Que Vox está como un niño con zapatos nuevos en estos lares propios de la democracia es bastante evidente, más que por su propia ideología, por algunas declaraciones en las que juega a partes iguales con el populismo y la falsedad. Que Santiago Abascal, tras su paso bien pagado por las mamandurrias y entidades ad hoc de su antigua lideresa Esperanza Aguirre, da muestras de su desconocimiento de España más allá de la señera en la mascarilla es algo que demuestra casi cada día. Aunque también da la sensación de que mucho no le importa.
En Galicia está su partido con las ansias de arañar algo en las elecciones de julio. Las encuestas parecen decir lo contrario. Y a ratificar el futuro fracaso contribuyen también las acciones de propaganda que realizan desde la formación, en particular utilizando los soportes que proporcionan las redes sociales.
En más de una ocasión los medios se han hecho eco de la manipulación y la publicidad falsa que tanto aparecen en chats de simpatizantes ultras o que salen de cuentas oficiales de Vox.
El último ejemplo se ha dado, precisamente, en Galicia. Sucedió estos días con motivo de la visita del líder para participar en algún acto de la precampaña.
Los dirigentes de Vox suelen ir en grupo y siempre con muchas banderas de España. Así sucedió en Santiago de Compostela. En uno de los accesos a la Plaza del Obradoiro, nada más y nada menos que un gaitero “nos recibe en nuestra entrada” a dicho enclave, presumía la cuenta de A Coruña de la formación ultraderechista. El texto iba acompañado de una imagen en la que aparecían sus líderes y... Xesús Rodríguez, el gaitero.
Aunque digan lo contrario porque los tiempos del populismo y la demagogia parece que ahora ganan, sobre todo en RRSS, lo cierto es que el músico en cuestión no dudó ni un instante para aclarar la imagen.
Lo hizo en su perfil de Facebook en el que califica del uso que hace Vox de su imagen de “verdadeiramente noxento (verdaderamente asqueroso)”. A continuación aclara en gallego que “al parecer esta imagen está circulando por las redes sociales y para mi desgracia el gaiteiro soy yo”.
Además añade que “quiero dejar muy claro que estaba tocando, como hago habitualmente, y de pronto toda esta tropa, yo no RECIBÍ A NADIE. Ya tenía constancia de las manipulaciones y de los bulos de ciertos partidos políticos pero nunca imaginé ser víctima de uno de sus montajes”. Para acabar con un contundente “me siento cabreado”.
Enseguida su publicación alcanzó miles de comparticiones (ahora acumula más de 11.000) y numerosos comentarios de apoyo.
Una vez más Vox consigue ser noticia. Sin embargo, lograrlo en tantas ocasiones por cuestiones negativas, al final, aunque sus ideólogos piensen lo contrario, pasa factura. Para empezar, el tuit vanagloriándose de la falsa bienvenida ya ha sido borrado del perfil de la formación de A Coruña.
