyecto de país que tenga un desarrollo equilibrado o estamos comprobando que frente al ataque a los servicios públicos a la ciudadanía que representa el PP, el BNG está poniendo con firmeza la defensa de esos derechos.

Sin renunciar a nada, con ideas alternativas, cada vez más gallegos y gallegas nos están escuchando. Esto está poniendo muy nervioso al PP, que en el último año y medio está dedicando más tiempo a hacer oposición al BNG que a gobernar. Y esto, en medio de una pandemia, comprenderás que es muy sintomático de cómo se han disparado las alarmas en las sedes del Partido Popular porque son conscientes de que hay un nuevo proyecto que engancha a sectores muy dinámicos de la sociedad, donde hay mucha gente mirando para nosotros y que tienen enfrente una alternativa sólida que va a por todas con decisión, comunidad y que rema a favor de una mayoría en Galicia.

P: ¿Cuánto hay de verdad en que Feijóo es un moderado?

R: Eso es un retrato muy madrileño y yo creo que desde el desconocimiento de la realidad de Galiza. Feijóo llega a las elecciones con un discurso que en muchos ámbitos es muy equiparable al que ha hecho esa extrema derecha que cada vez es más parecida al Partido Popular. Siempre digo que entre las primeras decisiones de Feijóo como presidente apoyó a asociaciones antiabortistas, que recortó las ayudas a las mujeres víctimas de violencia de género, que puso en marcha un proyecto que hace que el gallego sea cada vez más pequeño en nuestro país. Los niños y niñas que entran en la escuela hablando gallego, salen hablando en castellano. Es un elemento que claramente lo sitúa como un dirigente político que no está en la moderación, sino en el extremismo.

Y si analizamos la política social de Feijóo, es muy parecida a la que hace la señora Ayuso en Madrid con privatizaciones en la sanidad pública, recortando profesorado en la pública mientras lo incrementa en la privada o recuperando las ayudas a colegios del Opus Dei que segregan a niños y a niñas. A lo mejor desde Madrid se cree que esto es moderación, pero se parece al PP más ultra. Y Feijóo es un buen representante.

P: ¿Cómo debería posicionarse la Xunta frente a la crisis energética?

R: Pues los primeros es defender los intereses de la mayoría social y no del lobby eléctrico. Aquí vemos que lo primero que está haciendo el PP en Galicia es defender a las eléctricas. Nosotros defendemos que es necesario que se rebaje el IVA a la ciudadanía, que haya una intervención pública para controlar los beneficios caídos del cielo a las eléctricas y poder beneficiaros de la producción de energía, que sirva para desarrollar el país, para abaratar la factura de la luz, acabar con la pobreza energética y parar esa sumisión que hay a los consejos de administración de las eléctricas.

Tampoco podemos permitir que las eléctricas se sienten en los consejos de ministros. Debemos acabar con las puertas giratorias.

P: ¿Por qué los gallegos tendrían que pagar menos que el resto del Estado español?

R: Porque nosotros estamos aguantando los costes ambientales y sociales de la producción de energía. También es más barato suministrar la energía donde se produce que no a cientos de kilómetros. Nosotros no inventamos nada. Es la política que se hace en otros países europeos. 

P: ¿Cuáles deberían ser las políticas prioritarias de un gobierno de izquierdas en la Xunta?

R: Tenemos que hacer una política que ponga los intereses de los gallegos en el centro y dar una solución a los jóvenes. En la última década hemos perdido 200.000 jóvenes. Esto para cualquier país es una desgracia, pero nosotros tenemos además una crisis demográfica importante. Hay que fortalecer la sanidad, la educación y el Estado del bienestar a través del desarrollo de la Ley de Dependencia y una nueva ley de medio ambiente que apueste por el feminismo, el idioma y nuestra cultura como un elemento para fortalecernos. 

P: ¿Esas políticas pasan por que se transfieran más competencias? ¿Cuáles debería tener Galicia? 

R: Nosotros creemos que cuanto más decidamos en Galicia mejor serán las políticas que se hagan. Es importante que tengamos más poder político y más poder de decisión. No solo en competencias, sino también en recaudación. Queremos tener la llave de los impuestos que pagan los gallegos y las gallegas y no Madrid.

P: ¿Qué políticas lleva el Bloque para revitalizar el mundo rural?

R: Defendemos que tiene que haber una apuesta por los sectores productivos, una apuesta porque haya una industria transformadora y porque en el rural tengamos servicios del siglo XXI. Por ejemplo, lo que estamos viendo que nos está pasando en los últimos años es que con Feijóo se hizo más pequeña nuestro sector lácteo, donde han desaparecido en menos de 12 años la mitad de las explotaciones, donde se han recortado servicios y lo que se está produciendo es un abandono. Aunque también se está produciendo un abandono del actual Gobierno. 

P: ¿Qué le parecen plataformas regionalistas como Teruel Existe?

R: Es una respuesta frente al centralismo que hacen que se acaparen inversiones y recursos en Madrid. Nuestra realidad es diferente, aunque tenemos puntos de conexión. Es evidente que el mundo rural necesita medidas, recursos y planes de actuación y confiar que hay futuro ahí y que se pueden crear alternativas económicas con calidad de vida. Es algo que defiende el BNG. Nosotros tenemos ese elemento muy claro en nuestra alternativa política, por eso ese tipo de plataformas no tienen aquí ese eco y resonancia.

P: Usted ha criticado el “dumping fiscal” de regiones como Madrid. ¿Por qué, a su juicio, es necesario que las empresas tributen en Galicia?

R:  Es una cuestión de lógica. Si una empresa, por ejemplo eléctrica como estábamos hablando antes, hace su actividad productiva porque produce electricidad aquí, no es lógico que esos beneficios acaben computando a nivel fiscal en Madrid porque esto es una deformación de la realidad. Las empresas tienen que pagar sus impuestos donde tienen su capacidad productiva. Es evidente que el 'efecto capitalidad' está provocando que muchas empresas tengan su sede en Madrid y es algo artificial porque no es riqueza que genera Madrid, es riqueza que generamos otros territorios, en este caso Galiza.

P: ¿Es positivo descentralizar instituciones como propone el Gobierno?

R: No se pueden poner tiritas cuando tenemos una hemorragia. Lo que tiene que asumir el Estado español es plurinacional, multicultural y plurilingüe donde no existe una única realidad nacional. Existe Galiza, existe Euskadi, existe Catalunya, existe Canarias... Son realidades que no solo tienen un hecho pasado sino un hecho presente.

La vía para ensanchar la democracia y quiénes están poniendo en cuestión el régimen del 78 son precisamente esos movimientos, que detrás tienen una vocación de como construimos democracia y de cómo damos oportunidades a la gente que vive y trabaja aquí. A mí lo que me duele es ver como mucha gente joven estudia en Galiza, crece en Galiza pero luego no tiene oportunidades aquí para desarrollar su proyecto de vida. Y una parte del problema es un centralismo que nos discrimina y que convierte Madrid en una aspiradora de recursos, de población, de infraestructuras que hay que romper.

Descentralizar algunas figuras tampoco es una novedad dentro del Estado español y no se quiere ir a esa visión centralista o madridcentralista que impera tanto en la política española y que es transversal en todas las fuerzas políticas. En vez de justicias está creando injusticias.

P: ¿Qué os parece la plataforma que está creando Yolanda Díaz?

R: Yo creo que cualquier fuerza política tiene derecho a reorganizar su espacio como considere. Somos defensores de la pluralidad política como un elemento que enriquece, pero es evidente que el BNG es una fuerza política que tiene su razón de ser en Galiza. Nosotros vamos a seguir manteniendo nuestras ideas políticas sin ningún tipo de subordinación a Madrid y donde creemos que lo que nos están pidiendo los gallegos y gallegas es precisamente fortalecer fuerzas políticas propias y lejos de la influencia de Madrid.