El 23 de octubre de 1977, desde el balcón del Palau de la Generalitat, Josep Tarradellas pronunciaba la famosa frase “Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!”. Este 23 de octubre de 2017 se cumplen 40 años de este momento histórico.

El procés ha provocado una profunda división en la sociedad catalana

40 años después, estamos viviendo momentos de gran trascendencia política, económica y social. Después de 5 años de proceso soberanista, que ha entrado a partir del 6 y 7 de septiembre en una fase de radicalización y aceleración para conseguir su objetivo, los únicos resultados tangibles han sido una profunda división a la sociedad catalana, el traslado de sedes bancarias y empresariales fuera de Cataluña y el rechazo europeo a una vía unilateral e ilegal. 

Desde el máximo respeto y el mejor conocimiento posible de la diversidad de opiniones expresadas por la ciudadanía, como representante político creo que una de las nuestras principales obligaciones es la de proporcionar soluciones a las demandas ciudadanas. El gobierno de Cataluña, emperrado al persistir en un proceso que no cuenta con el apoyo mayoritario de la ciudadanía, y el gobierno de España, emperrado al negar un evidente problema político, nos han situado ante la peor y más grave crisis política de las últimas tres décadas.

El independentismo está en su derecho de querer conseguir su objetivo, pero no se puede aceptar que por el camino ponga fuera de la legalidad las instituciones catalanas y se vulneren los derechos de los parlamentarios de la oposición. Y esto pasó en el Parlamento los días 6 y 7 de septiembre. Desde entonces, Cataluña vive en una situación excepcional desde el punto de vista político y parlamentario, y parece instalada en un limbo legal provocado por la acción temeraria de la mayoría independentista.

El actual rumbo de colisión nos trae a una situación inaudita y que nunca pensaríamos que veríamos, de acá que el pacto Suárez-Tarradellas, abriera la puerta definitiva a la recuperación de la autonomía de Cataluña restituyendo sus instituciones históricas. 5 presidentes de Cataluña después, Carles Puigdemont tiene en sus manos preservar nuestro autogobierno y no profundizar más en la división política y social.

Lo he dicho reiteradamente. Todavía estamos a tiempo. Los socialistas catalanes no queremos la DUI ni la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. Pero sobre todo queremos la restitución inmediata de las instituciones catalanas, que pasa por el regreso a la legalidad, la legitimidad y el marco de convivencia que nos ha costado 40 años construir.

Por Cataluña, por su autogobierno, por la unidad civil del pueblo, por nuestra historia, Carles Puigdemont tiene que parar esta escalada y convocar de inmediato elecciones o pedir y ofrecer el inicio de un diálogo político a partir de su comparecencia en el Senado.

Pido al presidente Puigdemont que, sin renunciar a su objetivo político legítimo, que busque lograrlo mediante los mecanismos legales

La sociedad catalana es plural, es emprendedora, es activa, es reivindicativa. Y hoy en día es una sociedad dividida por mitades con respecto a la independencia. Pido al presidente Puigdemont que, sin renunciar a su objetivo político legítimo, que busque lograrlo mediante los mecanismos legales y de reforma previstos y sin profundizar en la fractura de la sociedad catalana.

Sin que nadie tenga que renunciar a sus ideas, en beneficio de un bien superior, y atendiendo las especiales circunstancias actuales, hace falta que nos damos un tiempo para poder hablar entre los catalanes para lograr acuerdos amplios, y también para poder negociar con las instituciones españolas una solución acordada que nos asegure más autogobierno, una mejor financiación, un mayor protagonismo en la política española y un mecanismo democrático que nos permita asegurar que el nuevo acuerdo tiene un apoyo ciudadano suficiente.

Originalmente este artículo ha sido publicado en catalán, en nuestra edición ELPLURAL.CAT