“Os lo metéis en los cojones”. Este fue uno de los exabruptos proferidos por la “mala bestia” del alcalde del PP de la localidad conquense de Villar de Cañas, José María Saiz, según denunciaron en numerosos ocasiones las asociaciones ecologistas, cuando era interpelado por éstas a cerca del basurero nuclear que el Gobierno de Mariano Rajoy, con la sospechosa y exacerbada complicidad de los “ex” María Dolores Cospedal y José Manuel Soria, “socios” políticos de un proyecto, hoy por hoy, inviable y paralizado gracias a la rápida acción del sucesor de la todavía secretaria general del PP al frente del Gobierno de Castilla La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, que entre sus primeras decisiones se encontró su férrea oposición a esta instalación que sólo gustaba al alcalde “radiactivo”de este pueblo conquense, a su secretaria “atómica”, Carmen Barco Díaz, y a los 216 “vecinos nucleares” que votaron a los conservadores en las pasadas elecciones municipales de 2015. Y a nadie más. Bueno, al presidente “popular” de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto, también.
La ¿última? marcha contra el ATC
Ninguno de ellos ha asomado la cara este domingo ante la celebración de la VII marcha contra el cementerio nuclear de Villar de Cañas, cuando en otro tiempo se apresuraban a criticar a los ecologistas y a los simpatizantes que pedían la paralización de este basurero de residuos nucleares, mientras que reían y reprochaban la baja asistencia a estas protestas, que al final han tenido un resultado positivo. El caso es que los participantes en ésta, que se supone puede ser la última marcha a tenor de los informes de la propia administración central y de la oposición del presidente socialista de Castilla La Mancha, han disfrutado de una jornada festiva y relajada donde se repetía una y otra vez “ésta es la última”.
Soluciones menos gravosas y menos peligrosas
Y es que ya todos coinciden, incluso destacados miembros del PP y del propio Gobierno de Rajoy, sobre todo después de la marcha “offshore” forzada del exministro de Industria, José Manuel Soria, un “loco” de los isótopos radiactivos, pasión nuclear que compartía con su amiga y “socia” en esos lares atómicos, María Dolores Cospedal. En este sentido, la eurodiputada de Izquierda Unida, Paloma López, que ha participado en la VII marcha, tiene claro que “hay soluciones técnicas distintas como la construcción de ATI´s o, lo que sería más conveniente, reutilizar las centrales que debemos cerrar para albergar los residuos que producimos”, al mismo tiempo que se mostraba firme y convencida de que “hay que cerrar las centrales, acabar con la energía nuclear, ya que mientras sigamos produciendo residuos de este tipo seguiremos teniendo problemas para almacenarlos”.
No al “turismo radiactivo”
Del mismo modo, el portavoz del Gobierno de Castilla La Mancha, Nacho Hernando, también ha tenido palabras para esta ¿última? marcha que busca la suspensión definitiva del cementerio nuclear. Para Hernando hay algunas instituciones que persiguen el “turismo radiactivo”, en clara referencia a la Diputación de Cuenca y al Gobierno central. Declaraciones realizadas en el transcurso de su visita a la localidad conquense de Pozoamargo para participar en sus fiestas patronales. “Esto sí que es turismo real, esto sí que es turismo de verdad, y no como el turismo radioactivo que persiguen algunos”, ha sentenciado.
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Carmen Barco, junto al alcalde de Villar de Cañas, segundo y tercera por la izquierda, respectivamente. FOTO: La Tribuna.
¿Dónde está ahora la “atómica” secretaria?
Pero no sólo las instituciones gobernadas por el PP se involucraron ciegamente en un proyecto que los profesionales descartan por su falta de idoneidad y por tratarse de una ubicación cuyos terrenos no se adaptan a la normativa vigente ni a la ley, también a título personal destacados personajes del “teatro nuclear” conquense se subieron al carro creyendo que el proyecto se ejecutaría a marchas forzadas. Craso error, como el cometido por la secretaria del Ayuntamiento de Villar de Cañas, Carmen Barco Díaz, que alcanzó un destacado e inusual protagonismo en todo este asunto, con el beneplácito del alcalde, que depositó en esta mujer toda su confianza, dejando que fuera la encargada y la voz “radiactiva” del grupito de coleguitas de Villar de Cañas que se partía el pecho por tener el cementerio en su pueblo, hoy callados y sin dar la cara para apoyar un millonario (mil millones de euros) y despilfarrador proyecto que no tiene mayor recorrido que su definitiva paralización. Lo siguiente: La petición de responsabilidades políticas y penales, si las hubiera, que haberlas supuestamente haylas.